Rafael Ramírez: Maduro es el principal responsable de la corrupción en PDVSA

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Hemos presenciado en los últimos días, como la cúpula del madurismo se enfrenta entre sí y muestra una fractura importante con la salida de Tareck El Aissami del sector petrolero, donde por cierto, hizo un daño tremendo.

Por aporrea.org

Lo que sucede allí es una verdadera “pelea de perros”, en donde quien meta la mano sale mordido. Sin embargo, en aras de contribuir de alguna manera a entender lo que pasa en el país, vamos a precisar algunos elementos que nos permitan caracterizar la situación real.

Lo primero que habría que decir, es que el principal responsable de este desastre es nicolás maduro y su círculo íntimo, los cinco que se han apropiado del poder y han hecho con el país lo que les da la gana, sin rendirle cuentas a nadie, desmantelando la institucionalidad y actuando al margen de la Ley. En sus destempladas declaraciones públicas, maduro reclamaba que cualquier observación hecha a la gestión de Tareck El Aissami se la hicieran a él, que era él el único responsable.

Lo segundo, es que aquí no hay ninguna lucha contra la corrupción, ni actuación de la justicia. Aquí hay un ajuste de cuentas en la cúpula del madurismo, una pelea entre caimanes del mismo caño –como diría Chávez– que, sin embargo, permite que emerja la podredumbre del gobierno madurista, lo que nos da una dimensión del saqueo al que ha sido sometido el país, causa fundamental de la pobreza generalizada que azota a nuestro pueblo.

Los hechos de corrupción que han salido a la luz pública, de manera controlada por el gobierno, no tienen antecedentes en el país y no se trata solo de la actuación deshonesta de los que han sido señalados, faltan muchos más, faltan los dueños del circo o mejor dicho, de la banda que cayó en desgracia.

El saqueo al que ha sido sometido el país, es producto de una política impulsada por el mismo nicolás maduro, una masiva transferencia de bienes y recursos del Estado para enriquecer y fortalecer a una nueva élite económica, civil y militar, que ha surgido con el madurismo y que forma parte de los distintos mecanismos que los sostienen en el poder.

Quienes hoy día están señalados o presos, son los operadores del madurismo, que han lavado el dinero mal habido en la burbuja que ha surgido en algunas zonas privilegiadas del país, eso que la maquinaria propagandística del gobierno hace llamar “el milagro” de su modelo, mientras la mayoría de la población, está sumergida en la más absoluta pobreza.

¿Cómo llegamos a ésto?
El madurismo, desde el inicio de su gobierno, ha venido desmantelando de manera sistemática las instituciones del país: ha corrompido y controlado el Poder Judicial, no existe Estado de Derecho, los jueces están subordinados a los grupos de poder, quienes les pagan y los sostienen; la Fiscalía General de la República, está conducida por un triste personaje que actúa siguiendo las instrucciones de cualquiera de los pranes de la cúpula y ha sido un instrumento de persecución y represión de los que nos hemos enfrentado a este desastre; los cuerpos de inteligencia no solo son el brazo armado de cualquiera de los jefes del madurismo, sino que participan directamente de la extorsión y prestan protección a los negocios ilícitos.

Lo sucedido en PDVSA ha sido un crimen contra todo el país, el madurismo arremetió contra la empresa y sus trabajadores, saqueando todos los recursos operativos y sustituyendo a todo su tren gerencial y directivo, colocando allí a sus incondicionales, sobre todo, al frente de la Vicepresidencia de Finanzas de la empresa, para vaciarla de recursos financieros, incluyendo los fondos de pensiones de los trabajadores, y así disponer de esos recursos, para pagar la factura de los favores recibidos a los grupos de poder que los sostienen y seguir alimentando con divisas el esquema cambiario que les permitió hacer grandes fortunas.

A partir de 2018, desaplicaron la Ley Orgánica de Hidrocarburos a través del Decreto 3.368, emitido de manera inconstitucional por nicolás maduro, donde le daba luz verde al general Quevedo, para entregar el petróleo y el gas a los empresarios de su entorno, lo que incluyó no solo las áreas tradicionales de producción de PDVSA y las Empresas Mixtas de la Faja Petrolífera del Orinoco, revirtiendo de manera ilegal nuestra política de Plena Soberanía Petrolera, sino que, entregó la comercialización del petróleo a los distintos operadores del madurismo.

Desde Alex Saab, su socio Álvaro Pulido, pasando por Wilmer Ruperti, los hermanos Majed y Khaled Khalil, hasta una verdadera “tribu” de militares arribistas y oportunistas de todo tipo, los operadores económicos de las distintas facciones del madurismo que se repartieron la empresa y que estaban representados en las sucesivas juntas directivas de PDVSA, comercializaban el petróleo venezolano por su cuenta.

