El viernes pasado, usuarios de redes sociales informaron sobre una explosión en la estación Caño Amarillo del Metro de Caracas. Se difundieron videos en los que se puede ver humo saliendo de un tren varado en los rieles, a pocos metros de la estación. Ante esta situación, los operadores de la compañía tuvieron que evacuar a los pasajeros de los vagones, algo que ya ha ocurrido en varias ocasiones debido al deterioro del servicio. A pesar de que el gobierno anunció un plan de recuperación, que incluía arreglos en luces y pisos de algunas estaciones, los problemas persisten, como el aire acondicionado deficiente, desperfectos, inseguridad, falta de personal y suciedad. Incluso el proceso de pago con tarjetas no ha mejorado, ya que hay estaciones que no tienen el material necesario y las personas deben hacer cola frente a los torniquetes, esperando que alguien les permita pasar por no contar con tarjeta o no tener dinero para pagar el pasaje.
En otra ocasión durante esta semana, usuarios reportaron una filtración de agua en la estación Petare, causada por las lluvias. Un video muestra cómo una cortina de agua ingresaba por el techo de la estación, justo frente a la caseta de operaciones.
En cuanto a la seguridad, la semana pasada, la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y el Servicio de Inteligencia Nacional (Sebin) llevaron a cabo el operativo Plan Buhonería 0 en las instalaciones del Metro de Caracas, donde detuvieron a tres personas. Durante la operación, se abordó a más de 1.600 usuarios de la Línea 1 del sistema. Las tres personas detenidas tenían órdenes de captura emitidas por el sistema judicial.
Estos incidentes y problemas evidencian la falta de inversión y mantenimiento en el Metro de Caracas, lo cual afecta gravemente la calidad del servicio y la seguridad de los usuarios. Es necesario que las autoridades tomen medidas urgentes para solucionar estos inconvenientes y garantizar un transporte público eficiente y seguro para la población.