Stefany Belandria nunca se sintió especialmente destacada. Aunque no había tenido la oportunidad de caminar sobre la Luna, descubrir fósiles de dinosaurios o salvar vidas, simplemente subirse a un avión ya era suficiente para ella. Desde muy joven, Stefany tenía claro que quería convertirse en piloto, y fue así como se convirtió en una de las pilotos más jóvenes de Venezuela.
Desde pequeña, Stefany se sentía feliz con los balnearios del río Sarare y el hermoso cielo de Guasdualito. Pero siempre se preguntaba si eso era todo lo que la vida tenía para ofrecerle. A los 15 años, mientras vivía en Barinas, su curiosidad se despertó cuando vio un helicóptero militar pasar por encima de su casa. Ese fue el momento en que decidió que quería entender cómo funcionaban esas aeronaves y ver el mundo desde las alturas.
A diferencia de sus compañeros de colegio, que soñaban con convertirse en médicos o científicos, Stefany se enfocó en convertirse en la mejor piloto de Venezuela. Sus padres, Sioluys y Rafael, notaron su determinación y la apoyaron en su búsqueda. A pesar de que en Venezuela no es común que una mujer sea piloto, Stefany investigó cómo podría lograrlo. A los 16 años, recibió un permiso especial para estudiar y a los 17 obtuvo su licencia de piloto.
Mientras estudiaba para mejorar su inglés y obtener su título de bachiller, Stefany comenzó a tomar cursos de aviación. Durante un año, se dividía entre Barinas y Valencia, donde se encontraba la academia. Aunque tuvo que hacer sacrificios, como perderse los festejos de graduación, Stefany nunca dudó de su pasión por volar.
En enero de este año, Stefany dejó Venezuela y se mudó a Miami para continuar su formación como piloto. Actualmente, tiene la licencia de piloto privado y está estudiando para obtener otras cinco licencias en la academia de Miami Endeavour Flight Training. Sin embargo, es consciente de los sacrificios económicos que sus padres han tenido que hacer para apoyar su carrera.
Stefany sueña con trabajar como piloto en una aerolínea, pero sabe que todavía tiene un largo camino por recorrer. En unos 5 años, espera graduarse como piloto comercial y acumular las horas de vuelo necesarias para convertirse en pilota de aerolínea. A pesar de las dificultades, Stefany está decidida a cumplir sus sueños y ayudar a su familia.
Además de su carrera como pilota, Stefany también sueña con llevar a su familia a Estados Unidos y trabajar para habilitar nuevamente el aeropuerto de Guasdualito. Para ella, estos últimos dos años han sido una prueba de que los sueños se pueden hacer realidad si uno tiene dedicación y fe en sí mismo.
En resumen, Stefany Belandria es una joven piloto venezolana que ha luchado por cumplir su sueño de volar. A pesar de los sacrificios y las dificultades económicas, Stefany está decidida a convertirse en la mejor piloto que puede ser y ayudar a su familia en el proceso.