“VENDÍ HASTA MI BICICLETA” Venezolano varado en Colombia tras política migratoria de EE. UU.

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José Antonio Morales viajó desde Argentina a Colombia, con miras a emigrar a Estados Unidos, después de cruzar la selva del Darién. El día que llegó a Colombia, el gobierno del presidente Joe Biden anunció un nuevo plan migratorio para los venezolanos y José Antonio quedó en el limbo

Por Rosanna Battistelli / El Pitazo

11 días. Ese fue el tiempo que demoró el venezolano José Antonio Morales en su viaje desde Argentina a Colombia, con miras a llegar a Estados Unidos, después de cruzar la selva del Darién. Salió el 2 de octubre y el 12 de octubre ya estaba en Bogotá. Ese mismo día, Estados Unidos anunció un nuevo plan migratorio para los venezolanos.

Hasta este 19 de octubre, Morales, de 39 años, continúa en Colombia. Una hermana le dio cobijo mientras decide qué hacer. En su travesía hasta EE. UU. lo acompañarían otros 18 venezolanos. Todos están en la misma incertidumbre.

“Vendí hasta mi bicicleta”, comenta Morales al otro lado del hilo telefónico a El Pitazo. Con su expresión, quiere dar a entender que lo vendió todo en Argentina para emprender su viaje al Norte. Aunque siempre había coqueteado con la idea de ir a Estados Unidos, se entusiasmó aún más cuando vio que muchas personas superaban el Darién y llegaban a suelo americano.

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“En Argentina no me iba mal. Yo estaba en Buenos Aires, una ciudad con gente amable, donde impera el orden, pero el gobierno actual no brinda confianza al sector empresarial e industrial y eso hace que sea una nación inestable. Es triste que uno haya apostado a esta aventura y después quedé varado en medio de la nada”, señaló Morales.

“A Venezuela no vuelvo»
El venezolano recuerda que estaba a punto de poner en marcha un emprendimiento en Argentina. «Iba a continuar con mi trabajo como mensajero y, aunado a ello, empezaría a vender envases de anime para comida. Quince días antes de hacer el primer pedido me eché para atrás. Pensé por un momento que la situación económica en Argentina se asemeja a las olas del mar, así que decidí aventurarme, aun cuando estaba claro que la travesía hacia EE. UU. era una ruleta rusa. Lástima que las cosas no salieron como esperaba”.

Morales no ve como opción aplicar para el nuevo programa migratorio de venezolanos que quieren irse a Estados Unidos. Además de no contar con un patrocinador, ve remota la posibilidad de entrar en esos 24.000 ingresos que serán otorgados, los cuales considera insuficientes para la magnitud de la crisis migratoria de Venezuela.

“Prácticamente me quedé en el limbo. Lo único que agradezco es que fue antes de cruzar la selva del Darién, porque, de lo contrario, hubiese sido más traumático. Debo decidir rápido qué haré porque necesito producir. Lo más probable es que regrese a Argentina. En lo que sí estoy claro es que a Venezuela no volveré hasta que haya un gobierno democrático”.

Rosendo Rodríguez está en la misma situación que José Antonio. Él es uno de los 18 venezolanos que se iría a EE. UU. por los caminos verdes. La diferencia es que actualmente está en Venezuela. Vino por cuatro días a visitar a sus hijos y a su mamá en los Valles del Tuy. El día que llegó a su país, el gobierno del presidente Joe Biden anunció el nuevo plan migratorio.

“Me voy a quedar un tiempo más, porque aprovecharé de sacar mi pasaporte y después me devuelvo”, contó.

Rosendo tiene 38 años. Vivió dos años en Chile. Estaba ilegal, así que volver a entrar le será cuesta arriba. “Para ingresar a este país tuve que hacerlo a escondidas. Caminé tramos a una temperatura de 40 grados. Fue muy duro, porque, luego, hubo momentos en que la temperatura estaba en 15 grados. Además, siempre estaba el temor de que la policía me atrapara. Es una experiencia que no quiero repetir”, señaló.

Desde Venezuela, Rosendo intentará tramitar su visa para viajar a Chile sin inconvenientes. Coincide con José Antonio en que ser admitido en el nuevo plan migratorio para entrar a EE. UU. es poco probable y tampoco ve como opción quedarse en Venezuela.

“Me encontré con un país destruido. Las vías están en mal estado y oscuras; constantemente hay apagones, el servicio de agua es intermitente y, aun cuando en los supermercados hay de todo, los precios asustan. Aquello de que Venezuela se arregló, es una gran mentira”, destacó.