Legisladores del partido Republicano de Estados Unidos piden que se aplique la pena de muerte contra José Antonio Ibarra, un migrante venezolano que asesinó a Laken Riley, una estudiante de enfermería de la Universidad de Georgia.
Los republicanos de Georgia expresaron públicamente la solicitud, al tiempo que criticaron una vez más la política migratoria aplicada por el presidente Joe Biden, que en los últimos cuatro años a incrementado la llegada de extranjeros a territorio estadounidense.
Marjorie Taylor Greene, representante republicana, argumentó en una publicación a través de la red social X, que Ibarra, al ser un extranjero irregular, merece la pena de muerte por el brutal asesinato de una joven de la misma edad que sus propios hijos.
Athens, Georgia is a sanctuary city which gives illegal aliens safe harbor.
— Marjorie Taylor Greene 🇺🇸 (@mtgreenee) February 24, 2024
There should be no sanctuary cities in the state of Georgia!
I’m calling on our Republican-controlled state legislature and our Governor Brian Kemp to end sanctuary cities in GA. https://t.co/M1hona1VLr
Ibarra, de 26 años de edad es acusado de homicidio, agresión agravada, secuestro y encubrimiento de la muerte.
La víctima, de 22 años de edad, fue hallada sin vida el pasado 22 de febrero en una zona boscosa del campus de la universidad, tras ser reportada como desaparecida por parte de sus amistades.
La Oficina del Forense del condado Athens-Clarke y la Morgue anunció que Riley murió a causa de un «traumatismo contundente en la cabeza». Sin embargo, podrían pasar varias semanas hasta que se publique el informe oficial de la autopsia.
Las autoridades indicaron que Laken y José Antonio Ibarra no se conocían y describieron lo ocurrido como «un crimen de oportunidad».
Layling Franco, esposa de Ibarra y también venezolana, reveló a The Post que ambos cruzaron la frontera a través de El Paso en septiembre de 2022, siendo liberados antes de ser enviados en autobús a Nueva York, pero se mudaron a Georgia con el fin de encontrar mejores oportunidades laborales.
Este crimen ha detonado una ola de ataques y discriminación contra estudiantes latinos que hacen vida en Estados Unidos.