Brasil, Argentina y Guyana rumbo a convertirse en los grandes protagonistas energéticos de la década dejando atrás a Venezuela

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En las profundas aguas azules de la costa de Guyana, barcos gigantescos extraen petróleo de yacimientos situados a tres kilómetros de profundidad. Estas máquinas están transformando la suerte de uno de los países más pequeños y pobres de Sudamérica.

The Economist | Infobae

En 2015, ExxonMobil, gigante petrolero estadounidense, descubrió la primera de las reservas probadas de crudo, que actualmente ascienden a unos 11.000 millones de barriles, es decir, alrededor del 0,6% del total mundial. La producción comenzó hace tres años y se está acelerando. En 2028 podría alcanzar los 1,2 millones de barriles diarios, lo que convertiría a Guyana en uno de los 20 mayores productores de petróleo del mundo. Es una bonanza asombrosa para un país de sólo 800.000 habitantes. A los políticos extranjeros ya no les cuesta encontrarlo en el mapa. El 6 de julio visitó el país Antony Blinken, Secretario de Estado estadounidense.

Las ganancias inesperadas de Guyana están reactivando la producción petrolera latinoamericana. Según un reciente informe de la Agencia Internacional de la Energía, la producción mundial aumentará en 5,8 millones de barriles diarios de aquí a 2028. Alrededor de una cuarta parte de la oferta adicional procederá de América Latina, dando la vuelta a una década de descenso de la producción en la región. Dentro de ella, Argentina, Brasil y Guyana crecerán y el resto disminuirá.

A escala mundial, la demanda de petróleo alcanzará su punto máximo en las próximas décadas, a medida que despeguen las alternativas energéticas más limpias. Aunque el petróleo seguirá siendo necesario a lo largo de la transición energética, tendrá que producirse a bajo coste y con bajas emisiones de carbono para seguir siendo competitivo. Es probable que Brasil y Guyana se beneficien más que la mayoría de los exportadores. En Guyana, ExxonMobil y sus socios no están perdiendo el tiempo para llevarlo al mercado. “El objetivo del gobierno -y también el nuestro- es acelerar el desarrollo de los recursos lo antes posible”, afirma Meghan Macdonald, portavoz de la empresa. En parte también se trata de maximizar los beneficios mientras los precios del petróleo sean altos.

En cambio, la transición energética será dura para otras partes de América Latina. Muchas empresas petroleras estatales son ineficaces y producen barriles sucios. Lugares como Ecuador y Venezuela están lamentablemente mal preparados. El presidente de México está malgastando miles de millones en mimar a la incompetente empresa petrolera estatal. La negativa de estos países a adaptarse podría tener consecuencias económicas nefastas. La nueva geografía del petróleo en la región encierra lecciones para el mundo.