Entienden los vacíos en las responsabilidades del Estado, pero existen ciudadanos que siguen apostando al progreso en Venezuela y la voluntad ciudadana, sin quedarse en la frustración ante la falta de políticas efectivas. Diversos gremios también coinciden en la necesidad de la cultura productiva, prepararse para el trabajo y la capacitación del recurso humano para que la gente vaya más allá de la denuncia e intente buscar la solución a sus problemas.
Guiomar López | LA PRENSA DE LARA
La plataforma de políticas nacionales sigue inestable y se necesita de la disposición popular para que los gremios de profesionales, técnicos, obreros, vecinos y demás sectores superen las deficiencias de los servicios públicos, sin esperar por la recuperación de la renta petrolera y otras fuentes que promuevan progresivamente la economía. Están conscientes de la necesidad de aportar y empezar por trabajar desde cada una de sus trincheras.
Para el economista, Dilio Hernández, se debe empezar por estimular la inversión en la microempresa y entender que la informalidad tiene efectos negativos a largo plazo. Señala que pueda ser difícil la capacidad de ahorro, pero que en lugar de ser más consumistas prevalezca la disposición a producir. Una planificación anual, empezando por la pregunta de cuántos recursos se dispondrán desde el comienzo de cada año. Se tienen bajos ingresos, pero se pueden administrar en algo sostenible.
También se contribuye a salir adelante capacitando el recurso humano, y que se active la mano de obra técnica para cualquier sector. Así habrá más posibilidades de superación, con generación de bienes y servicios que apuesten a un mercado nacional y hasta de exportación.
«No significa que el Estado no tenga responsabilidad, sino de pensar en nuestra responsabilidad como población», exclama Hernández, frente a la necesidad de seguir preparándose para superar la apatía de jóvenes que no le ven sentido al trabajo.
Desde el gremio de educación, Luis Arroyo, presidente de Colegio de Profesores de Lara, señala que la población puede aportar con la capacitación en escuelas técnicas y agropecuarias. «Tenemos que incentivar a prepararse y con la actualización desde el sistema tecnológico la producción se pueda recuperar».
Trabajo parejo
Seguir trabajando es el punto de arranque de algunos larenses que ponen sus esperanzas en continuar echando raíces en el país. Jhonny Márquez confiesa que siguen sus esfuerzos, pese a la asfixia tributaria, pago de servicios y de alquiler. «Uno lo intenta, pero casi termina en la informalidad», señala y confiesa que debió incluir víveres en su negocio, porque alrededor de 300 clientes al día, actualmente no pasa de 30.
Para Juan Vargas, con 22 años de experiencia en papelería y fotocopias, también ha sido difícil y hasta intentó establecerse en el exterior durante dos años. «Uno vive en otras economías y te das cuenta que aún podemos seguir aportándole a Venezuela», por eso regresó al país. Ahora recalca que siempre está ahorrando para invertir en mercancía.
En el caso de Juan Sequera, con su establecimiento de venta de repuestos, refiere que la constancia e inversión siguen sosteniéndolo. Reconoce que no tiene las mismas ganancias, pero todos los días abre su negocio con la mejor disposición de atender a sus clientes. «Si todos trabajamos desde cada sector, seguro que seguimos creciendo», precisa.
Con ese espíritu de superación se enfrentan a las dificultades y se proyectan por un mejor futuro.
«A sacudirse las frustraciones»
Para el sociólogo, Carlos Meléndez, la población debe salir de los extremos, no olvidar las responsabilidades del Estado ni estar a la espera inactiva para conseguir soluciones. «La ciudadanía resolutiva desde pequeños logros y metas que se pueden alcanzar», dijo que hay que sacudirse las frustraciones para ejecutar acciones.
Sugiere combinar la denuncia con las propuestas y así abrir alternativas. Es necesario incorporar la creatividad, a fin de estimular en las personas la constancia, pasión y esperanza de poder solucionar los problemas más sencillos.
También recomienda estar consciente de temporalidades y del papel histórico de cada persona. Todo con la disposición de aportar al «hoy», ver el «mañana» en la denuncia por servicios y plantearse el crecimiento desde la educación mirando al «futuro». Combinar estas agendas, siempre teniendo clara la necesidad de resolver en lo inmediato con alianzas.