SANCIONES INTERNACIONALES: La crisis nacional no es producto de las sanciones

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Aunque a algunas personas les resulte obvio, en este momento es importante recalcar que la debacle del país no comenzó durante la gestión de Nicolás Maduro. Hugo Chávez es el artífice de esta tragedia que le ha tocado vivir a los venezolanos, pues fue quien primero se obsesionó con acabar con todo lo que se había construido en 40 años de democracia. El hambre, la destrucción del sistema de salud, el arrase del sistema educativo, el aumento del desempleo, todo comenzó durante su presidencia.

El Nacional

Es obra del socialismo del siglo XXI la destrucción de Pdvsa, que fue dejando pozos y taladros parados por toda la geografía nacional. Es imposible ocultar las cifras que muestran la caída paulatina de la producción desde que Chávez despidió a más de 15.000 trabajadores de la industria petrolera que hacían posible que en 1997 se produjeran 2,95 millones de barriles diarios. Y a pesar de la disminución, ingentes cantidades de divisas entraron al país. ¿Alguien en su sano juicio puede enumerar las grandes inversiones que se hicieron para beneficiar a los venezolanos con esos recursos? Más bien es sabido que ese dinero reposa y gana intereses en cuentas de paraísos fiscales.

¿Cree usted, entonces, amigo lector, que si se levantaran las sanciones impuestas por la comunidad internacional a partir de 2017 en contra de Maduro, el gobierno y los principales líderes del chavismo, sería diferente el comportamiento de este gabinete? ¿Aprendieron la lección después de cinco años de no poder cobrar dólares por el poco petróleo que produce ahora Pdvsa? ¿Se reinvertiría en el pueblo, en hospitales, en producción agrícola, en colegios? Con todo respeto, ¿qué les hace pensar a los 25 firmantes de la carta que fue enviada al presidente de Estados Unidos que esta vez será diferente?

Nuestro presidente editor, Miguel Henrique Otero, lo señaló: «Las sanciones son instrumentos de la comunidad internacional contra aquellos gobernantes de países que abusan del poder, que no garantizan cumplir con sus responsabilidades para lograr el bienestar de la población y que, en muchos casos, se convierten en corporaciones criminales».

Entonces, ¿por qué abogar por el levantamiento de las sanciones? No puede usarse el pueblo como excusa. Ellos fueron los causantes de esta crisis y nadie garantiza que quieran revertirla.

Todo lo que han hecho constituyen crímenes de lesa humanidad; no solo en contra de las víctimas de represión o los torturados, sino en contra de cada niño que se acuesta sin comer, de cada ciudadano al que el sistema de salud le cierra las puertas por falta de medicamentos, de cada joven que ya no tiene posibilidades de formarse en una de las que eran consideradas las mejores universidades de la región, de cada madre que se ve forzada a dejar de trabajar porque no tiene cómo pagar el transporte público… por eso se llama violación sistemática de derechos humanos. ¿Merecen, entonces, alguna compasión? Cuando tuvieron el control de esos ingresos no lo invirtieron en lo que han debido, solo se enriquecieron. Y no lo decimos nosotros, lo han denunciado exfuncionarios chavistas.

No nos cansaremos de repetirlo: la crisis nacional no es producto de las medidas que tomó el gobierno de Donald Trump y que luego fueron ratificadas por Joe Biden, así insistan en decirlo.

Si los gobiernos amigos intensifican las sanciones, si se toman el trabajo de diseñarlas y aplicarlas, es porque saben que es injusto que un gobierno como el de Maduro siga gastando dinero a manos llenas sin atender a la gente. Esta presión no será de efecto inmediato, pero se convierte en una piedra en el zapato que les entorpece el paso y eso hay que agradecerlo.