Entre abril de 2021 hasta marzo de este año se han registrados 396 casos de abuso sexual en en el Tapón del Darién, 58 son niñas menores de edad, según datos que suministró Médicos Sin Fronteras en una entrevista a El Nacional. Hasta con las propias armas los grupos criminales abusan sexualmente de las personas
Por Emely Marcano @Emely_MR – El Nacional
Millones de migrantes de diferentes nacionalidades emprenden una de las travesías más peligrosas e intransitables del lado suramericano, la selva del Darién, aunque este es solo el comienzo del dantesco peligro al que se enfrentarán las personas que quieren llegar a Estados Unidos.
El Tapón del Darién es un pulmón vegetal extendido en las fronteras entre Panamá y Colombia. Este lugar es catalogado por expertos como una selva impenetrable, además, es considerado uno de los lugares más biodiversos del mundo. Aún así, a pesar de la densa vegetación que lo compone, se ha convertido en un paso irregular tanto para los migrantes como para el crimen organizado.
Actualmente la migración irregular es una realidad, de hecho, el fenómeno que experimenta el Tapón del Darién no es nuevo, data de unos 12 años aproximadamente, recordó Santiago Paz, jefe de Misión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Panamá, en entrevista con El Nacional.
En 2021 ingresaron al país por la selva del Darién cerca de 134.000 personas de distintas nacionalidades, siendo los haitianos quienes más la cruzaron, muchos de los cuales vivían en Chile y Brasil desde el terremoto de Haití de 2010. Ese número superó la cantidad de los últimos 11 años juntos.
Migración irregular seguirá en alza
En lo que va de 2022 ya van casi 14.000 personas que han cruzado la selva; en este primer trimestre son los venezolanos que ocupan el primer lugar, según datos oficiales del gobierno de Panamá, que también suministró la OIM a El Nacional. La cifra total de muertos es una incógnita. Para el momento de está publicación ningún organismo humanitario o gubernamental ha dado respuesta.
Durante la entrevista para este medio, se le preguntó a Paz si se podría o no controlar la migración irregular en el Darién. Afirmó que este organismo junto a las autoridades panameñas busca es gestionarla, no pararla.
Incluso aseveró que el fenómeno migratorio no va a parar por «cerrar fronteras». En cooperación con los países de acogidas y la implementación de políticas públicas (basadas en migración) los organismos internacionales podrán «enfrentar esta realidad», dijo.
«Buscamos identificar cuáles pueden ser las causas de la migración y de ahí partir y trabajar en una respuesta regional para finalmente establecer cuáles podrán ser las rutas regulares de migración», indicó Paz.
Entre los mecanismos que ya se han empleado están la reunificación familiar, el retorno voluntario asistido y la migración laboral temporal, entre otros.
Los migrantes, que atraviesan el Darién no solo llegan desde América Latina, sino África y Asia. Muchas de esas personas no salen propiamente de sus países de origen sino de los países que los acogieron, ya sea porque previamente vivieron una crisis humanitaria, una guerra, un evento natural o simplemente buscan tener calidad de vida.
Rutas migratorias cambiaron en el Darién
En 2021 los migrantes llegaban a la comunidad indígena de Bajo Chiquito tras caminar durante días por la mortífera selva del Darién, mientras otros hacían la ruta de cuatro horas en piraguas. Pero en enero de 2022 comenzaron a llegar a Canamembrillo, un pequeño poblado cercano a la frontera colombiana, supuestamente más seguro.
En conversación con El Nacional, Helmer Charris, coordinador de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Panamá, contó que entre diciembre y enero se evidenció que los casos de violencia sistemática habían disminuido, pero solo fue por un corto plazo. En febrero ya no había una preferencia de ruta, al llegar a ambas el peligro es inminente.
«Cuando van caminando por la selva (los migrantes) se encuentran a un grupo de personas encapuchadas (crimen organizado) que las amenazan con armas, los obligan a arrojarse al piso y si alguien (la víctima) se resiste estas personas pueden llegar a ser muy violentas. Les quitan todo lo que sea de valor, hasta los zapatos», dijo.
Charris lleva 11 años en la organización médico humanitaria y desde abril de 2021 está en la comunidad del Darién, en Metetí, donde la OIM, Unicef, Cruz Roja Panamá, Hyas y MSF prestan apoyo a la crisis que se vive en esa provincia panameña tras la ola migratoria.
