Venezuela unida por el Esequibo

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En medio de los recientes acontecimientos en Guyana, las polémicas declaraciones de Luis Almagro y las claras intenciones de la Corte Internacional de Justicia, no podemos quedarnos en silencio. Polarizar a la sociedad en torno a la defensa del Esequibo no es productivo.

Es cierto que la mayoría del país no está prestando atención a las elecciones primarias ni al referéndum propuesto sobre el Esequibo. Esto es comprensible, considerando que el 80% de la población está luchando por sobrevivir.

Sin embargo, es crucial generar la confianza necesaria para lograr la unidad nacional en un asunto tan importante como el Esequibo. La única forma de resolver esta controversia territorial es a través del Acuerdo de Ginebra de 1966. No podemos permitirnos seguir en una confrontación irracional en los medios. Por eso, desde Unidad Visión Venezuela, hacemos un llamado a la razón por encima de cualquier otra consideración.

Defender el territorio del Esequibo no implica respaldar al gobierno de Maduro. Es importante entender que apoyar el legítimo reclamo de Venezuela no significa apoyar a un régimen. El Esequibo es nuestro y como nación deberíamos estar de acuerdo en esto.

Es sorprendente que haya un sector político más preocupado por buscar culpables de la situación del Esequibo que en defenderlo utilizando todos los recursos legales a nuestro alcance. Este es un asunto de Estado y de soberanía nacional que debe tratarse como tal, sin importar el gobierno de turno. Debería ser algo sagrado para todos los venezolanos.

La Constitución, en su artículo 13, establece claramente que el territorio no puede ser cedido, traspasado ni enajenado en ninguna forma a Estados extranjeros u otros sujetos de derecho internacional. Del mismo modo, el Acuerdo de Ginebra establece que ningún acto o actividad realizado mientras esté en vigencia este Acuerdo puede ser utilizado como base para reclamar soberanía en los Territorios de Venezuela o la Guyana Británica, ni para crear derechos de soberanía.

Históricamente, el reclamo del Territorio Esequibo ha sido parte de la educación y conciencia de los venezolanos, y a pesar de los desafíos y obstáculos a lo largo de los años, Venezuela ha mantenido su reclamo y su deseo de encontrar una solución justa y pacífica a esta situación.

Esto no es solo una cuestión territorial, es un llamado a la soberanía que debe resonar en todo el país, sin olvidar la importancia de la vecindad geopolítica entre Guyana y Venezuela. Estos lazos también deben ser considerados tan importantes como las cuestiones de soberanía, recursos naturales y seguridad económica de ambas naciones.

En resumen, abogamos por una resolución pacífica de esta disputa, porque es fundamental para la estabilidad en la región y el bienestar de ambos países. Además, la comunidad internacional debe prestar más atención a esta situación y promover una diplomacia más justa e imparcial como medio para resolver definitivamente este conflicto. Solo a través del diálogo y la cooperación se puede garantizar un futuro pacífico y próspero para Venezuela, Guyana y toda América Latina en su conjunto.