Religiosos nicaragüenses fueron desterrados de su país en un vuelo de Conviasa

0
391

Un grupo de 19 religiosos nicaragüenses, que habían sido desterrados por el régimen de Daniel Ortega, llegaron a la ciudad de Roma, Italia, en un vuelo especial de la aerolínea estatal Conviasa. Según fuentes de la Iglesia católica, el avión partió el sábado 13 de enero del Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino en Managua y aterrizó en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar en Caracas antes de dirigirse a Roma.

Este grupo de religiosos incluye al obispo Rolando Álvarez, quien había sido condenado por el régimen de Ortega a 26 años de cárcel por supuestos delitos de traición a la patria. Además del obispo Álvarez, el grupo está conformado por el obispo Isidoro Mora, 15 sacerdotes y 2 seminaristas. Todos llegaron al Vaticano, excepto uno que decidió quedarse en Caracas.

El vuelo de Conviasa fue considerado especial, ya que la aerolínea no tiene una ruta establecida entre Nicaragua y Venezuela en sus itinerarios internacionales. Según el periódico Confidencial, la aerolínea ofrece servicios chárter que son ideales para instituciones y compañías, y solo requiere un grupo mínimo de 15 pasajeros adultos para realizar un viaje internacional.

Aunque se desconoce quién costeó el viaje, se especula que pudo haber sido el régimen de Ortega, el Vaticano o el gobierno de Nicolás Maduro. Cabe destacar que este es el tercer grupo de religiosos que ha tenido que abandonar Nicaragua debido a la persecución del régimen.

El destierro de estos religiosos fue confirmado por el régimen de Ortega, quien alegó que se realizó en acuerdo con la Santa Sede. Hasta ahora, Nicaragua ha desterrado a casi 40 religiosos en total.

La liberación de estos religiosos ocurrió después de que el papa Francisco expresara su preocupación por la detención de sacerdotes católicos en Nicaragua y pidiera que se resolvieran los problemas a través del diálogo. Además, el gobierno de Joe Biden había exigido la liberación inmediata del obispo Rolando Álvarez.

El destierro de estos religiosos evidencia la difícil situación que enfrenta la Iglesia católica en Nicaragua bajo el régimen de Ortega. Esperemos que esta situación pueda resolverse pronto y que se respeten los derechos de libertad religiosa en el país.