Una multitud de sacerdotes y fieles argentinos se unieron en una misa en un barrio pobre de Buenos Aires para expresar su rechazo a las críticas del candidato presidencial Javier Milei al papa Francisco. El Equipo de Curas Villeros, conformado por una veintena de curas argentinos que trabajan en barriadas pobres, defendió al sumo pontífice argentino y repudió los insultos y cuestionamientos que ha recibido de Milei, un economista liberal de ultraderecha.
La celebración tuvo lugar en la parroquia Virgen de los Milagros de Caacupé, en un barrio marginal del sur de la capital. Durante la misa, los sacerdotes destacaron la importancia de la doctrina social de la Iglesia, la cual el papa Francisco defiende fervientemente. El sacerdote José María Di Paola señaló que es indignante que un candidato hable de manera despectiva sobre la justicia social, cuando esta es un principio fundamental del evangelio y del amor al prójimo.
En el comunicado final de la misa, los sacerdotes expresaron su preocupación acerca de la capacidad de Milei para ocupar un cargo público debido a su desorden emocional y su incapacidad para dialogar y respetar a quienes piensan diferente. Además, resaltaron la importancia de la presencia del Estado en el crecimiento y desarrollo de la sociedad, un aspecto que Milei rechaza debido a su postura a favor de la mínima intervención estatal.
Los sacerdotes también advirtieron sobre las consecuencias de idolatrar el mercado y olvidar a los más débiles, afirmando que esto lleva a la deshumanización. En este sentido, criticaron a Milei por su postura a favor del libre mercado y su rechazo a las políticas estatales dirigidas a los sectores empobrecidos.
En años anteriores, Milei había realizado fuertes críticas al papa Francisco, llegando a calificarlo como representante del maligno en la Tierra y acusándolo de impulsar el comunismo, lo cual considera contrario a las Sagradas Escrituras. Sin embargo, tras las elecciones primarias de agosto, Milei ha bajado el tono de sus críticas y ha manifestado su respeto hacia el papa como jefe de la Iglesia católica.
La misa de desagravio contó con la presencia de varios sacerdotes que trabajan en barrios marginales, sindicalistas, líderes de organizaciones de derechos humanos y funcionarios del peronismo. También contó con el apoyo del arzobispo de Buenos Aires.
En resumen, la misa en el barrio pobre de Buenos Aires fue un acto de solidaridad hacia el papa Francisco y una muestra de rechazo a las críticas de Milei. Los sacerdotes argentinos defendieron la importancia de la justicia social y criticaron la postura de Milei a favor del libre mercado y en contra de la intervención estatal. Además, expresaron su preocupación acerca de la capacidad de Milei para ocupar un cargo público debido a su desorden emocional y su falta de respeto hacia quienes piensan diferente.