Perú promulgó una nueva ley que modifica el código penal para imponer sanciones más severas a aquellos que roben teléfonos celulares y causen lesiones graves o la muerte a la víctima. El gobierno peruano busca así combatir el problema de la inseguridad ciudadana en el país.
Esta ley, publicada recientemente en el diario oficial, establece penas de cárcel de entre 12 y 20 años para los robos de dispositivos móviles. Sin embargo, la pena puede aumentar hasta 30 años si se utiliza un artefacto explosivo o un vehículo motorizado para cometer el delito.
El ministro del Interior, Vicente Romero, explicó que esta ley es una clara advertencia para aquellos que se dedican a robar, comprar o adulterar teléfonos celulares, ya que también serán sancionados. Además, la ley introduce la figura del «robo agravado» para aumentar las condenas.
La nueva norma también castiga con penas de cárcel de dos a cuatro años a aquellos que comercialicen, desensamblen o utilicen partes de un teléfono móvil de procedencia delictiva.
Según el organismo encargado de supervisar las telecomunicaciones en Perú, ISIPTEL, se reportan alrededor de 4.800 robos de teléfonos móviles al día, lo que equivale a casi 200 robos por hora.
Ante esta situación, el gobierno peruano ha decretado recientemente el estado de emergencia en varios distritos de Lima y otras partes del país, permitiendo así que los militares apoyen a la policía en los operativos de seguridad ciudadana.