Mientras el gobernador de Bolívar, Justo Noguera Pietri, junto a la autoridad única en Salud, Franklin Franchi, declaraban sobre el inicio de la primera fase de vacunación de la Sputnik V y afirmaron que los hospitales son dotados continuamente de medicamentos, en los pasillos del hospital Ruíz y Páez, familiares de pacientes vivían una realidad distinta.
Desde hace tres semanas, la tía de Joana Gómez espera por suministro de antibióticos, pero la respuesta del hospital es que no hay.
«Le mandaron dos tipos de antibióticos porque tiene una úlcera sobreinfectada. Desde que está acá no ha recibido tratamiento. El que le recetaron para que no perdiera la pierna, el Imipenem de 500 mg, cuesta 40 millones de bolívares, y es una dosis diaria que hay que ponerle», relató Gómez.
La respuesta del hospital es que no hay, pero tampoco hay una explicación. Gómez quiso hablar con las autoridades ese día, pero no pudo.
«Lo que nos dicen es que busquemos por otro lado, que aquí no cuentan con ese antibiótico. A veces nosotros mismos somos los que ponemos desde la solución hasta el yelco, las jeringas y todo lo demás», agregó.
De los tres antibióticos que requiere Reyes del Valle Gómez, de 67 años de edad, solamente le han aplicado uno. «He ido a estos lugares de ayuda social y tampoco cuentan con esos antibióticos», dijo desesperada.
La denuncia de Joana Gómez es verificada por el personal de salud. De hecho, cuando trasladaron a las víctimas de la explosión de dos cilindros de gas en Monagas, y los pemones por la explosión de una cisterna de combustible en Gran Sabana, la unidad de quemados tampoco contó ni con los antibióticos necesarios para suministrarles ni con el resto de los insumos básicos para las limpiezas diarias.