Ya el precio del dólar roza los 7 bolívares, en una aceleración que ocurrió en pocos días, lo que indica una volatilidad importante del sistema cambiario. Algunos economistas opinan que el Banco Central de Venezuela no está en capacidad de seguir interviniendo el mercado para tratar de amarrar el precio de la divisa y la poca confianza del venezolano en el bolívar lo hace más difícil.
Por El Nacional
En polvo cósmico convirtió el gobierno chavista de Nicolás Maduro el signo monetario venezolano, una expresión acuñada por Hugo Chávez pero que mejor define la casi desaparición del bolívar. Nadie quiere conservar en este momento la moneda nacional en su bolsillo, pierde valor en horas. La demanda de dólares, entonces, es uno de los factores que ha contribuido al aumento del precio de la divisa.
Además, lo que venía haciendo el Banco Central, de sacar dinero de debajo de las piedras (o de los lingotes de oro que están en sus bóvedas) para inyectarlos a la banca con el fin de mantener controlado el tipo de cambio ya luce imposible. El BCV al parecer ya no tiene liquidez para continuar con esta medida que le sirvió los primeros meses del año. Será por eso que en estos momentos las reservas internacionales del país están en su punto más bajo desde hace por lo menos 30 años.
Economistas como José Guerra afirman que se avecina un aumento significativo de la inflación, aunque los chavistas siguen celebrando que Venezuela dejó los hipernúmeros de alza de precios atrás. El exgerente del BCV considera que se trata de un colapso cambiario porque esa acción de inyectar dólares se hizo de manera aislada sin tomar en cuenta otros factores influyentes. Algunas agencias evaluadoras aseguran que la divisa alcanzará entre los 7 y los 8 bolívares por unidad para finales de año, pero ya está cerca de esas cifras y apenas está terminando agosto.
Desde Miraflores siguen con su mensaje de “crecimiento” de la economía para este 2022. Lo que no explican, como sí lo hace el experto José Manuel Puente, es que el sector que está creciendo y que crea esa sensación de “mejoras” es el del comercio, en el que los bodegones llevan la delantera con sus productos importados que no pagan impuestos.
Los que realmente generan empleo, crecimiento y bienestar para los trabajadores son el industrial y el agrícola, además de la construcción, que siguen rezagados en cuanto a inversiones. Puente indica que con el bajo nivel de reservas al BCV le es imposible liberar divisas para estos sectores. Sigue siendo entonces un crecimiento sobre la base de algo no permanente sino circunstancial que puede variar su comportamiento en cualquier momento.
Es una situación insostenible para la población que percibe sus ingresos en moneda nacional y debe lidiar todos los días con un aumento de precios… en dólares. Una realidad muy distinta a la que han querido vender al mundo con ese país de turismo de lujo y conciertos. El que todavía quería darle el beneficio de la duda al gobierno chavista, aquí tiene la respuesta: definitivamente, ¡Venezuela no se arregló!