El auge del trabajo remoto global y las soluciones tecnológicas han abierto camino a las criptomonedas en Latinoamérica como un medio de pago a nivel corporativo, lo que abre posibilidades para estos trabajadores, pero también retos a nivel fiscal y de interoperabilidad entre los distintos servicios financieros de los países.
“Los pagos en criptomonedas han sido la gran puerta de entrada para que las personas puedan trabajar para otros países, aprovechando cómo las criptos han roto las barreras geográficas y reducido los tiempos para los pagos entre diferentes regiones”, dijo a Bloomberg Línea el director de Marca para Europa y América Latina en el exchange global BingX, el argentino Pablo Monti.
Las proyecciones de la multinacional de servicios financieros Mastercard apuntan a que las remesas digitales en Latinoamérica comenzarán a superar el envío de dinero físico a través de las fronteras y se espera que estas generen un incremento de US$20,000 millones para 2026. Desde BingX señalan que Argentina, Brasil y México son los países de la región en los que hay más asalariados en criptomonedas o bien que quieren recibir su salario en cripto.
Las modalidades de pago en criptomonedas han encontrado cabida en economías inflacionarias y países con monedas que pierden valor constantemente, pero también ofrecen soluciones para la inclusión financiera en áreas donde los servicios bancarios tradicionales son limitados o inaccesibles, dice el director del exchange CryptoMKT en Colombia, Andrés Gómez.