Rentismo petrolero mantiene a flote la economía del país

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Según el economista, José Guerra, el único motor activo en Venezuela que está dando crecimiento económico es el petrolero, pero no por el aumento de la producción de Pdvsa que se ubica en 650 mil barriles diarios, lo que representa el 20% de la producción que tenía el país en 1998 que era de 3.329.000 barriles por día. Lo que está generando mayores ingresos fiscales a la nación es el aumento de los precios del barril petrolero en el mercado internacional, desatados por la crisis energética de la invasión de Rusia a Ucrania. Asegura que el sector industrial y manufactura que es el segundo gran motor de la economía sigue con una producción estancada, golpeada por la competencia desleal del ingreso de productos importados que privilegia el Estado.

Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA

«El Observatorio Venezolano de Finanzas estimó un 9,8% de crecimiento para el tercer trimestre del 2022, lo que representa una desaceleración importante de la economía. En el primer trimestre se registró un crecimiento económico de 15,9% y en el segundo 14,9%», explicó Guerra. Resaltó que el problema del sector industrial es que no puede competir con importaciones consideradas «baratas», porque son comprados con un dólar a nueve bolívares, debido a la política del Banco Central de Venezuela (BCV), de inyectar las reservas internacionales a las mesas de cambio de los bancos.

«Para que Venezuela crezca de manera integral necesita un programa económico. Actualmente lo que hay son medidas aisladas que consisten en tener estable el dólar para tratar de bajar la inflación generando una pérdida de reservas internacionales en lo que va de año de casi 1000 millones de dólares. Esta política es insostenible y es lo que está ahogando la producción nacional», dice.

Marisela Cuevas, economista, precisó que el FMI proyectó un crecimiento económico para Venezuela al cierre de este año en 6%, luego de contraerse el tamaño de su Producto Interno Bruto (PIB) por nueve años consecutivos. El problema es que esa leve mejoría no se traduce en desarrollo ni en calidad de vida para los venezolanos.

«Estábamos mejorando porque estábamos en el foso. Es cierto que han abierto muchos bodegones, restaurantes, comercio y farmacias en el último año, pero ¿cuántas industrias han abierto? La industria y la agricultura son la base de la pirámide económica, no el comercio. Un crecimiento apuntalado en el comercio de importación es débil», resaltó.

Precisó que ha sido un error histórico del país atar el crecimiento económico a la renta petrolera. «Toda nuestra tragedia está atada a la volatilidad de los precios del petróleo, si suben estos precios estamos bien, si bajan estamos mal», dijo.

El tamaño de toda la cartera de crédito venezolana es equivalente a 500 millones de dólares, similar a la cantidad de dinero que puede prestar una sola agencia bancaria en Colombia. Así lo informó Claudio Rivas, secretario de la Federación de Trabajadores Bancarios y Afines (Fetrabanca).

La banca nacional vive de los servicios que presta, asegura que sin créditos al sector empresarial y los consumidores la economía no podrá crecer.

«Se siguen cerrando oficinas bancarias y también se ha registrado la pérdida de aproximadamente 3000 puestos de trabajo. Cajeros, analistas de créditos, oficial de créditos, economistas prefieren emigrar al sector informal o se van del país por la crisis económica actual», expresó.

Señala que esa falta de personal se ve en cualquier oficina bancaria del país. «La gente cuando va a un banco lo que ve es a cinco personas trabajando, dos dedicadas a atención al cliente. Antes una agencia pequeña tenía una plantilla de 12 trabajadores», precisó.

Carlos Ñáñez, economista y profesor de la Universidad de Carabobo, informó que aunque sectores del comercio como alimentos y farmacias venían en aumento desde que inició la pandemia. De agosto a la fecha vienen registrando un freno en sus ventas. Considera que la creación del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF), para pagos que se realicen en dólares en efectivo, ha contribuido a esa baja en las ventas.

«Hay una simetría o desigualdad en la manera que crecen los diferentes componentes que constituyen el PIB de la República. Si bien es cierto que hay un salto hacia la recuperación en el sector de comercio y en el sector de servicios. No es menos cierto que ese salto se está limitando como consecuencia directa de un conjunto de medidas de corte tributaria. Me refiero al IGTF en especial. Este tributo ha sido absolutamente torpe, regresivo e inflacionario en una economía, cuya recuperación comenzaba a dar pequeños pasos», explicó el economista Ñáñez.

