Cristina Burelli, fundadora de SOS Orinoco, viene adelantando un trabajo de investigación junto con especialistas y académicos expertos en temas medioambientales, de comunidad, entre otros, quienes de manera anónima –por el peligro que representa– avanzan en la identificación de las afectaciones que se han generado en la Amazonia venezolana, con énfasis en el sur del Orinoco, desde que está en el poder el régimen de Nicolás Maduro, que según información de inteligencia viene trabajando de manera mancomunada con las guerrillas del ELN y disidentes de las Farc.
Cuando muchos de los venezolanos empezaron a abandonar su territorio por la crisis que vivía el vecino país, el mundo entero fijó sus ojos en los problemas socioeconómicos que representa por temas migratorios, y la disputa política que emprendió el mandatario con los aliados de Estados Unidos, pero poca atención se le prestó a los territorios protegidos ambientalmente, los mismos que son ricos en oro y otro tipo de metales y gemas preciosas, como diamantes.
En conversación con SEMANA, Cristina Burelli cuenta que en 2018 se empezaron a generar las alertas de que algo estaba pasando en la Amazonia venezolana, fecha que coincide con el fortalecimiento de las disidencias de las Farc y el ELN, tras las diferencias que generó la firma del acuerdo de paz y la dificultad del cumplimiento de todos los puntos plasmados. “Inicialmente eran rumores de que la Amazonia estaba siendo saqueada por la minería ilegal que traían esas guerrillas, pero había poca documentación del tema porque nadie se atrevía a denunciar, el miedo lo impedía, eso era ir en contra del régimen”, señaló.
Lo preocupante es que gran parte de esa minería ilegal, en su mayoría de oro, se da a cielo abierto en parques naturales como del Cerro de Yapacana, el cual es tan alto que para llegar a la cima se tiene que subir en aeronaves, porque a su alrededor hay ríos con grandes caudales. Burelli confirma con imágenes satelitales que en la cima del cerro los grupos ilegales están sacando oro, “Para llegar allá necesitan helicópteros, ¿quién se los suministra?, ¿las fuerzas militares venezolanas?”, cuestión a la defensora y ambientalista.
Las afectaciones son enormes, tanto así que calculan por las imágenes que han captado, que cada 34 horas las Farc y el ELN destruyen lo equivalente a una cancha de fútbol. La Amazonia de Venezuela representa el 6% de la Amazonia total. En toda esa región está prohibido hacer explotación minera, pero las guerrillas han generado una economía alrededor del oro ilegal, monopolizaron la región, contratan a “mineros artesanales”, instrumentaliza a la comunidad aprovechándose de sus necesidades, llevan maquinaria y suministros para realizar la extracción del mineral y con el oro aprovechan para legalizar gran parte del narcotráfico que mueven.
Pero el negocio de la guerrilla no está solamente en el estado de Amazonas, sino también en el estado de Bolívar, rico en oro. Allí hay una dinámica particular de la que se han aprovechado los grupos criminales, señaló Burelli. En 2016 el gobierno venezolano firmó un decreto que llamó el Arco Minero y una parte colinda con Colombia, por el río Orinoco, algo que facilita el corredor de las guerrillas. En ese arco minero que estableció se permite la extracción de recursos naturales a empresas legalmente constituidas, esta fue una medida que no contó con el apoyo de los legisladores. El territorio que abarca dicha zona, es el equivalente al 12% del territorio venezolano, una proporción similar al tamaño de Portugal. Uno de los parques protegidos naturales en los que se está realizando minería ilegal es el Parque Nacional Canaima, protegido por la Unesco.
Fuente: La Patilla