Atravesar el Tapón del Darién podría tomarle a los migrantes unos siete días, todo dependerá de las condiciones físicas en las que estén.
En San Vicente (Metetí), MSF tiene una estación que comparte con la Cruz Roja que sirve para prestar apoyo a los migrantes heridos o incluso para ayudar a mujeres y niñas que fueron abusadas sexualmente. Esto es un hecho de la que difícilmente podrán escapar y para la organización es primordial que las víctimas reciban ayuda lo antes posible.
Cerca de 80% de los migrantes que atraviesan la espesa selva del Darién se exponen no solo a los peligros de la orografía del territorio sino también a robos sistemáticos, violaciones física y sexual, secuestros y trata de personas.
Además de los peligros físicos a los que se exponen los migrantes durante la peligrosa travesía, las lluvias torrenciales ocasionan repentinas crecidas de los ríos, lo que a menudo provoca que los migrantes se ahoguen en el camino dejando a su paso cadáveres.
«Los pacientes que han llegado a nuestra consulta sufren de estrés postraumático, trastornos de ansiedad y pánico generado por los eventos vividos, violación o robo a los que fueron sometidos», indicó Charris.
Mujeres violadas hasta con armas
Entre abril de 2021 hasta marzo de este año se han registrados 396 casos de abuso sexual en la selva del Darién, 58 son niñas menores de edad, según datos de MSF. Esta cifra puede ser mayor. Solo en 2022 el organismo ha reportado 68 casos de mujeres, niñas y adolescentes, entre los 9 y 17 años de edad, violadas, incluso con las mismas armas de fuego.
El año pasado la mayoría de las mujeres y niñas afectadas fueron de nacionalidad haitiana, pero hoy la mayoría de las víctimas son venezolanas.
«En marzo nos llegó un grupo de 24 mujeres. Algunas de ellas fueron sometidas a tratos humillantes. Las desnudaron, golpearon, tiraron al suelo y las abusaron sexual y psicológicamente, hasta con armas. La urgencia para nosotros es ayudarlas en menos de 72 horas para poder brindarles la protección necesaria, y así evitar las consecuencias que genera un abuso de este tipo», dijo Charris.
Históricamente la provincia del Darién ha carecido de recursos, por lo que su población es vulnerable y con el desplazamiento de migrantes la zona requiere de mucho más apoyo.
La pandemia del coronavirus lo cambió todo, pero lo único que siguió igual fue la migración irregular. Con las fronteras cerradas por la misma crisis sanitaria que generó la enfermedad las personas y familias enteras continuaban planificando sus viajes. Latinos, africanos y asiáticos se embarcan diariamente a la ruta del Darién.
En febrero la misma canciller de Colombia, Marta Lucía Ramírez, durante un Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos advirtió que su país no tiene la capacidad de seguir asimilando migrantes y refugiados, y por eso abogó por mayor respaldo de la OEA y de los propios gobiernos de la región.
«Hoy por hoy la migración tiene un nombre: Venezuela, pero en la región también hay otros flujos migratorios, como el de Haití. La región tiene que tomar medidas coordinadas para dar una respuesta», expresó entonces.
En el caso del éxodo venezolano, el año pasado llegaron 108.510 venezolanos a la frontera sur de Estados Unidos que colinda con México, de esos 25.000 en diciembre, muchos de ellos salieron desde Colombia, Ecuador, Perú y Chile, según datos del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, en inglés).
MSF ha dispuesto de varios equipos médicos distribuidos en las rutas migratorias de Honduras, Guatemala y en las fronteras norte y sur de México. Esta última travesía se torna igual o más peligrosa que la del Darién. Aquí, según la organización se ha evidenciado tras testimonios de migrantes, torturas, violaciones sexuales y trata de personas y otros actos dantescos por parte del crimen organizado del lado mexicano.
Por ello, MSF alarmado por lo que ocurría en las fronteras mexicanas decidieron crear el Centro de Atención Integral, en Ciudad de México, que tiene como objetivo ayudar a los casos más complejos. Por ejemplo los migrantes que fueron víctimas de trata, coyotaje, torturas o secuestros terriblemente afectados por lo vivido son trasladados a este centro para recibir ayuda más especializada.