Adultos mayores: dependientes de otros y de regreso al mercado laboral para subsistir

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La Investigación Envejecimiento Poblacional de Venezuela 2022 deja en claro que las condiciones de los adultos mayores en el país no son las deseadas. Pese a tener una pensión, esta es insuficiente para cubrir gastos de alimentación, 93% no tiene una póliza de salud y 38% se incorporó al mercado laboral nuevamente para mantenerse. Un número creciente de personas que se consideraban de clase media alta «también están necesitando apoyo», aclaró Luis Francisco Cabezas, director general de la AC Convite

Luisa Quintero – TalCual

Las condiciones para envejecer en Venezuela, pese a la «recuperación» económica proclamada por el gobernante Nicolás Maduro, no mejoran y distan de ser las deseadas. La AC Convite presentó el viernes 16 de septiembre la investigación «Envejecimiento Poblacional de Venezuela 2022», donde detallaron las precariedades de este sector de la población, que se volvió dependiente de otros y lentamente retorna al mercado laboral para subsistir debido a la incapacidad de cubrir sus necesidades básicas con pagos por pensiones o jubilaciones.

La encuesta, realizada a 3.058 personas en 19 estados del país, destacó que 67% de las personas mayores indicaron que perciben entre 10 y 50 dólares mensuales, aunque la mayoría estima que sus gastos superan los 100 dólares al mes, destinados principalmente a la alimentación.

En Venezuela la ley vigente establece que se considera un adulto mayor a toda persona «de edad igual o mayor a 60 años».

Apenas un 12% reportó percibir ingresos superiores a 100 dólares. ¿Cómo hacen entonces para cubrir otros gastos? 73% de los adultos mayores contestaron que reciben apoyo de sus familiares, ya sea por el envío de una mesada, remesas o un mercado.

«Venezuela sigue siendo el peor país del continente para envejecer y esto debe cambiar», aseguró Luis Francisco Cabezas, director general de Convite. Además destacó que hay un cambio importante respecto a otros años, y se debe al aumento del número de personas que tradicionalmente se ubicaron en el segmento de las clases media y media alta que «también están necesitando apoyo».

Y es que 91% de los encuestados dijeron que es costoso vivir y mantenerse económicamente en Venezuela, «y la mayoría respondió que no sabe por cuánto tiempo más podrá sobrellevar la situación», explicó Yanireth Fernández, coordinadora de investigación de la asociación.

Por ello, hay un número creciente de personas mayores que se incorporaron nuevamente al mercado laboral. Entre 2021 y 2022 un 38% volvió a trabajar, principalmente en el sector informal, para aumentar sus ingresos económicos. Esto representa un 10% más que el año pasado.

«68% de los encuestados percibe la protección social como deficiente. Es una estadística que debe tomar en cuenta el Estado venezolano para que las personas mayores sean incorporadas en sus agendas políticas, programáticas. No solamente son niños, niñas y adolescentes, mujeres e indígenas, sino también las personas mayores. La población está envejeciendo», indicó Fernández.

Otra cuestión son los adultos cuidadores. Si bien se mantuvo la cifra entre 2021 y 2022, aumentó el número de personas que ahora están al cuidado de niños, niñas y adolescentes (38%), principalmente debido a la migración de sus padres. 11% debe hacerse cargo de personas con algún tipo de discapacidad.

Adultos mayores, salud y alimentación
La disminución de los ingresos económicos sigue siendo un factor fundamental para que este sector de la población pueda cumplir con necesidades básicas importantes, como garantizar su salud o alimentación.

93% de los encuestados por Convite dijo que no posee una póliza de salud, por lo que deben acudir a hospitales públicos o Centros de Diagnóstico Integral (CDI) para solventar alguna emergencia médica o consultas. Si deben acudir al sector privado, buscan atención en ambulatorios o dispensarios semiprivados que ofrecen sus servicios a costos accesibles.

Además, hay un 21% que no tiene acceso a este tipo de servicios. 58% no va regularmente a sus controles médicos, pues solo acuden a los hospitales por emergencias o dolencias impostergables.

La hipertensión, insuficiencias venosas y las cardiopatías son las enfermedades más comunes entre las personas mayores. Según el estudio, 78% debe tomar algún tipo de medicamento, pero solo 8% puede comprarlo con facilidad.

«Ya no hay un tema de escasez, sino de asequibilidad. El precio va subiendo y no siempre alcanza para comprarlos todos», explicó Yanireth Fernández.

En cuanto a alimentación, 55% expresó que algunas veces han tenido que reducir sus porciones de comida para rendir los alimentos, una proporción mayor (13%) que el año pasado.

La inclusión de proteínas en el plato (carne, pollo o pescado) también disminuyó este año. Apenas 10,89% consume alguno de estos alimentos de forma diaria, mientras que 52,39% lo hace entre dos y tres veces por semana.

El pescado (57%) es lo que más extrañan comer los adultos mayores, seguido de la carne roja y las frutas.

Mientras que 77% de los adultos mayores dijeron que reciben la caja o bolsa de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), ya sea de forma mensual, bimestral o trimestral, pero les dura un promedio de 15 días y no tiene todo lo que necesitan.

Para Francelia Ruiz, el Estado venezolano debe diseñar con urgencia un plan nacional de envejecimiento que garantice los derechos y calidad de vida para este sector vulnerable. También solicitó que se ratifique la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Persona Mayores y que se adapte el ordenamiento jurídico interno en este sentido.