Caraqueños acompañaron la tradición del viacrucis en Petare

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Más de 2.000 personas se reunieron en Petare el viernes pasado para presenciar la tradicional representación del viacrucis que se lleva a cabo cada año en las empinadas calles de este barrio. Desde hace 38 años, jóvenes y líderes religiosos organizan este evento para conmemorar la pasión de Cristo.

Los actores, en su mayoría jóvenes residentes de la comunidad, representaron los últimos momentos de Cristo tal como se narran en la Biblia. La actuación conmovió a cientos de espectadores que presenciaron el evento.

Para poder llevar a cabo esta representación, los actores tuvieron que recaudar fondos durante el último año vendiendo rosarios, velas y organizando rifas. Los recursos obtenidos se utilizaron para el vestuario, la escenografía y el sonido.

El padre Alexis Montesino, encargado de la Pastoral Juvenil, explicó que un total de 70 jóvenes participaron en la representación, tanto en roles principales como secundarios. Además, el padre destacó la colaboración de los fieles que ayudaron con la alimentación, la hidratación y otros aspectos técnicos del evento.

Petare vivió de nuevo la representación del viacrucis

La tradición del viacrucis en Petare comenzó hace 38 años con un pequeño grupo de personas del barrio. A lo largo de los años, ha habido una evolución logística, artística y espiritual en esta representación.

Gracias a la colaboración de muchas personas, el evento ha mejorado en términos de música, representación y escenografía. Incluso, ha logrado atraer la atención de caraqueños de otros sectores de la ciudad y de personas de otros países que lo han visto a través de Internet.

Mayra Rivero, una residente de 48 años de Petare, describió el acto como «bellísimo». Por su parte, Miguel Bermúdez, un católico practicante de 50 años, expresó que este tipo de representaciones ayudan a recuperar tradiciones y a hacer «cosas mejores».

El viacrucis de Petare sigue siendo una tradición arraigada que cada año reúne a miles de personas para conmemorar la pasión de Cristo de una manera emotiva y significativa.