Nuevas alternativas de transporte «salvan la patria» pero están lejos de solucionar la crisis

0
505

El sector transporte en Venezuela sigue en crisis. El gremio opera con unidades de transporte de hasta 30 años de antigüedad. En la actualidad se estima que el porcentaje de las líneas ha mermado 40%, al menos en Caracas. Iniciativas como Ridery, Yummy Rider o La Wawa se presentan como una solución a los estratos A, B y C, de acuerdo al Comité de Usuarios del Transporte Público. Urbanistas, en tanto, dicen a TalCual que estás alternativas han visto en la precariedad en la que se encuentra el transporte convencional una oportunidad de negocio

Los por puesto del «primer mundo» recorren Caracas. De Petare a Propatria, de Chacaíto a Antímano, y entre sectores de algunos municipios ahora se puede viajar sentadito, con aire acondicionado, con wifi y seguridad. Aunque aún no es el común denominador, la comodidad en el transporte superficial parece tomar velocidad.

«La Wawa está llegando», se lee en una notificación del celular. Se trata de un nuevo servicio de transporte privado que a través de su propia aplicación permite a usuarios registrarse, pagar de forma digital, reservar el puesto, conocer a qué hora estará el transporte en la parada de preferencia y monitorear los vehículos para saber por dónde van.

Sobre esta alternativa es fácil enterarse —y sin perder tiempo descargarse la aplicación y agendar el primer viaje— por el «boca en boca». Ya en la parada y frente a la unidad —que se pasea por los colores morados y amarillos— el acompañante del conductor, de pantalón negro y camisa manga corta blanca, verifica la identidad de los usuarios que esperan en el punto de recogida, aplica el protocolo de seguridad para prevenir contagios por covid-19 y «bienvenidos a La Wawa».

¿Quién podría imaginarse que en un autobús en los suburbios caraqueños se podría tener wifi o mejor aún, sentirse tan seguros como para sacar una portátil y adelantar trabajo? La sorpresa por estos atributos es normal en el primer viaje. Así como también repreguntarse cómo es que en un país en emergencia humanitaria compleja pueden tener chance estas iniciativas, ya bastantes avanzadas en naciones de primer mundo.

Sin ir montado encima de otro
Desde Parque Cristal, en el municipio Chacao del estado Miranda, hasta Gato Negro en el municipio Libertador del Distrito Capital, son máximo unos 45 minutos «por tarde», señala el aplicativo. Esta fue la ruta que se tomó como referencia al momento de hacerse esta nota, aunque las unidades de esta compañía hacen varias rutas dividas de la siguiente manera: Circuito 1: Propatria-Palo Verde; circuito 2: Las Mercedes-Valle Arriba-Santa Fe-Cubo Negro, circuito 3: Chacaíto-El Hatillo y circuito 4 Plaza Venezuela-El Valle-La Rinconada. También hay rutas que abarcan Plaza Las Américas-Caurimare-Altamira.

Cuenta con un servicio de «Wawitas» que se movilizan dentro de zonas de cobertura específica, entre ellas: los municipios Chacao, Sucre y El Hatillo, El Paraíso-Montalbán, Bello Monte-Los Chaguaramos, Prados del Este-La Trinidad y La Florida-La Candelaria. La ubicación de las paradas fijas tanto para las Wawas como para las Wawitas se precisan en la aplicación.

La Wawa, internamente con cortinas de color morado en las ventanas y asientos grises y reclinables, arrancó a las 8:05 pm. El protocolo de bioseguridad se repitió en cada parada, al igual que la bienvenida a los nuevos usuarios que abordaban. El sistema echa al traste cualquier posibilidad de ir apretados, recostados o montados unos sobre el otro. La reserva funciona, justamente, para tener un registro de cuando la unidad está o no en su límite.

En Venezuela servicios públicos como el Metro de Caracas o el sistema Metrobús no están operando con calidad. El transporte operado por privados es lo que medianamente «salva la patria”, aunque a costa de maltratos por parte de algunos operarios y viajes en unidades gravemente deterioradas.

Se le llama «transporte público» a los autobuses, busetas, por puestos, jeeps y demás tipos de unidades para el traslado superficial de pasajeros, aunque son operados por asociaciones privadas, por individuos. Lo público es, en teoría, el pasaje que se fija en conjunto con el Estado garantizando un tarifario unificado que no dependa de la competencia.

Fernando Mora, integrante del Comando Intergremial de Transportistas, ha apuntado que en la nación las unidades más jóvenes del parque automotor tienen cuatro años. Sin embargo, son más las que operan con hasta 30 años de actividad acumulada.

