Trabajadores públicos exigieron sueldo digno en medio de empujones y amenazas de colectivos

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Los trabajadores que se disponían a movilizarse desde San Martín a Plaza Caracas fueron rodeados por motorizados y decenas de personas que les gritaban: «si quieren un sueldo digno que quiten el bloqueo»

Por Mairen Dona López / El Pitazo

Una vez más los trabajadores de la salud y educación salieron a las calles de Caracas a protestar por un sueldo digno y la restitución de sus beneficios laborales. En esta oportunidad grupos de colectivos y adeptos al gobierno de Nicolás Maduro, en medio de amenazas, empujaron y sabotearon a los docentes, enfermeras, obreros y jubilados que participaban en la concentración.

La convocatoria de este jueves, 19 de enero, estaba prevista en la avenida San Martín, a la altura del Centro Comercial Los Molinos. Desde allí los empleados junto a dirigentes sindicales se iban a movilizar hasta el Ministerio del Trabajo en Plaza Caracas, pero solo lograron caminar unas calles y llegar hasta El Paraíso por las amenazas de los grupos armados.

Los trabajadores que se disponían a movilizarse fueron rodeados por motorizados y decenas de personas que les gritaban: «Si quieren un sueldo digno que quiten el bloqueo». Desde un camión y a través de una corneta los seguidores del gobierno de Nicolás Maduro aseguraban que los empleados que protestan en el país a diario son los culpables de no tener un salario que se ajuste a sus necesidades.

Edgar Machado, presidente del Sindicato de Maestros de Caracas, denunció que al comenzar la concentración fueron abordados por más de 500 personas que llegaron amedrentando y enseñando armas. Asimismo, dijo que todos están cansados de recibir tantos maltratos cuando salen a exigir sus derechos.

«¿Hasta cuándo esta situación? Si ellos están armados, nosotros también lo estamos con nuestros bolígrafos y tizas. Estamos exigiendo nuestros derechos y por tal motivo seguiremos en las calles», afirmó el dirigente sindical.

Por su parte, Mauro Zambrano, dirigente sindical del sector salud, aseguró que los mismos que los amedrentan van a los hospitales y son atendidos por trabajadores de salud, así como los docentes que educan a sus hijos en las escuelas. Por ello, les pidió apoyar al pueblo y dejar las amenazas.

«Yo voy a luchar por un salario digno porque esa es la meta, tener un sueldo acorde a la canasta básica. A pesar de todo logramos concentrarnos y los trabajadores debemos mantenernos unidos», afirmó Mauro Zambrano. Asimismo, pidió a los gremios estar atentos a las próximas convocatorias.

A pesar de las amenazas por parte de los colectivos, los empleados se mantuvieron concentrados en la avenida San Martín. Ante los gritos del grupo del chavismo, los docentes y trabajadores de la salud también replicaron con gritos que se quedaran con su bolsa del Comité Local de Abastecimiento y Producción (Clap) que ellos querían un sueldo digno.

Francis Guillén, enfermera desde hace 11 años en el Hospital General Dr. José Ignacio Baldó, conocido como El Algodonal, expresó que se siente frustrada cada vez que llega a su trabajo y no tiene una inyectora ni otros insumos para darle respuesta a los pacientes.

«Los que no nos dejan protestar también pasan trabajo como nosotros. La diferencia es que ellos tienen quien les pague por estar aquí con su sonido que alquilarlo es más de 500 dólares, un dinero que no tengo yo», sentenció.

La misma situación de decadencia la enfrenta la señora Olga Josefina Landaeta, enfermera jubilada con más de 40 años de servicio. Rechazó que el gobierno tome la decisión de «burlarse de trabajadores que necesitan un sueldo digno porque con lo que ganan no alcanza para vivir».

Comentó que un blíster de pastillas para la presión arterial le cuesta 210 bolívares, mientras que su sueldo mensual es de 130 bolívares. De igual manera, indicó que los trabajadores se están muriendo de hambre y no tienen para pagar un pasaje.

«Me siento totalmente decepcionada porque yo nunca había vivido esto. Con lo que yo ganaba anteriormente podía vivir, ahora estoy enferma y no puedo hacer nada. Pensé pasar una vejez digna, no esta», dijo la jubilada.