Dos muñecas danzantes llamadas Yesica y Catalina se han convertido en compañeras de viaje para un grupo de venezolanos que atraviesan Suramérica y Centroamérica en su búsqueda de un futuro mejor en Estados Unidos. En la frontera entre México y Guatemala, estos migrantes han encontrado en el baile de estas muñecas una forma de subsistencia y una fuente de motivación.
Con información de El Nacional
El protagonista de esta historia es Yendri Pérez, un migrante suramericano de alrededor de 30 años, quien solía ser camillero en Venezuela. Al llegar a Colombia, comenzó a utilizar el baile de las muñecas como una forma de ganarse la vida y continuar su travesía hacia Estados Unidos. La danza, realizada con ocho palos y tubos de plástico atados a los pies de Pérez y las muñecas, lleva mensajes de fortaleza y esperanza a otros migrantes que cruzan múltiples países en busca de un futuro mejor.
Junto a Yendri, Wilson Farías González también utiliza una bocina para acompañar el baile de las muñecas y así ganar dinero para su alimentación y gastos en el viaje. Para él, este acto es una manera de transmitir alegría y orgullo, contrarrestando los desafíos y dificultades que enfrentan como migrantes.
Estos viajeros y sus muñecas han estado en ruta durante un mes, recorriendo desde Colombia hasta la frontera entre México y Guatemala. En la localidad de Suchiate, donde cientos de migrantes se encuentran varados, llevan su espectáculo a las calles y comercios locales, buscando ganar ingresos para continuar su viaje.
Dilma Barrios Escobar, una empresaria en Suchiate, hace un llamado a la agilización de los trámites migratorios en la frontera de México con Centroamérica. Mientras miles de personas esperan una solución a sus trámites, destaca la importancia de la colaboración entre el Instituto Nacional de Migración (INM) y la Secretaría de Gobernación (Segob) para facilitar el proceso y brindar una respuesta más ágil a los migrantes en busca de una nueva vida.