A partir de la precariedad del transporte
«En las economías subdesarrolladas los transportes se caracterizan por el empleo al máximo de equipo anticuado u obsoleto en la mayoría de empresas que se dedican a esta actividad en sus diversas modalidades, al lado de unas pocas que utilizan máquinas modernas, de última generación», ha escrito el periodista, escritor e historiador del El Tiempo, Enrique Santos Molano.

La Wawa y compañías como Ridery o Yummy Riders, se presentan como unas de esas pocas empresas innovadoras en el área. Sobre el tema, la urbanista María Estela Mangia afirma que estas iniciativas no han surgido de forma planificada, sino que se han presentado como una oportunidad de negocio ante la falta de capacidad del transporte terrestre convencional. Detalla que el atractivo con el que estas compañías se presentan es la tecnología y la seguridad.

Mangia explica que el reto que enfrenta el transporte en Caracas y las ciudades grandes y medianas es enorme porque implica una reorganización.

Para la docente e investigadora de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) «el sistema de transporte, propiamente dicho, no existe. Son una serie de componentes que funcionan, si se quiere, aisladamente a la buena de Dios».

«Es un reto de reorganización y visualización integral de todo el sistema que no solo lo comprende el transporte público. Para la planificación de una ciudad se debe pensar en los modos de transporte, ciclismo y vehículos motorizados. Además de eso, para organizar los componentes se debe pensar en el sistema que los mueve, es decir, la gasolina o formas de energía. Prácticamente hay que empezar de cero con todo el sistema», expone.

En el caso de La Wawa, que se presenta como una camionetica por puesto más privada que las convencionales, durante el viaje el usuario podría llegarse a olvidar que la gasolina escasea y que los repuestos de las unidades de transportes no se consiguen o no están a precios asequibles. Es más, los huecos de las vías citadinas pasan a un segundo plano porque el conductor hasta va con cuidadito.

El viaje se mantiene. En un abrir y cerrar de ojos la aplicación indica que se ha completado la mitad del trayecto y, mientras tanto, el acompañante del conductor verifica el destino de cada usuario y pregunta individualmente si el internet funciona correctamente en sus dispositivos. «Esta es una camionetica del primer mundo», dice un usuario cuando el trabajador le comparte la clave del wifi por primera vez.

De acuerdo a la urbanista Mangia es importante el aporte que dan estás compañías a las personas, sobre todo en términos de movilidad segura. No obstante, advierte que podrían producirse ventajas de la competencia.

«Si esto se extiende, entonces muchas de esas líneas que están en la modalidad antigua van a ir desapareciendo porque de nuevo estas van a ser seguras y van a pasar a ser un poco más económicas», agrega.

Transporte

Estratos a bordo del transporte alternativo
El viaje en la unidad continúa, son 45 minutos de movimiento del este al oeste de la capital. El traslado cuesta $1,20 que puede ser pagado por Pago Móvil, Zelle e incluso Paypal. Una tarifa aparentemente racional, si se toma en cuenta que son 15,6 kilómetros de recorrido, y que evita a los usuarios los dolores de cabeza de la escasez de efectivo. Los costos de las compañías que se encargan de hacer servicio de taxis también son «aceptables» de acuerdo a reporte de usuario en redes sociales.

La iniciativa es aplaudida por el Comité de Usuarios del Transporte. Luis Salazar, presidente de esta instancia, considera que sobre todo los estratos poblacionales A, B y C pudieran costearse estos servicios porque tienen un poder adquisitivo que se los permite, cosa que no ocurre con los sectores D y E.

Para Salazar estas nuevas formas de explotación de los servicios de transporte llega a estos sectores (A, B y C) que están «desabastecidos de un servicio idóneo». Con respecto a la tarifa, destaca que hasta ahora han sido aceptadas porque estas compañías prestan un servicio diferencial que debe adaptarse a su estructura de costo.

En 2013, el entonces ministro de Transporte Terrestre, Haiman El Troudi, decía que al menos en el Área Metropolitana de Caracas estaban activas 505 rutas entre municipales e intermunicipales y que estas eran operadas por 263 organizaciones y asociaciones. En la actualidad, de acuerdo a Salazar, se estima que el porcentaje de las líneas ha mermado 40%, porque el programa de renovación de flotas nunca cristalizó.

«APP» y no de aplicación
Quien acude por primera vez se da cuenta, a medida que el viaje avanza, de que en ocasiones en las paradas donde se supone abordarán nuevos usuarios el copiloto hace algunas llamadas: «La Wawa va llegando, prevenido» u «hola, le llamamos de La Wawa, estamos en el punto de recogida. Le esperamos».

