Presidente del Perú Francisco Sagasti: La vacuna China contra el COVID-19 es una de las mejores, trabaja con el virus atenuado como todas vacunas que conocemos

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Por Cecilia Rosales (editora de Política), Fernando Vivas (periodista) y Ariana Lira (periodista)

La cita fue en la vieja casa de El Comercio, a pocas cuadras de Palacio de Gobierno. El director del Diario, Juan Aurelio Arévalo Miró Quesada, recibió al presidente Francisco Sagasti mientras –obligado por la pandemia– le tomaban la temperatura. Al presidente le acaban de tomar una prueba a raíz del contagio del ministro de Ambiente, Gabriel Quijandría, con quien se reunió en el Consejo de Ministros el miércoles pasado. “Como soy muy negativo, me salió negativa”, bromeó sobre la alarma sanitaria que cundió en Palacio. Antes de empezar la entrevista, recordó haber paseado cuando era muy joven en este local, pues tanto su madre, Elsa Hochhaüsler, como su padre, Francisco Sagasti Miller, trabajaron en la redacción cincuentera del periódico. Dejamos la nostalgia para pasar a la coyuntura.

El Comercio

—Cecilia Rosales [CR]: ¿Usted se va a poner la vacuna que viene en las próximas semanas al Perú?

Sí, cuando sea necesario, no tengo ningún problema. He sido vacunado desde chico y estoy acostumbrado. Y esta vacuna china es una de las vacunas tradicionales que se hace con un virus atenuado, como tenemos desde 1793, si mal no recuerdo, con la primera experiencia de la vacuna, en una larga historia de vacunas como estas, que son perfectamente seguras.

—CR: ¿Qué va a hacer el gobierno frente al discurso antivacunas que parece crecer en el país?

Lo que vamos hacer, con la colaboración de todos los medios de comunicación, son campañas para informar que las vacunas son seguras, son necesarias, no solamente para nosotros mismos y las personas que nos rodean, sino para toda la ciudadanía. Vacunarse no es solamente algo de precaución personal, sino que es una responsabilidad social.

—Fernando Vivas [FV]: ¿Usted ha participado personalmente para reforzar las negociaciones de la vacuna? Porque eso podría implicar que, de pronto, hay alguna relación que va más allá de lo comercial con el Gobierno Chino.

El presidente participa a nivel del componente político. No tengo ningún problema en decir que tuve la oportunidad de dirigirle una carta al presidente Xi Jinping y recibimos una respuesta muy amable. Por lo tanto, hay toda una buena voluntad. Y en esto hay que ser muy claros: yo reconozco el enorme esfuerzo que ha hecho el equipo de negociación, y lo que hemos podido hacer desde que estamos en el gobierno es darle una orientación, escucharlos en mayor detalle, influir en algunos temas específicos de negociación, mantener las relaciones abiertas. Y la tarea del presidente es básicamente esa. La negociación del día a día la maneja la cancillería, la maneja el Ministerio de Salud, por supuesto informando al presidente de manera continua. El presidente da la orientación política y el apoyo que se requiere.

—FV: En el caso de Pfizer trascendió que había unas cláusulas abusivas que implicaban problemas para la soberanía del Perú. ¿Usted estuvo al tanto de esto y estuvo de acuerdo con que no se firmara el contrato por esta razón?

Uno tiene que empezar a ver estas cosas de manera serena y tranquila. Yo no usaría la palabra ‘abusiva’ en el sentido tradicional. Uno tiene que entender cuál es la situación de la empresa farmacéutica con la que se está negociando y por qué hace las cosas. La mayoría de las empresas farmacéuticas tienen que tomar precauciones contra cualquier juicio en contra por un efecto secundario que pueda derivarse de la vacuna. Nosotros estamos en una situación especial. Nunca en la historia se había desarrollado una vacuna que va a emplearse masivamente en menos de un año, las vacunas toman entre cinco y diez años en desarrollarse, porque hay una serie de pasos establecidos según los cuales se espera uno o dos años para ver si surge algún efecto secundario. Pero esta es una situación de emergencia. Lo que están haciendo las empresas es acelerar el proceso. Eso ha obligado a comprimir los tiempos y, ciertamente, no hay los dos o tres años que uno espera para ver si algún efecto secundario. Las empresas quieren protegerse contra eso. Si uno entiende la lógica de ello, uno sabe por qué lo hace y hasta dónde puede uno ceder o no. En el caso de Pfizer, simplemente el tipo de condiciones que planteaba, no solamente a nosotros, sino a otros países, nos parecían excesivas e innecesarias.

—CR: En estos momentos se está hablando ya de un rebrote. Si tuviera que elegir entre economía y salud, ¿Cuál será su decisión?

No es necesario escoger entre economía y salud, en primer lugar. Lo que sí estamos haciendo es una cosa que nos ha tomado un poco de tiempo, y se lo voy a decir con toda claridad. Cuando comenzamos a ver este tema del rebrote, una de las preocupaciones era saber qué tipo de medidas podemos poner en práctica. Entonces, escuché a todos los ministros y les dije: “Por favor, salgan un rato de la reunión del Gabinete y, en tres o cuatro horas, nos traen las lecciones aprendidas durante los meses de pandemia: qué cosa ha funcionado y qué no. Lo que quiero es que se pongan de acuerdo y nos digan qué es lo que nos proponen como opciones”.

—CR: ¿Y qué le propusieron?

En primer lugar, construir una serie de cinco o seis indicadores de carácter de salud. Por ejemplo, el número de infectados, el número de camas UCI, todos los temas que ya conocemos, pero no a nivel nacional, sino a nivel regional. Segundo, cuáles son los indicadores de actividad económica. Una cosa cualitativa pero muy importante es cuál es el grado de informalidad que se produce en una zona. Porque si tenemos cierto grado de informalidad, esas personas van a tener que salir todos los días. Entonces, ahí hay que pensar en algo diferente. Resumiendo, lo que estamos haciendo es juntar indicadores económicos, indicadores sociales, indicadores de salud y clasificando a las regiones de acuerdo al grado de peligrosidad que representan. Las medidas que se toman tienen que ver con cada uno de esos temas, y se van a anunciar muy pronto.

—Ariana Lira [AL]: ¿Estas medidas incluyen un posible retorno a una cuarentena?

El retorno de la cuarentena es una opción extrema, todavía. Pero vamos a ver un tema interesante: cómo es que tomamos decisiones sobre esto. Lo que estamos preparando y vamos a ofrecerle a la ciudadanía va a ser totalmente transparente para que tenga una idea de cómo es que se toman decisiones, no porque se le ocurren al presidente o a la ministra, sino porque hemos examinado la evidencia, la hemos procesado y tomamos decisiones que vamos a comunicar a la ciudadanía.

—AL: Pero no se descarta, entonces, por el momento, un eventual retorno a una cuarentena.

Si volvemos a una situación terrible como la que tuvimos en mayo o junio del año pasado, que teníamos una pendiente y llegamos al nivel más alto de infectados… Pero yo confío en que eso no va a suceder. En gran medida, no depende solo de lo que hagamos en el Gobierno, depende de lo que hagamos todos nosotros. Ya se tiene un consenso muy amplio en que el principal factor de transmisión es el comportamiento humano. Eso está claro en todas partes.

—CR: Existe una percepción de que al Gobierno le falta liderazgo al momento de la ejecución.

Yo creo que tiene usted razón en que es una percepción, pero no es una realidad, por lo menos en mi gobierno. Las decisiones se toman en el momento en que hay que tomarlas y muy rápidamente. Tenemos una ministra de Salud que sabe cómo tomar decisiones rápidamente.