Con Informacion de El Diario de El Paso
Con frecuencia me preguntan si Janucá es una de las principales festividades judías. Aunque la práctica de encender velas por ocho noches es más extendida que otras observancias judías, aprecio la premisa de esta pregunta, ya que el resto de los festivales del judaísmo tiene un respaldo bíblico, mientras que Janucá no lo posee.
No obstante, las lecciones y la observancia de Janucá han desempeñado un papel dominante en el judaísmo durante miles de años y, en épocas recientes, se ha convertido en la mayor muestra de observancia pública del judaísmo a nivel mundial. Los eventos de los últimos meses me han ayudado a comprender a qué se debe esto.
En general, para apreciar el significado de la práctica de la religión judía, uno debe estudiar las leyes, la historia, la filosofía y el misticismo del judaísmo. El Rebe, el rabino Menájem Mendel Schnnerson, líder del movimiento mundial Chabad Lubavitch, señaló que la ventaja de las luces de Janucá es que, una vez encendidas, emanan luz perceptible incluso para aquellos que no se fijan en los detalles. Y la luz es la expresión máxima de las lecciones de Janucá y su mensaje universal.
Hace más de 2 mil años, el antiguo Imperio Greco-Sirio conquistó la Tierra de Israel y persiguió a los judíos, desacralizando el Santo Templo de Jerusalén y prohibiendo muchas observancias bajo pena de muerte. Fue un tiempo de oscuridad y desánimo.
Un pequeño grupo de judíos devotos, conocidos como los Macabeos, se rebelaron y por la gracia divina derrotaron a la fuerza de ocupación extranjera. Mientras se preparaban para volver a consagrar el mandato de encender el candelabro de siete brazos, la Menorá, en el Santo Templo, se percataron de que solo tenían aceite ritualmente puro para una noche, y tomaría ocho noches obtener el suministro. Encendieron la Menorá, y las siete llamas se mantuvieron prendidas milagrosamente durante ocho días y noches.
Para celebrar, Janucá se observa encendiendo llamas por ocho noches en conmemoración del milagro del aceite. Encendemos una vela en la primera noche y sucesivamente añadimos otra cada noche hasta contar ocho llamas. Es por ello que también se le conoce como el “Festival de las Luces”.
A lo largo de miles de años, los judíos han experimentado todas las facetas posibles de la existencia humana. Desde la paz en nuestra tierra ancestral, Israel, durante la era bíblica del rey Salomón, hasta las cámaras de gas de Auschwitz y todo lo que hay en medio. A través de nuestra historia turbulenta, las luces de Janucá nos han recordado la verdad fundamental de que la manera de resistir la oscuridad es enfocarnos en mostrar la luz.
En cada generación, cuando las influencias extranjeras intentaron destruir la vida judía, ya sea física o religiosamente, nunca hemos perdido de vista esta verdad.
Cuando los antiguos griegos insistieron en asimilar nuestra cultura a la suya, abandonando nuestras prácticas religiosas fundamentales, resistimos y eventualmente prevalecimos.
Incluso cuando la resistencia armada no era una opción, el judaísmo enfrentó cada desafío y sobrevivió a cada enemigo.
A raíz del brutal ataque de Hamás contra Israel, en lugar de ocultarnos, los judíos de todo el mundo están más motivados que nunca para conectarse con su herencia judía. A nivel externo, un gran número de personas se ha unido para mostrarnos su apoyo.
El encendido de las velas de Janucá nos enseña que aunque las batallas surjan en diferentes campos, es en la lucha espiritual contra las fuerzas de la oscuridad, el odio y la violencia en la que todos podemos participar según nuestras posibilidades. Esto se logra a través de aumentos incrementales de bondad y amabilidad, una buena obra a la vez.
Incluso si solo tiene la fuerza emocional o la capacidad física para realizar un solo acto de bondad, reconozca que tiene el poder de causar un impacto, de la misma manera en que una simple llama ilumina incluso la oscuridad más opresiva. Las buenas acciones de ayer deben continuar con mayor bondad hoy, creciendo exponencialmente cada día.
Prestemos atención al mensaje del “Festival de las Luces” y que la luz de la bondad que introducimos en nuestro mundo destierre, tanto a nivel individual como colectivo, la oscuridad del mal que todos aborrecemos, marcando así el comienzo de una era de paz y tranquilidad global para todos.
Janucá comienza este año el jueves 7 de diciembre por la noche y continúa hasta el viernes 15 de diciembre. Para obtener más información sobre Janucá, visite www.chabadelpaso.com/chanukah.