El 17 de octubre de 2023, se anunció un acuerdo parcial entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición democrática de Venezuela después de una ronda de negociaciones en Barbados. Este acuerdo incluía la liberación de algunos presos políticos, la habilitación de candidatos opositores para las elecciones presidenciales y la suspensión temporal de algunas sanciones de Estados Unidos a Venezuela. Sin embargo, es importante tener en cuenta que este acuerdo aún no ha sido publicado ni ratificado por las partes involucradas.
A pesar de este anuncio, existen razones para ser cautelosos y no levantar las sanciones impuestas por la Unión Europea (UE) a Venezuela en este momento. En primer lugar, el régimen de Maduro ha incumplido sistemáticamente los compromisos adquiridos en el pasado, liberando solo a un pequeño número de presos políticos y obstaculizando el proceso electoral al ordenar la suspensión de los efectos de las primarias de la oposición y emitir órdenes de detención contra líderes políticos opositores. Además, el acuerdo de Barbados no ha sido detallado ni ratificado, lo que genera incertidumbre sobre su implementación.
Es comprensible que el ministro de Asuntos Exteriores de España haya sugerido que la UE debe considerar la revisión de sus propias sanciones a Venezuela, pero es importante tener en cuenta que levantar estas sanciones prematuramente podría enviar un mensaje equivocado al régimen de Maduro. Podría interpretarse como un respaldo a su gestión autoritaria y corrupta, lo que tendría graves consecuencias para la sociedad venezolana que ya se enfrenta a una crisis humanitaria, política y económica.
Mantener las sanciones a Venezuela es fundamental para presionar al régimen y exigir condiciones necesarias para una verdadera transición democrática en el país. Esto incluye la liberación de todos los presos políticos, el respeto a los derechos humanos, la restauración de las instituciones democráticas y la celebración de elecciones libres y transparentes. La UE tiene la responsabilidad de apoyar al pueblo venezolano y defender los valores democráticos que comparte con ellos.
Levantar las sanciones en este momento solo beneficiaría al régimen de Maduro y perjudicaría la lucha por la libertad y la democracia en Venezuela. Es esencial que la UE mantenga su firmeza y coherencia, y aumente la presión diplomática y humanitaria sobre el régimen hasta que se cumplan estas condiciones para una salida pacífica y negociada a la crisis venezolana.
La oposición venezolana también tiene un papel crucial en este proceso. Debe unirse y movilizarse junto a los parlamentarios europeos que han exhortado a la UE a mantener las sanciones, y exigir que se mantenga el apoyo y la solidaridad con la causa democrática venezolana. Solo a través de esta unión y determinación se podrá lograr el cambio político que Venezuela tanto necesita.