Durante su estancia en el Wilson Center en Washington DC, Leopoldo López adquirió una visión amplia de su papel en la lucha contra las autocracias, que ha plasmado en un documento titulado «Desafiando a las Autocracias desde el Interior».
En este documento, López narra sus experiencias en Venezuela, desde su valiente acto cívico en 2014 que lo llevó a la cárcel hasta su escape a España en 2020, donde reside actualmente. Sin embargo, quiero enfocarme en su iniciativa geopolítica, que considero digna de atención y apoyo, a pesar de los desafíos que enfrenta debido a la inercia y cobardía de gran parte del liderazgo político mundial.
López comienza analizando su experiencia venezolana, su prisión y escape, y destaca tres factores que explican la longevidad del chavismo en el poder: los ingresos petroleros, el apoyo de las fuerzas armadas y la existencia de aliados autocráticos como Rusia, China e Irán, que les han brindado apoyo tecnológico, militar y financiero, a pesar de la alta corrupción que ha escandalizado incluso a los propios chinos. López estima que el 20% del PIB de Venezuela está relacionado con actividades ilícitas como el narcotráfico, el contrabando y la extracción ilegal de minerales del llamado Arco Minero. Documentar cómo funciona este «club de amigos» para combatirlo es uno de los desafíos más importantes de nuestro tiempo, y se puede lograr mediante la creación de una Alianza para la Democracia y la Libertad.
En su análisis, López señala que el 72% de la población mundial vive bajo el yugo de las autocracias, en comparación con el 49% hace 12 años. Esta disminución de la democracia en el mundo requiere una acción global coordinada, por lo que propone la creación de una Alianza para la Libertad con el objetivo de restablecer la democracia, elecciones libres y transparentes, y el estado de derecho. Para comenzar este camino, López colaboró con un grupo de activistas internacionales para organizar un Congreso Global de la Libertad en Lituania en noviembre de 2022, con el fin de establecer un plan de acción sin divisiones ideológicas, enfocado en reafirmar los valores comunes de democracia, derechos humanos y estado de derecho. El congreso contó con la presencia de alrededor de 180 activistas de más de 40 países que sufren bajo regímenes autocráticos.
Durante el congreso, se analizaron las razones por las cuales las protestas contra las autocracias no están teniendo éxito. Una de las razones es la polarización extrema a nivel nacional, que divide a la oposición por diferentes motivos. Otra razón es la colaboración entre los miembros del club de autócratas, que son expertos en intimidar a sus adversarios. López cita a Anne Applebaum, analista estadounidense, quien señala que las autocracias están operadas por sofisticadas redes internacionales con estructuras financieras corruptas y servicios de inteligencia que actúan en conjunto. Rusia y China, por ejemplo, presentan sus modelos autocráticos como alternativas superiores a la democracia. En lugar de una pelea entre el capitalismo y el socialismo, entre la izquierda y la derecha, proponen abiertamente la autocracia frente a la democracia. Además, en las democracias, incluso en Estados Unidos, existen aspirantes a autócratas que compran esta idea. Por eso es necesario formar una asociación para la libertad, que incluya a individuos y movimientos cívicos que lleven a cabo enfrentamientos en las calles contra los regímenes autoritarios y lideren protestas populares masivas.
En su documento, Leopoldo López enumera varias acciones a seguir. Sin embargo, es importante destacar los enormes obstáculos que enfrenta esta iniciativa. Algunos podrían argumentar que si López no pudo solucionar la situación en Venezuela, un país pequeño con un régimen torpe, ignorante y hasta cursi, pretender hacer algo similar a nivel mundial es considerablemente más complicado. Dirían que aquel que no pudo lograr lo menos, tampoco podrá lograr lo más. Sin embargo, esta premisa puede ser engañosa, ya que en el ámbito global podrían involucrarse actores de mayor envergadura que los que existen en la oposición venezolana agotada y apática.
Es cierto que los obstáculos son gigantescos. Por nombrar solo algunos:
Dicho esto, considero que esta iniciativa es hermosa, quizás un tanto ambiciosa, pero le deseo el mayor de los éxitos y cuento con su mi apoyo, ya que sin duda apunta en la dirección correcta.
Mucho, casi todo, dependerá de la calidad del liderazgo. Este será un esfuerzo a tiempo completo y, tal vez, de toda la vida para Leopoldo López. Deberá dejar de lado sus objetivos en Venezuela, ya que nuestro país es solo un punto en la curva global y debe ser tratado como tal en un contexto mundial.
Lo peligroso sería -y no tengo fundamentos para creer que esto sea cierto- que esta iniciativa global solo sea un escalón para el regreso de Leopoldo a Venezuela con un resurgimiento político generado por esta iniciativa. Si ese fuera el caso, en palabras venezolanas, «Leopoldo perdería el chivo y el mecate».