Ante la censura chavista, venezolanos apelan al “boca a boca”, las redes sociales y la radio para informarse

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Ante la férrea censura impuesta por el régimen de Nicolás Maduro y los pocos canales de comunicación independiente que sirvan de puente entre la colectividad y las autoridades gubernamentales, algunos ciudadanos ven en los periodistas y medios de comunicación alternativos como una ventana para denunciar y obtener respuestas por parte de las autoridades.

Yanitza Martínez // Corresponsalía lapatilla.com

Sin embargo, son pocas las posibilidades de que los periodistas puedan convertirse en mediadores, debido a que los entes gubernamentales no tienen canales abiertos que les permitan interactuar, recibir esas denuncias y finalmente resolver los problemas de la gente.

Esta es la percepción del comunicador social Andrés Cañizález, profesor y director de Medianálisis, entrevistado por lapatilla.com a propósito del Día del Periodista a celebrarse el próximo 27 de junio.

¿Cuál es el rol de los periodistas como mediadores en la solución de los problemas de las comunidades en un país donde el régimen, por incapacidad o intencionalidad, no resuelve los problemas de la gente?

-Yo creo que en una situación como la que vivimos en Venezuela, los periodistas tienen pocas posibilidades de ser mediadores, porque no hay capacidad de mediar con autoridades que no te quieren escuchar o sencillamente no les importa lo que ocurre en las comunidades. Entonces, un rol eventual de mediador podría funcionar donde las autoridades tengan canales abiertos para interactuar, recibir denuncias y demandas. Eso yo no lo veo hoy en Venezuela. La gente tiene problemas, obviamente son muchos en las comunidades, y los periodistas hacen su tarea informando sobre lo que ocurre, pero no veo ese escenario o esa posibilidad de que puedan tener un rol de mediación.

El comunicador social Andrés Cañizález, profesor y director de Medianálisis

¿Qué riesgos implica para un periodista desnudar situaciones que desagradan al régimen?

-Esto lo venimos viendo en muchas partes. Venezuela no tiene algo como lo que ocurre en México, donde asesinan a los periodistas. Acá no hay numerosos periodistas presos, pero creo que hay una carga importante en lo que es la amenaza, y eso probablemente para quienes estamos en Venezuela y conocemos cómo está el sistema carcelario, ya es una amenaza seria.

Es decir, que en Venezuela te amenacen con proceso penal y que eso pueda derivar en un encarcelamiento, eso termina siendo una amenaza seria. ¿Se cumpla o no se cumpla? Creo que allí estamos, en esos riesgos a los que nos enfrentamos en el país.

¿Maneja alguna cifra sobre el porcentaje de ciudadanos que prefieren acudir a los medios de comunicación para denunciar algún problema, antes que denunciar en los organismos estatales?

-No tengo cifra sobre los ciudadanos que prefieran acudir a los medios. Yo creo que, en general, la gente tiene mucho escepticismo de recurrir a las instituciones. Creo que se les hace más fácil poner una denuncia en un medio, que una denuncia en una institución pública. Esa es mi percepción, no tengo números que hablen sobre eso.

¿Cómo están haciendo los periodistas venezolanos para evadir la censura y cumplir su función de informar?

-Hacen muchas cosas, es decir, apelan a las redes sociales, apelan a un uso del lenguaje que permita informar sin que sean censurados. Creo que se están dando dinámicas en las cuales los periodistas que trabajan desde Venezuela, entienden cuáles son los callos que no tienen que pisar si quieren seguir en Venezuela y si quieren seguir informando. Todo eso se está dando en situaciones muy dinámicas.

Hay una cosa escrita o predeterminada, y yo creo que el ejercicio del periodismo en un país como Venezuela, hace que los periodistas que trabajan desde Venezuela vayan adquiriendo una suerte de radar o un sensor, algo que les permite ir detectando cuáles son los temas álgidos, esos que tienen que tratar con pinzas, cuáles son temas donde pueden hablar a sus anchas, y eso ocurre de manera, creo yo, espontánea.

También hay, obviamente, en el caso de los medios radioeléctricos, órdenes de Conatel de que no se toquen ciertos temas, pero en general la percepción que yo tengo es que la gente que ejerce el periodismo dentro de Venezuela, va adquiriendo como una capacidad de saber por dónde no se puede meter y por dónde sí se puede meter.

El comunicador social Andrés Cañizález, profesor y director de Medianálisis

¿Qué opinas sobre la autocensura de medios y periodistas en el contexto de un régimen autoritario?

-La autocensura existe en todos lados, o sea, parte de lo que te estaba diciendo en la respuesta anterior, podría entenderse como autocensura, pero creo que hay una tensión permanente entre “digo todo lo que sé” y eso implica que cierren el medio o me obliguen a salir del país; u opto por mantenerme en el país, dosifico lo que sé, y es una tensión no fácil de resolver. Eso va a depender mucho de la historia de cada periodista, pero obviamente en un régimen autoritario todos los días quienes informan, se levantan, miran lo que es noticia y dicen, “bueno, ¿de qué voy a informar?”

Yo creo que cada persona y cada medio hace una suerte de transacción sobre qué puede informar, cuáles son las fuentes con las que cuenta para informar y cuáles son los temas que, aun sabiendo que ocurren, no tiene manera de poder tratarlos periodísticamente, porque no hay una fuente que se lo diga. Y el periodismo no inventa cosas o no es una opinión, sino que sencillamente va contando historias, va contando versiones de lo que ocurre y para eso necesita que existan fuentes, que exista otra persona dispuesta a informar.

¿Cuál cree que puede ser el factor determinante para que las autoridades actúen con mayor celeridad ante una denuncia visibilizada a través de los medios de comunicación?

– No estoy tan seguro de que el Gobierno actúe con mayor celeridad ante una denuncia visibilizada a través de los medios. Claro, tenemos un caso excepcional o distinto, que es el fiscal, pero no está pendiente lo que dicen los medios. Solo está pendiente de lo que es tendencia en las redes sociales, que es otra cosa. Aquí creo que sí ocurre algo, pero en el caso del fiscal muy claramente, ese señor está como atento a lo que se dice en las redes sociales y los temas, digamos, que son tendencia para tomar esos casos emblemáticos, por decirlo de alguna manera, y que el Ministerio Público actúe.

¿Qué información maneja sobre la forma cómo la gente se está enterando de las noticias cuando existe en el país una férrea censura por parte del régimen?

-Yo creo que, en general, la forma cómo la gente se está enterando de las noticias varía mucho, pues me atrevo a decir que hasta el boca a boca es una manera, las redes sociales, la radio local tiene un peso importante. Lo que sí es claro, según estudios que uno ve de investigaciones, es que la gente no se informa por la televisión, por ejemplo, o el periódico que desapareció como un referente para informarse. Creo que la gente va apelando a lo que tiene a su alcance. Quienes tienen acceso al internet, ven redes sociales, y también se pueden desinformar por allí.

Hace unos días, en Barquisimeto estaba reunido con un grupo de muchachos, estudiantes en la UCLA, unos cincuenta estudiantes. Para mi sorpresa, más o menos la mitad escuchaba programas de radio, y cuando les consulté sobre cómo se producía eso, muchos escuchaban programas de radio, porque sus abuelos, sus tíos, o sea, algún adulto, escuchaba radio para informarse y entonces ellos también se informan a través de la radio.