En una controvertida medida, las autoridades de Trinidad y Tobago deportaron a un grupo de 98 migrantes venezolanos en una embarcación durante la madrugada del sábado. A pesar de que muchos de ellos estaban registrados como solicitantes de asilo en la agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), y alegaban tener razones legítimas para quedarse, las autoridades trinitenses procedieron con la deportación.
Con información de El Nacional
La policía y fuentes de inmigración informaron a la AFP que los migrantes fueron llevados a la sede de la Guardia Costera en la bahía Stuable, desde donde abordaron la embarcación que los llevaría de regreso a Güiria, Venezuela. La embarcación, con capacidad para transportar hasta 700 pasajeros, partió a las 2:00 hora local.
Esta medida se originó en respuesta a una solicitud del Estado de Trinidad y Tobago a la justicia, después de que un juez decidiera detener la deportación de un grupo de venezolanos arrestados en una redada policial el 9 de julio. En esa operación, cerca de 200 venezolanos inmigrantes fueron detenidos. Aunque el juez Ricky Rahim liberó a 64 de ellos el martes, el Estado apeló rápidamente para lograr su deportación.
La corte de apelaciones finalmente revocó la decisión del juez a favor del Estado, permitiendo la deportación de la mayoría de los detenidos. Solo 30 de ellos lograron salir en libertad, lo que generó preocupaciones sobre el respeto de los derechos de los migrantes y solicitantes de asilo.
Yesenia Gonzales, activista y defensora de derechos humanos, señaló que entre los deportados había cerca de 100 solicitantes de asilo que estaban registrados en la ACNUR. Aunque algunos repatriados estaban en el grupo, no se proporcionó un número exacto. Gonzales afirmó que a algunos migrantes se les obligó a firmar órdenes de repatriación antes de abandonar el país.
A pesar de la deportación, las autoridades permitieron que nueve mujeres permanecieran en Trinidad y Tobago debido a que alegaban tener hijos pequeños en el país. La indignación entre los observadores aumentó al conocerse que había madres siendo separadas de sus hijos durante el proceso.
Mientras tanto, en las costas venezolanas, habitantes del estado Sucre recibieron a los deportados con cánticos del himno nacional y ovaciones de libertad. Aunque el gobierno de Nicolás Maduro no ha emitido ningún comunicado oficial sobre esta deportación, la comunidad internacional sigue atenta a las implicaciones humanitarias y legales de esta medida.
De acuerdo con la ACNUR, en Trinidad y Tobago residen alrededor de 35.000 venezolanos. En 2019, aproximadamente 16.000 de ellos se registraron con el gobierno y se les permitió trabajar y vivir en el país, lo que hace que esta deportación sea aún más impactante para la comunidad internacional.