Caso Sauna | Dueño del spa rompe el silencio y exige investigación contra periodista que difundió las fotos y expuso la identidad de usuarios  

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«Ellos van a salir, pero tú vas detenido»: habla dueño del spa del caso de «Los 33»
Su identidad dejó de ser anónima el domingo 23 de julio, pero su testimonio apenas se conoce hoy. Guillermo Luis Cifuentes es el único dueño del spa Avalon Man Club y aquí cuenta su versión de cómo transcurrieron los hechos durante la detención de los 33 hombres en Valencia.

Guillermo Felipe Luis Cifuentes fue uno de los últimos hombres excarcelados por el caso de los 33 detenidos en el spa LGBTIQ+ de Valencia, estado Carabobo. Su nombre es clave en la investigación: es el propietario del Avalon Man Club.

Su libertad condicional y la de dos empleados finalmente se dio el miércoles 2 de agosto, seis días después de que la jueza Marialba Villarreal declarara que debían presentar fiadores para irse a casa. Sin embargo, los delitos imputados a los 33 se mantienen: agavillamiento, ultraje al pudor y contaminación sónica.

Si bien abogados de los imputados y otros externos al caso han explicado que no había base jurídica para adjudicarles esos delitos, las dudas y comentarios discriminatorios sobre el caso de «Los 33» se mantienen.

De manera directa, incluso de parte de las autoridades, el negocio de Guillermo Luis Cifuentes se ha criminalizado: «Es ilegal. No hay pudor. Había puros hombres». Pero ahora, desde un lugar más seguro, su hogar, cuenta a El Estímulo lo que vivió durante y después de su detención y la de sus clientes.

«Esto no comenzó el 23 de julio»
Para quien que conoce el caso de «Los 33», todo inició el domingo 23 de julio, pero Guillermo Luis Cifuentes asegura que la situación tiene relación con un hecho que ocurrió dos días antes, con una llamada que recibió el viernes 21 de julio y que recordó luego de la imputación de los cargos.

«La historia no empieza el día 23, sino el día viernes 21 de julio. A las tres de la tarde, recibo una llamada de una persona anónima, que me dice que localizó mi número por Twitter, cosa que no es verdad porque yo no lo he publicado, y me pregunta sobre el spa. Le doy las orientaciones normales, que es un spa para personas gay, que consta de vapor, cuarto de video, cuarto de masajes, solarium y área de patio. Él me hace otra pregunta (…), algo muy puntual, y es que si nosotros podíamos organizar orgías adentro. Yo le digo que no, que ese no es el fin del local. Este es un lugar de recreación», dice Guillermo, que tiene 34 años de edad.

«Él me hace otra pregunta (…), algo muy puntual, y es que si nosotros podíamos organizar orgías adentro. Yo le digo que no, que ese no es el fin del local. Este es un lugar de recreación«

Guillermo Felipe Luis Cifuentes
Guillermo colgó la llamada y pasaron los días. El domingo 23 de julio, el recepcionista del Avalon Man Club, que también es su pareja, le avisó que debía llevar la documentación del local por una presunta requisa policial.

«Llego allá grabando porque no sabía quiénes eran, ni que hacían allí. Lo primero que me dicen es que por qué yo estoy grabando y les digo que es porque yo estoy en mi pleno derecho de grabar. Si ustedes no están haciendo nada malo, no hay problema. Se borra el video y no ha pasado nada. Eran casi 10 oficiales que estaban allí», recuerda.

A Guillermo Luis Cifuentes los funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) le indicaron que la requisa se debía a una denuncia por «obstrucción a la vía pública«.

«Me parece raro porque esta vía, de lunes a viernes, siempre tiene carros parados a los laterales debido a los comercios que están adyacentes al local», les explicó el propietario del Avalon Man Club.


