Académicos, empresarios, autoridades y analistas de frontera han venido estableciendo una serie de encuentros que buscan preparar, con bases sólidas, la esperada reactivación del aparato productivo binacional
Por El Nacional
El sector productivo que hace vida en la frontera entre Venezuela y Colombia, junto a algunas autoridades regionales de las dos naciones, han tomado la batuta para delinear cuál será la ruta a seguir para la reapertura. Y es que pese a que aún no se ha anunciado una fecha oficial para la reactivación, todo parece indicar que podría darse luego de la toma de posesión del nuevo presidente colombiano, Gustavo Petro, el próximo 7 de agosto.
“Este escenario, el del cierre, nunca más puede volver a repetirse”, señaló Carlos Luna, presidente de la Cámara de Comercio de Cúcuta, durante las más recientes reuniones entre comerciantes y autoridades.
Académicos, empresarios, autoridades y analistas de frontera han venido estableciendo una serie de encuentros que buscan preparar, con bases sólidas, la esperada reactivación del aparato productivo binacional, de acuerdo con el seguimiento realizado por el diario La Nación.
Tanto en Colombia como en Venezuela son conscientes de los cambios que deben darse en el seno de las normas que rigen la zona de lado y lado. Es por ello que los conocedores en el área apuestan a una reforma de la Ley de Fronteras.
La norma debe adaptarse a las condiciones y experiencias actuales, sobre todo en una zona tan atípica como la que late entre Norte de Santander y Táchira, donde el dinamismo es muy diferente al resto de las áreas limítrofes.
«Es necesario que en medio de la reapertura se dé el restablecimiento de las relaciones diplomáticas», destacó la presidenta de la Cámara de Comercio de San Antonio del Táchira, Isabel Castillo.
Mónica Ochoa, presidenta de la Cámara de Comercio e Industria de Ureña, aseguró que están preparados para la reactivación comercial formal de la frontera, pues es un tema que se ha trabajado por más de dos años, de forma consecutiva, y con la inclusión de los aspectos sociales y culturales.
Sin embargo, del lado venezolano hay una gran preocupación por el deterioro que presentan las vías terrestres del estado Táchira, lo cual va a significar un gran problema para el desplazamiento de los vehículos de carga pesada. Se estima que muchas vías puedan colapsar a las pocas semanas de que se reactive el paso de gandolas.
El representante de los aduaneros, Nelson Urueña, y el exalcalde William Gómez advirtieron que no es factible que el puente internacional Simón Bolívar sea usado para el paso de vehículos. Esto se debe a las estructuras que hay sobre el tramo, como los túneles (aún en construcción del lado venezolano), y la estrechez de los carriles y aceras para la gran demanda de movilidad.
El puente más indicado para esta labor sería el de Tiendita, por su amplitud, pese a que no ha sido inaugurado por las autoridades de los dos países. Mientras que el tramo binacional de Ureña es probable que sea empleado para el paso de ciertos camiones de carga pesada internacional.