En la mañana del lunes 5 de diciembre, las autoridades de seguridad del Estado llevaron a cabo la intervención del Centro Penitenciario Vista Hermosa en Ciudad Bolívar como parte de la Operación de Liberación Cacique Guaicaipuro, cuyo objetivo es recuperar el control de los centros penitenciarios del país.
La toma de la cárcel comenzó temprano en la mañana, pero se supo que el despliegue militar en la zona había comenzado desde la tarde del domingo.
Desde la madrugada, los familiares de los reclusos se encontraban en los alrededores exigiendo a las autoridades que respetaran los derechos humanos de los presos. También manifestaron su desacuerdo con el traslado de los reclusos, ya que no tenían los recursos para visitarlos en otros estados.
La intervención del penal se llevó a cabo sin incidentes y el ministro de Interior, Remigio Ceballos, afirmó que el Estado ha recuperado el control de los centros penitenciarios más poblados del país.
«Con la toma de este centro, hemos asegurado el control de los centros penitenciarios más poblados en Venezuela. Hemos avanzado en un 99,9% en la toma completa de todos los centros para impulsar el sistema penitenciario, y seguimos avanzando, que es la orden precisa del presidente Nicolás Maduro», declaró Ceballos.
La operación ya se ha llevado a cabo en Tocorón, en el estado de Aragua, Tocuyito en Carabobo, el penal José Antonio Anzoátegui en Barcelona y el Internado Judicial en Maturín, conocido como La Pica.
Los centros penitenciarios que aún deben ser intervenidos son las cárceles de Ciudad Bolívar, Trujillo y Yaracuy.
Ceballos aseguró que los reclusos que se encontraban en el Centro Penitenciario de Vista Hermosa están seguros y esperando ser trasladados.
«Hemos desmantelado todas las estructuras criminales que operaban en este centro. Aquí funcionaba un centro de extorsión para todo el país», afirmó, añadiendo que se proporcionará información adicional en el futuro.
Según estimaciones de la ONG Una Ventana a la Libertad, en 2021, la cárcel de Vista Hermosa albergaba a 1.625 reclusos, de los cuales 13 eran extranjeros, 1.425 estaban en proceso y 174 estaban condenados.
En el caso de Vista Hermosa, el penal estaba controlado por tres líderes delictivos conocidos como «pranes»: Wilkins Rafael Romero Maluenga, alias Wilkins; Giovanny Navas, alias Pan; y Edicson González, alias Chichi.
Estos tres hombres son los cabecillas de una pandilla llamada el Tren de Bolívar, compuesta por alrededor de 100 miembros, según la investigación periodística «Prisiones venezolanas, repúblicas independientes del crimen».
Esta banda está involucrada en la extorsión interna, el microtráfico de drogas, la comercialización de alimentos y la minería ilegal.
Las familias señalaron que la extorsión consistía en pagar 20 dólares semanales en efectivo o al cambio en bolívares.