Linda Loaiza fue secuestrada en el año 2001 por parte de Luis Antonio Carrera Almoina, conocido como el «monstruo de Los Palos Grandes». Durante los meses de encierro fue golpeada con palos, quemada con cigarrillos, torturada, mutilada y violada en múltiples ocasiones. En ese entonces, solo tenía 18 años de edad
Luna Perdomo| TalCual
Este miércoles 16 de noviembre se cumplen cuatro años de la sentencia condenatoria de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) contra el Estado venezolanos por las diversas violaciones de derechos humanos de las que fue víctima la abogada Linda Loaiza López tras haber permanecido secuestrada cuatro meses por parte de Luis Antonio Carrera Almoina.
Sin embargo, por medio de su cuenta en Twitter, Linda Loaiza recuerda que sobre su caso no ha habido justicia. Explica que pese a la sentencia, el sistema de justicia venezolano no ha tenido ningún «gesto reivindicador de su nefasta acción en mi caso», escribió.
De la misma manera, reiteró que con la falta de voluntad se «sigue mostrando la cara inocultable de la impunidad sistemática en Venezuela» y recuerda que de nada vale un fallo internacional, si el Estado no cumple con ese mandato.
«Sigue la impunidad abriendo la puerta para la continuidad de estos crímenes contra las mujeres, niñas y adolescentes», afirma Linda Loaiza.
Linda Loaiza fue secuestrada en el año 2001 por parte de Luis Antonio Carrera Almoina, conocido como el «monstruo de Los Palos Grandes», por la zona en la que residía. Durante los meses de encierro fue golpeada con palos, quemada con cigarrillos, torturada, mutilada y violada en múltiples ocasiones. En ese entonces, solo tenía 18 años de edad.
Luis Antonio Carrera Almoina, su captor, fue arrestado tras diversas investigaciones y en 2004 fue absuelto, luego de irregularidades en su proceso penal. En 2006 hubo una nueva sentencia, en la que fue condenado a seis años de prisión por varios delitos, menos el de agresión sexual.
Pero en el año 2008 se decidió que Carrera Almoina había cumplido la pena y ahora se desconoce su paradero.