"PERIODO DE GUERRA" Trump aplica medidas extremas para enfrentar el coronavirus

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El Congreso estadounidense aprueba un plan de ayuda social de 100.000 millones de dólares tras alcanzar los 7.663 casos confirmados y los 115 fallecimientos

El Mundo

«Soy un presidente en periodo de guerra». Donald Trump usó esas palabras para referirse a la situación de Estados Unidos en lo que se espera que sea el próximo golpe del coronavirus. Hasta la fecha, ese país ha registrado 7.663 positivos, y 115 fallecimientos, y la propagación del virus no muestra ninguna tendencia a la baja. Aunque, en realidad, no existen cifras precisas del alcance de la pandemia.

La web ‘Politico’ ha desvelado que hay al menos 13 funcionarios del Departamento de Seguridad Interior – una de las agencias que dirige la respuesta a la crisis – que han dado positivo en los análisis, mientras que otros 500 se encuentran bajo cuarentena ante la posibilidad de que puedan ser portadores del virus.

Entre la batería de medidas que ha anunciado el presidente es la aplicación de la Ley de Producción para Defensa, una norma aprobada en 1950, durante la Guerra de Corea, que permite al Ejecutivo de EEUU imponer controles de precios y salarios y, también, ordenar a las empresas privadas que produzcan los bienes que reclama el Estado.

Es, en esencia, una puerta hacia la estatalización de la economía, aunque parece que por ahora la Casa Blanca solo contempla la aplicación de la Ley para hacer que las empresas farmacéuticas fabriquen más kits para diagnosticar el Covid-19, máscaras protectoras, y equipos de respiración artificial. Por el momento, sin embargo, el Gobierno estadounidense no ha dirigido esas órdenes a ninguna empresa.

Lo que sí ha hecho Estados Unidos es enviar el buque-hospital Comfort de la Armada con 1.000 camas a la ciudad de Nueva York. EEUU solo tiene dos barcos de ese tipo. El otro, el Mercy, será enviado a la Costa Oeste, el otro gran foco de la pandemia. En toda la zona de la Bahía de San Francisco, 7 millones de personas viven en un régimen de confinamiento («shelter in place») teóricamente similar al que vivió España hasta el fin de semana. La efectividad de la medida, sin embargo, está siendo cuestionada porque las autoridades no están obligando a los ciudadanos a cumplirla de manera estricta.

Nueva York podría decidir en las próximas horas una medida similar. En Las Vegas, el Ayuntamiento ha ordenado el cierre de los casinos. Y General Motors y Ford han suspendido toda la producción de automóviles en todas sus fábricas del país.

La crisis es tal que el Departamento del Tesoro está estudiando enviar un cheque de 500 dólares (450 euros) a cada ciudadano, para ayudarle a sobrevivir económicamente en los próximos días. El 50% de la población estadounidense tiene menos de 500 dólares en el banco, de acuerdo con los datos de la Reserva Federal.

Pero en muchos sitios la vida ha cambiado poco. Ése es el caso de Florida, donde las playas están llenas de jóvenes celebrando las vacaciones de primavera (‘Spring Break’), una bacanal que tiene lugar por estas fechas y que va a convertir al tercer estado de EEUU por población en una especie de tubo de ensayo para propagar el virus. El hecho de que Florida sea además una especie de residencia de ancianos para los estadounidenses, que se van a vivir allí al jubilarse porque el estado no tiene IRPF aumenta las posibilidades de una crisis sanitaria a gran escala. Las autoridades de Florida informaron ayer de que han detectado el coronavirus en 19 residencias de ancianos del estado. El grupo más vulnerable al Covid-19 es, precisamente, el de los mayores.

El presidente Donald Trump parece haber adoptado una estrategia destinada buscar responsabilidades por la crisis. Después de haber acusado durante varias semanas a los medios de comunicación e, indirectamente, a la oposición demócrata, de haber creado «una falsedad» con el coronavirus, ahora acepta la gravedad de la situación, pero insiste en referirse a la pandemia como «el virus chino». Sus declaraciones han sido controvertidas porque en EEUU hay aproximadamente 5,5 millones de ciudadanos de origen chino y otros 16,5 millones de otros países asiáticos. En los últimos días se han producido varios casos de ataques violentos contra personas de rasgos asiáticos. Un video que se ha hecho viral muestra a un afroamericano echando desinfectante sobre un asiático en el metro de Nueva York.