Durante una conversación informal con un presentador de televisión el lunes por la tarde, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dejó entrever la posibilidad de un nuevo alto el fuego en la guerra de Gaza, que podría ocurrir tan pronto como el próximo lunes. Sin embargo, la Casa Blanca se retractó posteriormente de estas declaraciones. Estas palabras cayeron como una bomba en la comunidad palestina de Estados Unidos.
El martes por la noche, en Michigan, uno de los estados clave en las elecciones presidenciales de noviembre, más de 100,000 personas votaron como «independientes» en las primarias del Partido Demócrata en protesta por la respuesta de la Casa Blanca a la crisis en Medio Oriente, y como muestra de apoyo a los grupos pro palestinos. Estos votos fueron considerados como una advertencia por parte de los organizadores de la protesta.
Esta semana ha sido un recordatorio para Biden de que la crisis en Medio Oriente y su manejo por parte de la Casa Blanca podrían representar un riesgo electoral. Desde el inicio del conflicto, el presidente ha estado en una posición complicada, teniendo que tomar decisiones que desagradan a partes importantes de su coalición.
Sin embargo, el gobierno de Biden está adoptando un enfoque cauteloso en lo que respecta a cambios significativos en la política. Aunque ha habido presiones internas para un cambio de rumbo, la administración ha mantenido en su mayoría la misma postura. Durante una conferencia de prensa, el secretario de prensa del Departamento de Estado, Matt Miller, declaró que Estados Unidos continúa brindando apoyo a Israel para proteger su derecho legítimo a defenderse. Además, funcionarios del gobierno han mencionado que están considerando posponer los envíos de armas a Israel, entre otras medidas.
La mayoría de las encuestas indican que el público estadounidense en general tiende a apoyar a Israel en el conflicto, aunque hay sectores clave de la coalición demócrata que no lo hacen, como los votantes jóvenes y las personas de color. El gobierno de Biden se enfrenta al desafío de equilibrar los intereses de diferentes grupos dentro del Partido Demócrata que consideran que su apoyo es crucial para su reelección.
Los grupos pro palestinos en Estados Unidos exigen un alto el fuego permanente, apoyo a las gestiones diplomáticas de las Naciones Unidas y amenazan con terminar la asistencia militar a Israel si no cambia de rumbo. Existe una creciente frustración entre la gente, y el gobierno de Biden necesita darles una razón para no estarlo, según Jim Zogby, presidente del Instituto Árabe Estadounidense.
El voto de protesta en Michigan fue menor que la diferencia por la cual Biden derrotó a Donald Trump en ese estado en 2020, pero fue significativamente mayor que los votos por los que Hillary Clinton perdió contra él en 2016. Aunque los grupos pro palestinos son una minoría ruidosa, siguen siendo una minoría. Según Derry Sragow, consultor político de California, hay un segmento del electorado concentrado en Gaza, pero es pequeño en comparación con otros temas que preocupan más al público estadounidense, como la economía, la inmigración y los derechos al aborto.
En Michigan, por ejemplo, hay tantos votantes judíos que apoyan a Israel apasionadamente como votantes pro palestinos. Los votantes judíos siguen apoyando abrumadoramente a los demócratas, con más del 70% respaldando a Biden en 2020 y la mayoría de ellos a favor del manejo de la guerra en Gaza, según las encuestas. En resumen, el manejo de la crisis en Medio Oriente es solo una de las muchas consideraciones que los votantes tendrán en cuenta cuando emitan su voto.