Marco Teixeira, nuevo presidente de la Cámara de Pequeños y Medianos Industriales de Lara (Capmil), informó que en promedio este sector opera al 30% de su capacidad instalada por la falta de financiamiento para adquirir materia prima y reemplazar los equipos de producción que datan de más de 25 años.

Precisó que el sector más afectado en las zonas industriales de Barquisimeto son las empresas metalúrgicas, cuya materia prima depende de la Siderúrgica del Orinoco «Alfredo Maneiro» (Sidor), y cuyo principal cliente es el Estado venezolano.

«El sector de metalúrgicas era el más amplio en Barquisimeto. Ahora está muy afectado. Desde 2020 su producción ha disminuido mucho. Por eso estamos implementando varias estrategias para reactivarnos. Hemos tenido conversaciones con el alcalde de Iribarren, Luis Jonás Reyes, para que se active las Zonas Económicas Especiales en Lara que contempla cuatro zonas industriales en Barquisimeto y una zona industrial en el municipio Palavecino. Igualmente, le hemos pedido que baje los impuestos de actividad económica y aseo para poder ser más competitivos. Y hasta nos reunimos con el representante de la Unión Europea en Venezuela, para ver la posibilidad de que exista financiamiento internacional, inversión tecnológica y educación tecnológica», dijo Teixeira.

El encuentro con la Unión Europea fue en junio de 2020, en una reunión llevada a cabo en la sede de la Cámara de Industriales de Barquisimeto.

También informó que las empresas que han podido acceder a créditos financieros del sector bancario son las priorizadas, de alimento y farmacia, pero alega que las tasas de interés se han duplicado en el último año. «La banca nacional ha otorgado unos recursos que debes cancelárselo a los tres meses. Es un plazo muy corto y los intereses son muy caros. Si uno requiere importar la materia prima esta llega a Venezuela a los tres meses de encargado», refirió.

En Capmil hay afiliadas 92 empresas, y estiman que para que recuperen su capacidad instalada requieren una inversión anual de más de seis millones de dólares.

Debido a que el Gobierno eliminó en abril la exoneración de impuestos de aduana e IVA para la importación de productos terminados como calzado, la industria nacional ha tenido un respiro y ha podido arrancar nuevamente su producción este año. Registrando un incremento de las ventas del 50% en comparación a 2021.

«Venimos de la época escolar logramos cubrir la demanda. Pero honestamente no tenemos un capital suficiente para respaldar demanda de diciembre que por cierto ha sido siempre el periodo más fuerte de ventas. En 2021 la capacidad instalada promedio fue de 10 y 12%. Este año llegamos a 20% cuando se acabó la cuarentena radical y se le dejaron de dar incentivos a los importadores de calzados», informó a LA PRENSA, Tony Di Benedetto, presidente de la Cámara Venezolana de Calzado y Componentes (CAVECAL).

Se mantiene activas unas 200 empresas de calzado a nivel nacional. Di Benedetto también denunció el ingreso por vías del contrabando de calzado colombiano, imitación de marcas.

Según estimaciones de la Cámara Venezolana de la Industria del Vestido (Cavediv), a finales de la década de los 90 en Venezuela existían 400 industrias del vestido en Venezuela, en la actualidad sólo quedan 25 trabajando. La contracción de este sector representa un 95%. Así lo informó Roberto Rimeris, presidente de este gremio empresarial.

«Se ha aumentado el uso de la capacidad instalada un 10% en 2021 a un 27% este año. Se está fabricando más. Los últimos siete años, según Conindustria, ha cerrado cerca del 20% de las industrias. El mercado en 2013 tenía un PIB de 320 mil millones de dólares y ahora es de 90 mil millones de dólares», expresó.

Omar Bautista, presidente de la Cámara de Fabricantes Venezolanos de Productos Automotores (FAVENPA), informó que este año sólo se han ensamblado en Venezuela 52 vehículos de carga pesada. Sólo están activas dos empresas ensambladores en el país: Mack de Venezuela e Ivento.

«Hasta septiembre se ensamblaron 52 vehículos, la mayoría de ellos son chasis para autobuses y camiones. Nuestro sector sigue seriamente afectado por la masiva importación de repuestos sin pago de impuestos. Eso está compitiendo de manera desleal con la producción nacional que está obligada a pagar impuestos de ley», recalcó.