El chavismo radical no está de acuerdo con las negociaciones con Estados Unidos y la oposición, porque sienten que las concesiones que deben dar son muy peligrosas y pudieran hacerles perder el poder. El resultado de las primarias ha sido un detonante para las diferencias que hay entre ambos sectores. Jorge Rodríguez y Diosdado Cabello, aunque aparezcan juntos riéndose en televisión, tienen posiciones distintas.
Con Informacion de La Gran Aldea
El resultado de las primarias sorprendió a todos. Nadie, ni la ahora perseguida Comisión Nacional de Primaria (CNP), ni los partidos de oposición, ni María Corina Machado ni el G2 cubano imaginaron una participación tan alta como la que hubo. Las consecuencias de lo ocurrido el 22 de octubre pasado despertaron discusiones internas dentro del chavismo, entre el sector más radical y quienes encabezan las negociaciones con los Estados Unidos y la oposición.
El chavismo radical no está cómodo con los acuerdos y las “concesiones” que pactó en Barbados la representación que encabeza Jorge Rodríguez, a nombre de Nicolás Maduro. Esa ala radical nunca estuvo de acuerdo con que se le permitiera a la oposición hacer las primarias, decisión que la cúpula del régimen tomó para cumplir, precisamente, con lo firmado con la oposición venezolana.
El ruido que ha generado el contundente resultado de las primarias, la alta participación y la confirmación del liderazgo de María Corina Machado ha provocado a lo interno del chavismo una especie de cisma. Eso explica la desmedida reacción del régimen contra lo que ocurrió el 22 de octubre luego de que el propio Jorge Rodríguez subestimara en Barbados lo que iba a ser la jornada de primarias opositora.
“El ruido que ha generado el contundente resultado de las primarias, la alta participación y la confirmación del liderazgo de María Corina Machado ha provocado a lo interno del chavismo una especie de cisma”
Algunas de las fuentes consultadas señalaron que Diosdado Cabello, quien durante semanas repetía que no habría primarias, reclamó a Jorge Rodríguez por permitir la realización de las primarias cuando él ya las tenía en jaque. Rodríguez, por su parte, ha respondido a este grupo argumentando que aceptó la elección del 22 de octubre porque miembros de la delegación opositora de la negociación, pertenecientes al llamado G3 (grupo que conforman los partidos Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia y Acción Democrática) le aseguraron que las primarias serían un rotundo fracaso.
Aunque resulta llamativo que hayan sido miembros de la delegación opositora quienes desmeritaran las primarias frente a Rodríguez, tiene sentido, ya que hasta última hora algunos integrantes de esa misma representación y dirigentes importantes de los partidos del G3 estuvieron operando para que la elección fuera suspendida y de esa forma evitar el triunfo contundente de Machado, anticipado por todas las encuestas.
Jorge Rodríguez, que a la salida del Acuerdo de Barbados hablaba de la Primaria como una “minucia” o un “evento desastroso” y “minúsculo”, ahora es visto por Diosdado Cabello y los más radicales como el culpable de un error que puede tener consecuencias. Por eso han tenido rienda suelta esta última semana para arremeter contra la elección y buscar judicializar a los miembros de la CNP.
Distintos analistas venezolanos han coincidido en que hubo una subestimación de la elección opositora por parte del oficialismo, y por eso la reacción posterior al resultado. El amedrentamiento que ejecutó el régimen previo al 22 de octubre, las acciones de algunos dirigentes de oposición contra las primarias y la falta de recursos y capacidad logística que padecía la Comisión hicieron que en Miraflores dieran luz verde al Acuerdo de Barbados, que finalmente permitió la realización de la elección opositora.
Es público que Diosdado Cabello, al menos desde 2019, no ha estado de acuerdo con las negociaciones formales entre el Gobierno y la oposición. Siempre ha mostrado una postura más de fuerza que de diálogo. Una de sus frases más repetidas durante las últimas semanas es: María Corina Machado “no va”, en relación con su posible participación en la elección presidencial de 2024. Casi a diario repite que “no hay forma” de que la arbitraria inhabilitación que pesa en contra de Machado sea revertida.
Esto plantea un problema para la negociación y el Acuerdo de Barbados. Tanto el secretario de Estado norteamericano Antony Blinken, como el asesor de seguridad de la Casa Blanca para el Hemisferio Occidental y hombre clave en las negociaciones con el chavismo, Juan González, han dicho que, si para finales de noviembre las inhabilitaciones no son removidas y no hay un cronograma electoral claro, tomarán medidas para revertir las flexibilización de las sanciones que le aprobaron al régimen de Nicolás Maduro luego de la firma de Barbados.
El chavismo muy pocas veces calcula mal, pero el 22 de octubre quizá se sume a otros errores cometidos por Maduro desde que está en el poder: las elecciones parlamentarias de 2015, donde la oposición logró obtener dos tercios de la Asamblea Nacional; los comicios regionales de 2021, en los que perdieron la gobernación del simbólico estado Barinas, y la tercera fue el 22 de octubre, cuando 2,4 millones de venezolanos salieron a votar en las primarias opositoras.
ALEJANDRO HERNÁNDEZ – La Gran Aldea