El gobierno entregó, violando la Ley Orgánica de Hidrocarburos, la comercialización del petróleo a los privados y fue esa la tarea principal ejecutada por el Vicepresidente de Comercio y Suministro, Ysmel Serrano, ficha clave de Tareck El Aissami en la junta directiva de la empresa.

Es por ello, que maduro arremetió, con gran escándalo de su fiscal sicario Tarek Willians Saab, contra la Oficina de Fiscalización del Ministerio de Petróleo, ubicada en Viena, donde se verificaban las exportaciones petroleras y que el precio de cada cargamento se ajustara como mínimo a las fórmulas establecidas por nuestro organismo y publicadas en Gaceta Oficial, en una gestión de cara al país, que apuntaba a eliminar aquella nefasta política de la Apertura Petrolera que daba descuentos de hasta 40% del precio de nuestro petróleo, y que el madurismo reasume como práctica para favorecer a sus operadores privados en detrimento del pueblo.

El gobierno de maduro desmanteló todos los mecanismos de rendición de cuentas y control a los que estaba sometida PDVSA y que estaban en plena vigencia durante nuestra gestión con el Presidente Chávez: nunca más se emitieron informes financieros de PDVSA auditados por firmas internacionales; dejó de usarse el SAP, sistema internacional de administración y control empresarial; se eliminaron los distintos comités de contratación, de auditoría; nunca más se rindieron cuentas al país, ni a las distintas instancias de control, ni a la Asamblea Nacional, mucho menos, a la opinión pública; el Ministerio de Petróleo fue desmantelado, no volvieron a emitirse los datos estadísticos y dejó de fiscalizar y controlar la producción y exportación petrolera; los puntos claves del control de la gestión fueron entregados a los incondicionales del madurismo y los terminales de despacho de petróleo fueron militarizados para garantizar que nadie metiera las narices en sus negocios; se fracturó la unidad del tesoro, es decir, los que se apropiaban de los cargamentos de petróleo y los vendían, no ingresan los recursos en dólares ni a las cuentas colectoras del PDVSA y mucho menos, a las cuentas del Banco Central de Venezuela, que tienen inmunidad soberana, es por ello, que el valor de esos cargamentos nunca entró al torrente de la economía nacional, provocando la masiva devaluación del bolívar de más de 300 millones por ciento, desde que asumió maduro, que ha convertido el salario de los trabajadores en nada.

Ésto es más grave aún, cuando Delcy Rodríguez, además de vicepresidente es a la vez Ministra de Finanzas y tiene control de las operaciones financieras de PDVSA. Durante nuestra gestión con Chávez al frente de Petróleos de Venezuela, se reunían semanalmente el Ministerio de Finanzas, el Banco Central de Venezuela, el Ministerio de Petróleo y PDVSA para verificar los ingresos al país por concepto de exportaciones petroleras, las regalías e impuestos sobre la renta y dividendos de la empresa. Nadie nos podía venir con cuentos, ni a Rafael Ramírez, ni a Jorge Giordani y mucho, pero mucho menos, a Chávez, quien recibía semanalmente el estado de los ingresos petroleros al país.

Para darle cobertura a la entrega de PDVSA, de nuestro petróleo y gas, a todas estas operaciones ilegales, es que la Asamblea Nacional Constituyente promulga la muy inconstitucional Ley Antibloqueo, con la cual ellos, a su entera conveniencia, “desaplican” las leyes de la República y violan la Constitución. A partir de allí, con la excusa del bloqueo –extraño bloqueo de bodegones, Ferraris, edificios y hoteles de lujo– mantuvieron en secreto la entrega de PDVSA y del resto de las empresas del Estado, además del saqueo y la destrucción del Arco Minero.

Lo que ha sucedido en el país es inocultable, ni el alto gobierno, y mucho menos nicolás maduro, pueden decir ahora que “no sabían”, porque no se trata de que un funcionario evadió los mecanismos de control y luego la irregularidad fue detectada por los órganos competentes, no es así, ellos desmontaron todo el andamiaje de control del Estado y giran instrucciones directas para estas operaciones ilegales, además, emitieron decretos y leyes para protegerlas. En Venezuela, nada sucede sin que maduro lo sepa o lo ordene, peor aún, tal y como dice el PSUV “aquí se hace lo que maduro diga”.

