Bajo la orden del gobernador Greg Abbott, se ha comenzado a instalar una barrera flotante de 1,000 pies a lo largo del río que separa a Estados Unidos de México en Eagle Pass, Texas, con el objetivo de frenar la entrada de personas indocumentadas que intentan ingresar al territorio estadounidense de manera ilegal.
Con información de La Opinion
Chris Olivarez, portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas, explicó en una entrevista que las boyas naranjas, que se colocan un pie por debajo de la línea del agua, representarán un desafío para quienes intenten cruzar el Río Grande. Los individuos deberán sumergirse para evitar las boyas y no ser detectados.
Es importante destacar que la Comisión Internacional de Límites y Aguas, responsable del Río Grande, aún no ha recibido ninguna notificación sobre el proyecto de instalación de boyas ni ha otorgado ningún permiso al respecto.
A pesar de esto, el gobernador Abbott sigue firme en su estrategia de cerrar el paso a los inmigrantes indocumentados y ha afirmado que Texas tiene el derecho constitucional de asegurar su frontera.
Los agentes federales encargados de vigilar la zona fronteriza se enfrentan a la preocupación de cómo manejar la situación en caso de que los migrantes se encuentren en peligro en el agua, ya que su labor de captura y procesamiento comienza una vez que los individuos están en suelo estadounidense.
La instalación de estas boyas es solo una de las diversas medidas implementadas en Texas, como la colocación de alambre de púas en los límites de la frontera y el despliegue de tropas del Departamento de Seguridad Pública de Texas desde mayo pasado.