Irán quiere expandir su proyecto antioccidental en América Latina y encontró en el régimen de Nicolás Maduro, en Venezuela, al aliado ideal para sus planes. El mandatario iraní, Ebrahim Raisi, en su gira por la región, visitó a Venezuela, Cuba y Nicaragua. Fortalece su relación con las dictaduras y no parece haber resistencia por parte de los demócratas de la región.
Por El Político
El planteamiento lo hace el abogado venezolano y dirigente político opositor Julio Borges. Analiza que la visita del jefe de Estado iraní a la región se dio en medio de tensiones entre Occidente y el mundo no libre. Uno de los motivos obvios es la guerra de Rusia contra Ucrania. Pero también está el enfrentamiento global entre democracia y autoritarismo.
Alarde de poder
Poco antes de iniciar la gira, Irán anunció el histórico lanzamiento de un nuevo misil hipersónico, que puede alcanzar una velocidad 15 veces mayor a la del sonido. Esta arma, de una letalidad y capacidad destructiva sin precedentes, representa un severo riesgo para la estabilidad y la paz del mundo, advierte.
Para dejar en claro por qué se relaciona este asunto con Venezuela, Borges recordó que en 2019 quedó en evidencia la intención de la dictadura de Maduro de adquirir misiles iraníes antibuque AGM-84, AGM-65G y misiles aire-aire AIM-7 como parte de su programa armamentístico.
Soberanía a cambio de poder
«Maduro le ha abierto las puertas de par en par a los iraníes en los últimos años para que utilicen a nuestro país como su patio trasero para desestabilizar Occidente», afirma Julio Borges en su análisis.
Se trata de una transacción en la que Maduro entrega a Venezuela a cambio de apoyo para sostenerse en el poder. Eso explica las razones por las cuales los iraníes han asumido un rol protagónico en la escena venezolana.
Ellos controlan el negocio petrolero para evadir sanciones por medio de la venta de crudo venezolano, el abastecimiento gasolina y la restauración de las refinerías petroleras.
Una de las advertencias más graves que formula el dirigente opositor indica que: «Irán salió del anonimato en la Fuerza Armada venezolana. Lo que denunciábamos desde hace años sobre el entrenamiento iraní en materia de ciber tecnología se ha confirmado».
Añade que la cooperación militar venezolano-iraní trasciende fronteras y eso la hace más peligrosa para Occidente. Ambas naciones financiaron el proyecto de Escuela Militar del ALBA en Bolivia. Esta iniciativa tiene como fin formar grupos milicianos de Nicaragua, Cuba, Bolivia, Venezuela, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas e Irán.
Conexiones con el terrorismo
Recuerda Borges que han ocurrido varios escándalos por los nexos entre Venezuela e Irán y con el terrorismo internacional. Un caso emblemático fue el de los miles de pasaportes que se emitieron en el consulado venezolano en Damasco, entre 2008 y 2009. Esos documentos terminaron en mano de miembros de Hezbollah.
También recordó los llamados «vuelos de la muerte», revelados por la revista Veja, donde se comprobó que la ruta Caracas-Teherán-Damasco se usó para transportar dinero mal habido, armas, drogas y criminales solicitados por la Interpol.
Un llamado a Occidente
Al final de su análisis, Julio Borges señala que la gira del presidente de Irán es un llamado de atención a los líderes de Occidente, puesto que se está configurando en sus narices una peligrosa alianza entre el eje dictatorial de La Habana, Managua y Caracas y el régimen iraní.
Refrescó la memoria en cuanto a algo dicho por el fallecido dictador cubano, Fidel Castro a comienzos de siglo. Señaló que el objetivo de la relación de Cuba con Irán era “poner de rodillas a Estados Unidos”.
Pidió tener una visión menos ingenua y no reducir la visita del presidente iraní a la región «a un tema de cooperación económica, especialmente en tres países que enfrentan crisis económicas y sociales estructurales».
«No es solo Irán, es también Rusia y China, que con sus agendas geopolíticas buscan sabotear la tradición de democracia y derechos humanos de América Latina, así como servirse de los recursos de esta región para sus propios intereses«, indicó Borges.
Afirmó, en conclusión, que la cercanía entre Cuba, Venezuela, Irán, Rusia, Nicaragua y China forma parte de un mismo proyecto antioccidente. A su juicio, esa alianza persigue borrar de la tierra los derechos humanos, la soberanía nacional y los valores de la democracia.
Fuente El Político