Zulma Bolívar, urbanista, experta en planificación estratégica, gestión, desarrollo local y diseño urbano, reconoce que estas iniciativas llenan un vacío. No obstante, recalca que no son la solución ideal.

«Tenemos que mirar al futuro con la idea de crear instituciones que realmente planifiquen en función del uso del suelo, de concentración poblacional y de los centros empleadores», dice en entrevista telefónica.

Comenta que estos no son reales sistemas sino improvisaciones a las que a las personas les toca recurrir debido a la precariedad del transporte. A su juicio, estás compañías vieron en la falta de capacidad del Estado una oportunidad para resolverle, en parte, la vida a la gente.

«Las iniciativas pueden estar bien guiadas si hay lineamientos de las alcaldías en cuanto a las sedes de estas empresas y coordinación de las paradas y de los espacios existentes», apunta.

Para Bolívar, también docente universitaria, asesor inmobiliario y políticas públicas de la administración local la permanencia de estas firmas podría asegurarse si se toman como bases parámetros de los que denominó modelo de Alianza Pública-Privada (APP) que se usa en muchos países y son complementarias, explicó.

«Los privados dependen de la gestión del Estado sobre la ciudad. El Estado no puede hacerlo solo porque no hay capacidad para dar un sistema confiable y seguro. La solución en este modelo surge a partir de una conciliación privada, la demanda de usuarios y el Estado».

Al igual que la también urbanista María Estela Mangia, Zulma Bolívar asevera que ni en Caracas ni en el resto de la nación existe la movilidad sostenible. Aseveró que el sistema de transporte debe mezclar muchos aspectos, el tema peatonal, junto con el ciclismo y la actividad de los taxistas.

«En un sistema de transporte bien pensado un usuario puede hacer intercambios de formas de traslado distintas para llegar al punto. Esto no existe desde hace mucho», señala Zulma Bolívar.

transporte

Y cuando se acerca la parada…
El viaje de 45 minutos desde el este hasta el oeste caraqueño está por terminarse. Usuarios que viajan por primera vez se levantan de sus asientos minutos antes, como en una seña al conductor de que tiene que detenerse. Reciben como respuesta una petición de que «por seguridad» vuelvan a sentarse hasta tanto la unidad se detenga. La sorpresa al estrenarse en La Wawa es una sensación que se mantiene de inicio a fin, hasta el hecho de que el conductor respete el semáforo y las señales de tránsitos deja atónito a más de uno.

El conductor sabe cuál es la siguiente parada y qué usuarios se bajarán en ella. La aplicación se lo indica.

«Definitivamente la tecnología ha apoyado a través de las aplicaciones en teléfonos celulares la aparición de estas empresas», dice en entrevista telefónica la presidenta del Consejo Nacional de Comercio y Servicios (Consecomercio) Tiziana Polesel.

La génesis de estas compañías se produjo, a su juicio, por el tema tecnológico que cada vez arropa a más naciones, por la coincidencia con la pandemia y la escasez de combustible que sobre todo en 2021 fue grave.

La representante gremial sostiene que los aportes de compañías como Ridery o Yummy son importantes porque se presentan como nuevas opciones a los consumidores a la hora de movilizarse de un lado a otro, cosa que evidentemente va a generar confianza.

«Yo creo que es importante que nosotros tengamos claro que las nuevas generaciones, en otros países, cada vez más le dan menos importancia a tener vehículo propio porque esta alternativa es mucho más cómoda. Las nuevas generaciones consideran que tener vehículo propio les produce problemas y esto es algo mucho más práctico y vemos cómo incluso familias que antes tenían dos y tres carros en Estados Unidos se han quedado con un solo vehículo y el resto de la movilización familiar lo hace utilizando las aplicaciones y estos sistemas», añade.

Polesel enfatiza que aunque en Venezuela se llega con algo de retraso a la utilización de estas herramientas se está siguiendo una tendencia mundial.

La presidenta de Consecomercio resalta la necesidad de que estas empresas sean cada vez más formales porque esto genera confianza entre los ciudadanos. Detalla que ya algunas se han afiliado a las cámaras de comercio y servicios de las zonas donde operan.

Sobre la permanencia, dice que dependerá de la calidad del servicio y de la relación precio valor. «Muy probablemente el mismo mercado vaya excluyendo a las que no den buen servicio. Eso lo determina el mercado», menciona.

Fuente: Tal Cual