Daniel Comisso Urdaneta indicó que “vienen momentos cruciales” en el país gobernado por el régimen de Nicolás Maduro
Por Sebastiana Barráez / Infobae
Para el Contralmirante Daniel Comisso Urdaneta “la URSS y sus Fuerzas Armadas se desclabraron juntas”, y lo explica con sorprendente claridad para hacer un paralelismo a lo que sucede en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), de la cual “ya estamos recibiendo de los sectores verdaderamente golpeados, por la despreciable cúpula de jefes milicianos multisoleados y corruptos, las débiles señales de inconformidad dentro de las FANB”, dice destacando lo que el ideólogo y político ruso León Trotsky dijo: “El ejército es una copia de la sociedad y sufre sus enfermedades”.
Aclara que si bien es cierto, hay que leerlas con el filtro adecuado, “es obvio que lo que sucede allí adentro no es diferente a lo que padece la mayoría de los ciudadanos, y si es diferente es para peor, porque el control y las amenazas sobre ellos, es muy cercano”.
“No estoy justificando, simplemente esbozando un enfoque por medio del cual podamos imaginar que a la hora en que se requiera, a la hora de que alguna “Cessna” aterrice o sobre vuele por la autopista o por Los Próceres o vuelva a sobre volar por el TSJ (Tribunal Supremo de Justicia), estemos preparados para dar la respuesta contundente, bajo la dirigencia que escogimos, y tumbemos nuestro Muro de Berlín, que nos ha robado la república”.
Advierte que “vienen momentos cruciales, si no cumplen (los militares) pues que la Patria os lo demande, porque, como ya he dicho antes, la sociedad venezolana, con o sin sus FAN, se librará del engendro revolucionario traidor, le costará mucho más y ese costo será trasladado a quienes no hicieron su trabajo, y será con todo el peso de la ley y de la fuerza moral que se obtuvo al recuperar la República perdida”.
Explica el Contralmirante que “en los años 80, las dificultades económicas de la URSS obligaron a Mijaíl Gorbachov a iniciar procesos de cambios políticos y económicos, como la Perestroika y Glasnost, cuyas reformas generaron serios cambios en el bloque soviético que, a la postre, llevaron a la desintegración de la propia URSS”.
Comisso considera que “desde el inicio de ese proceso, se comenzaron a translucir indicios que desmejoraban el prestigio y la imagen de las Fuerzas Armadas soviéticas ante su sociedad”.
Narra que “en mayo 1987, se produce el estruendoso aterrizaje de una avioneta Cessna, en la Plaza Roja de Moscú, el aterrizaje fue perfecto, lo estruendoso fue la reacción de propios y extraños ante tan “insólito e inesperado” evento, el cual desvelaba aún más las serias falencias del régimen soviético y del sistema de seguridad y defensa aérea que debían haber activado sus fuerzas armadas (y me atrevo a agregar el típico comportamiento apático de unos efectivos altamente desmotivados y decepcionados que “dejan pasar” para que se evidencie lo que ya adentro es insostenible)”.
Luego de ese evento, “aunado al aumento de la crisis política y económica, se produjeron sucesivamente; la reacción social para tumbar (no fue que se cayó) el Muro de Berlín en noviembre 1989; la disolución del Pacto de Varsovia en julio 1991, la desintegración de la URSS (Unió de Repúblicas Socialistas Soviéticas) en diciembre del mismo año, la separación de las diferentes repúblicas del bloque soviético, y el proceso de reducción y retirada de las fuerzas armadas soviéticas de esos países, entre julio 1992 y noviembre 1995″.
A juicio del contralmirante Comisso, las causas que generaron tal desintegración fueron, principalmente; “el deterioro de la economía de la URSS; los grandes recortes en el gasto militar y el declive del complejo industrial-militar; la incapacidad de las FA soviéticas en diferentes acciones en la región frustrando los objetivos geopolíticos; la participación del ejército soviético en la represión de protestas causando muertes de ciudadanos”.
“En fin, fue un proceso en el cual mientras la URSS se descalabraba, sus fuerzas armadas fueron reducidas, generando la masiva retirada de sus unidades, afectando tanto al personal militar como a sus familias. Llegándose al extremo de vender su propio material para alimentar a las tropas y sobrevivir a la crisis”.
“Todo aunado, trajo la inevitable consecuencia del deterioro operativo y la descalificación del personal técnico especializado, en todas las áreas. Culminando en el repudio de la sociedad y en el rechazo total de los jóvenes ciudadanos a incorporarse a las Fuerzas Armadas”.
Asevera que “cualquier parecido con la república bolivariana, su régimen criminal y sus milicias revolucionarias, no es casualidad, es el producto de las claras coincidencias entre ambos regímenes, inviables por naturaleza, y de cualquier otro régimen que siga las mismas doctrinas totalitarias para conducir a un país”.
“Actualmente hemos recibido por las redes sociales, noticias confirmadas, sobre cómo las milicias revolucionarias han caído tanto o más bajo que las fuerzas soviéticas, al igual que el régimen criminal con relación a la URSS. Sin embargo, también hemos visto cómo la sociedad civil se reactiva en la lucha contra el oprobio, por tanto vuelve a ser el momento de construir esa fuerza que nos llevará, como he dicho en reflexiones anteriores, a repetir la hazaña del 11-A pero con la determinación de no ceder”.
Agrega de ibnmediato que “es cierto que, en puertas, tenemos un evento electoral que se nos presenta como la elección de un candidato, pero todos debemos saber y tener claro, que no se trata sólo de eso. Se trata de escoger a una dirigencia que esté dispuesta a asumir la lucha frontal contra el régimen criminal, tanto en el campo electoral como en todos los escenarios que se pueden presentar; eliminación de elecciones, fraude electoral, fortalecimiento de la coalición delincuencial transnacional para mantenerse en el poder hasta las últimas consecuencias”.
Empujón final
Solicita entender que “la lucha es para recuperar la República de Venezuela perdida, no me canso de repetirlo. El 11-A 2002, por 36 horas logramos infringir una profunda herida en nuestro “Muro de Berlín”, logramos que las FAN (Fuerzas Armadas Nacionales), minimizaran el embate fatal contra la ciudadanía”.
“Las FAN, si queda algo, harán lo que puedan, a pesar de todo el adoctrinamiento perverso que han recibido. Entre algunos coroneles y capitanes de navío, tenientes coroneles y capitanes de fragata, mayores y capitanes de corbeta, capitanes y tenientes de navío, tenientes y tenientes de fragata, subtenientes y tenientes de corbeta, suboficiales y sargentos (aún sean oficiales técnicos), debe quedar algo de la dignidad de las FAN de Venezuela”.
Diferencia a las FAN diciendo que ese “algo” “nunca lo tuvieron las milicias revolucionarias cubanas, puesto que nunca fueron una verdadera Fuerza Armada al servicio de un Estado y sus instituciones, y siempre actuaron como mercenarios al servicio de un proceso y sus despreciables líderes, traficando con sus ciudadanos como esclavos por todo el mundo”.
Asegura que “esa es la verdadera diferencia y hacia allá debemos enfocar nuestros esfuerzos. La estirpe de la FAN venezolana debe reaccionar, debe desconocer todo juramento revolucionario y a todo jefe que le indique ese rumbo”.
Finaliza diciendo “así pues, demos el empujón final para el descalabro definitivo de la república bolivariana su régimen criminal y sus milicias revolucionarias”.