El CEO de Ryanair, Michael O’Leary, fue el objetivo de un inusual ataque por parte de activistas medioambientales en Bruselas. Mientras se preparaba para una conferencia de prensa, O’Leary fue sorprendido por una mujer vestida de negro que le arrojó dos pasteles de crema en la cara.
O’Leary, de 62 años, se encontraba en la capital belga para hablar en una conferencia de prensa y presentar una petición para proteger los sobrevuelos en Europa. El incidente ocurrió en medio de la noticia de que los pilotos de Ryanair con base en Bélgica habían convocado una huelga para los días 14 y 15 de septiembre, coincidiendo con una junta general de accionistas de la aerolínea.
El ataque tuvo lugar durante una entrevista en la que O’Leary estaba acompañado por una figura de cartón de la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. La cuenta oficial de Ryanair en las redes sociales ironizó sobre el incidente, afirmando que O’Leary había recibido una «cálida bienvenida en Bruselas» y sugiriendo que los pasteles eran una forma de celebrar el apoyo de los pasajeros a la aerolínea y su petición.
Los pilotos de Ryanair en el aeropuerto belga de Charleroi han convocado la huelga exigiendo el cese del chantaje por parte de la empresa y el cumplimiento de la legislación belga. Además, solicitan el pago de los atrasos y la apertura de negociaciones sin condiciones previas, según informó el medio Daily Mail.
Este incidente es el último episodio en la lucha de Ryanair por proteger los sobrevuelos de la cancelación. En mayo, O’Leary entregó una petición firmada por más de 1,1 millones de pasajeros a la oficina de von der Leyen, instando a la Comisión Europea a proteger los sobrevuelos y garantizar que no se vean afectados negativamente durante las huelgas de controladores de tráfico aéreo.
Ryanair argumenta que se vio obligada a cancelar miles de sobrevuelos debido a la priorización de los vuelos nacionales y de corta distancia durante los tiempos de huelga de los controladores de tráfico aéreo. La aerolínea busca que se apliquen protecciones uniformes en todos los estados miembros de la Unión Europea.
El ataque en Bruselas es el último de una serie de incidentes protagonizados por activistas climáticos. Recientemente, activistas interrumpieron el tráfico en el Puente de Westminster en Londres para detener el desarrollo de un yacimiento petrolífero. Otro grupo de activistas cortó y desinfló los neumáticos de SUVs en Cornwall en protesta contra los vehículos de alto consumo de gasolina. Además, activistas de Greenpeace se subieron al tejado de la casa del Primer Ministro del Reino Unido en una protesta contra su apoyo a la expansión de la extracción de petróleo y gas en el Mar del Norte.
Estas acciones de los ecoactivistas continúan generando atención y debate en torno a las cuestiones ambientales y la política energética en todo el mundo.