La excusa de “no saber”, por parte de los jerarcas del gobierno, es aún más inverosímil en un país donde el madurismo tiene un férreo control policial sobre éste, ha impuesto un estricto mecanismo de espionaje, vigilancia y control de todo, hasta del más mínimo movimiento: grabaciones, intervenciones telefónicas y correos electrónicos, alcabalas y todo tipo de actividades de inteligencia policial y militar, con los cuales vigilan a toda la población.

No se puede ocultar, por ejemplo, que en la Torre Sur de La Campiña, desde donde operaba el Vicepresidente de Comercio y Suministro de PDVSA, el coronel Pérez Suárez, se tomaban decisiones con base en las anotaciones de una libreta, en donde se escribían los nombres que venían “desde arriba”, a quién se le debían dar cargamentos de petróleo y a quién no; allí se recibía dinero en grandes bolsas de plástico negras; se extorsionaba a los empresarios que se atrevían a prestar servicios a PDVSA, pagándoles una pequeña porción de la deuda en efectivo, luego de cobrarse hasta un 70% de comisión en efectivo.

Cómo es posible que el gobierno niegue el hecho de que ellos mismos, sus ministros y funcionarios, tengan una vida de potentados, de lujos, en un país signado por la pobreza. Todos hemos visto en el “boom” de altos y lujosos edificios, ferraris, bodegones, mansiones en parques nacionales como el Ávila y Los Roques que son propiedad de esos funcionarios o de lo que se llama ahora “emprendedores”, personas que hace 12 años eran ayudantes en Miraflores, oficiales de bajo rango, desconocidos, diputados, alcaldes, gobernadores o militantes del PSUV.

Siempre he denunciado que lo que ha sucedido en Venezuela luego de la muerte de Chávez, con el gobierno de nicolás maduro, es lo mismo que sucedió con el colapso de la Unión Soviética y el gobierno de Boris Yeltsin: la élite política y militar que asaltó el poder, se apropió de todos los bienes, empresas y recursos naturales de lo que quedó de la Federación Rusa, constituyéndose de allí en adelante, lo que se conoce como los oligarcas rusos.

El gobierno no sólo tiene señales evidentes de lo que pasa en el país, sino que son partícipes y han atacado y golpeado con saña a los que hemos levantado nuestra voz, desde hace tiempo, denunciando esta situación.

Como Ministro de Petróleo de Chávez, es mi deber histórico enfrentar la destrucción del país, pero sobre todo, explicar cómo el gobierno de maduro desmontó nuestra política e institucionalidad petrolera y cómo han venido entregando el gas y el petróleo, asaltando nuestra la principal industria del país. Mis alertas, artículos y entrevistas, habiendo sido Ministro de Petróleo por 12 años, han generado como respuesta del gobierno el más feroz linchamiento moral en mi contra y la persecución política más enconada, utilizando el manido argumento de la corrupción.

Resulta que los que encabezaron la persecución en mi contra, los que usaron la maquinaria propagandistica del Estado para ofenderme, acusarme y ponerme a un lado para poder asaltar PDVSA, los que han gastado cientos de miles de dólares en perseguirme a mí y a mi familia, son hoy en día, víctimas de su propio mecanismo fascista, del pranato de la política. Este mecanismo, irónicamente, se seguirá volteando en contra de cada uno de ellos, cuando maduro o sus asesores se sientan amenzados, incluso, de sus más cercanos colaboradores y cómplices como ha sido el caso de El Aissami.

El madurismo no sólo ha arremetido en mi contra por alzar mi voz para denunciar este desastre, sino lo ha hecho contra los exministros de Chávez, de cientos de trabajadores, dirigentes sindicales; e, incluso, contra dos jóvenes, Aryenis Torrealba y Alfredo Chirinos, acusados de ser “agentes de la CIA” por denunciar lo mismo.

Lo que se destapa de esta olla de podredumbre del gobierno de maduro, no es resultado de la actuación de la justicia, ni mucho menos de nicolás maduro, que ha sido el más permisivo con la corrupción, sólo basta ver su actuación y la de su entorno, los sucesivos escándalos internacionales y los hechos que van emergiendo poco a poco a la opinión pública.

Tareck El Aissami es un hombre de extrema confianza de nicolás maduro, pieza fundamental de su esquema corrupto de poder, ha sido precisamente quien ha arremetido con más saña en mi contra, como parte de su plan de controlar la industria petrolera y pactar con las transnacionales, es él quien ha promovido con sus jueces corruptos “acciones judiciales”, la persecución en contra de mi familia y el encarcelamiento de mi hermano, Fidel Ramírez, víctima inocente del odio incontenible de este sector del madurismo.

El Aissami ha desarrollado, al amparo de maduro, incluso desde que era Ministro de Interior y Justicia, todo un aparato policíaco y judicial que está bajo su control, quienes obedecen ciegamente sus instrucciones. Igualmente, ha creado y fortalecido todo un entorno empresarial al cual ha beneficiado con inmensos negocios, incluyendo los petroleros, además de estructurar operaciones financieras que han sido lesivas para el país, como es el caso de las criptomonedas y el Petro, que han servido para escamotear los beneficios sociales a los jubilados y trabajadores, para rematar los activos del Estado y lavar mucho dinero.

¿Qué habrá hecho Tareck El Aissami para ser puesto de lado por la cúpula del madurismo?
Eso se sabrá en poco tiempo, el gobierno se desmorona, la cúpula se fractura, porque en ella no existe un propósito revolucionario y, mucho menos socialista, allí lo que hay son negocios, intereses grupales y una fuerte disputa interna de la cual no escapa maduro, donde buscan la salida que garantice su propia seguridad y preservar sus intereses, de cara a una situación internacional insostenible y un modelo caótico, ramplón y destructivo que no cuaja.

Existen muchas especulaciones al respecto, maduro está negociando con los Estados Unidos, y para ello sigue cediendo y entregando lo que pueda, para llegar a acuerdos y salvar la cabeza de su entorno. En este empeño, entregan el petróleo a la Chevron, entregan el gas de la patria a la Shell en Trinidad y Tobago, y sacan del sector petrolero a Tareck El Aissami, quien tiene, nada más y nada menos, que orden de captura en EEUU por narcotráfico y ha entregado la industria petrolera a agentes internacionales, incluyendo al gobierno de Irán. Los norteamericanos no están dispuestos a seguirse entendiendo con un personaje como éste.

La gestión de Tareck El Aissami al frente de la Comisión ARA, desde febrero de 2020, ha sido un desastre, ha lesionado los intereses del país, como lo denuncié en su momento,rematando los activos de la industria petrolera, privatizando PDVSA, para convertirla en un cascarón vacío, administradora de contratos; la producción de petróleo está estancada en valores mínimos históricos, hoy día 700 mil barriles día de petróleo, una caída de 77% con respecto a la producción de 2013 y nuestro sistema de refinación se encuentra operando a 10% de su capacidad instalada, condenando al país a una escasez crónica de combustible y lo poco que se puede adquirir, se hace a precios internacionales.

Según cifras que se desprenden de documentos internos de la propia PDVSA, las cuentas por cobrar de la industria, es decir, el petróleo que se entregó a los privados y operadores, cuyo pago no se ha recibido, se “perdió”, alcanza la escandalosa cifra de 25 mil millones de dólares, ésto nunca había sucedido en el país.

En mis sucesivos artículos y reportes especializados, he demostrado que, aún con el colapso de PDVSA y sus exportaciones de sólo 600 mil barriles día de petróleo al año 2022, con precios internacionales de 100 dólares el barril, los ingresos de PDVSA han debido ser, solo ese año, de 30 mil millones de dólares, equivalentes a los de la empresa Colombiana Ecopetrol, que en la actualidad tiene la misma producción de PDVSA.

Entonces, no son las sanciones, el imperialismo norteamericano ni el bloqueo, las razones por la cual no se le paga un salario digno a los trabajadores y el colapso del país, sino porque el gobierno ha desviado los recursos provenientes del petróleo. Desmantelaron los mecanismos de control y rendición de cuentas, para poder asaltar la industria, porque aún maltrecha como está, PDVSA es una gran empresa y el petróleo sigue siendo fundamental para la economía mundial.

En cualquier país del mundo, tanto Tareck El Aissami como maduro, hubiesen sido destituidos o hubiesen renunciado por incompetentes y traidores a la patria, pero nada de ésto interesa a maduro, su único esfuerzo se concentra en mantenerse en el poder, cueste lo que cueste. Haberse desprendido de su mano derecha y cómplice, significa que hay una fuerte disputa interna en la cúpula del madurismo, que muy probablemente termine con la salida de maduro, usando los mismos mecanismos que él utiliza en contra de sus enemigos políticos.

Pero nosotros, los chavistas y la mayoría del pueblo venezolano, no podemos esperar pasivamente a que estos caimanes se reacomoden y lleguen a acuerdos con factores e intereses transnacionales, están destruyendo el país. Este escandaloso desfalco lo único que demuestra y deja claro, es la imperiosa necesidad de provocar un cambio político urgente, para salvar lo que queda de la patria.