«No hubo orgía ni fiesta»: familiar cuenta lo que pasó con los 33 detenidos en Carabobo
Mientras conversaba, otros policías sacaron a clientes del local para solicitar sus cédulas. Luis Cifuentes les preguntó si tenían una orden, ya que se trataba de un negocio privado: «Ellos dijeron que no era necesario porque esto es un lugar público. Les digo que la ley exige entregar una orden de registro y responden: ‘¿Tú eres abogado o qué carrizo? Porque yo sí soy abogado y no hay que tener una orden para entrar’».

El propietario cuenta que una vez los policías salieron del local, cerró la puerta y pidió a los clientes que no dejaran pasar a nadie más. «Ahí empiezo a confrontar con uno de los oficiales y me dice: ‘No, pero es que conseguimos droga dentro del local’. Me sacaron un pote de popper y les digo que no voy a dejar entrar a nadie más porque no sabía si me sembraron ese envase».

Ante la situación, los funcionarios de la PNB deciden que los 33 hombres deben ir hasta la comandancia de Los Guayos con el objetivo de evaluar si alguno tenía registros por SIPOL: «Dijeron que los clientes serían testigos de lo que estaba sucediendo. Nos llevaron engañados».

«Ahí empiezo a confrontar con uno de los oficiales y me dice: ‘No, pero es que conseguimos droga dentro del local’. Me sacaron un pote de popper y les digo que no voy a dejar entrar a nadie más porque no sabía si me sembraron ese envase»

Guillermo Felipe Luis Cifuentes
«No sabemos qué pasó»
Guillermo Luis Cifuentes dice que al llegar a la comandancia de los Guayos les retiraron sus celulares: «Nos dijeron que debíamos dejarlos desbloqueados y comenzó el fichaje«. Les hicieron unas primeras fotos, luego otras más, que fueron las que se filtraron.

«Estando ahí empieza todo este desastre mediático contra nosotros, violando nuestros derechos y las mismas leyes que ellos tienen que seguir», dice.

«Se filtran las fotos y ellos comienzan a decir que el fiscal pidió unas nuevas, que las tomaran en grupo y después sin grupo. A la 1:00 am nos dicen que estamos detenidos y que nos permiten realizar una llamada para informar a nuestros familiares dónde estábamos».

Después se enteraron de lo que pasó en redes sociales: «Ellos dijeron: ‘Nosotros no tenemos la culpa de nada. La fiscalía nos pidió las fotos de esa manera. No sabemos qué pasó’».

La protesta y el expediente
«Si ustedes no calman a esa gente, esto se va a complicar. Lo que hacen sus familiares los están afectando cada vez más», les dijeron a los 33 detenidos el día de la primera audiencia en el Palacio de Justicia del estado Carabobo.

Uno de los que salió a pedir calma fue Guillermo, quien informó a los familiares que estaban bien: «No queríamos que las cosas se salieran de control porque sabemos muy bien que aquí los organismos son los que tienen el poder. Teníamos miedo de que algunos de ellos se molestara y fuera peor para nosotros».

Además dice: «Los funcionarios nos prestaron apoyo con uno de los compañeros que no tenía medicamentos y sufre de problemas de tensión. Lo llevaron para un CDI y le pagaron los medicamentos. Siempre nos trataron normal, sin ningún tipo de abuso. Nos privaron de libertad, pero estuvimos resguardados y al final había tranquilidad porque estábamos por salir por cuestiones de fiadores».

Algo que Guillermo resalta es que si bien le informaron que la requisa a su local era por «obstrucción a la vía pública», cuando escuchó la lectura del expediente en la audiencia todo cambió: «Ahora decía que la denuncia venía por contaminación sónica. También quitaron lo de la orgía que supuestamente se estaba realizando en el lugar, algo que dijo un periodista llamado Humberto Ambrosino».

Además resalta que antes y durante la primera audiencia, que se hizo el 25 de julio y fue suspendida casi a medianoche, algunos funcionarios le repetían: «Ellos van a salir, pero tú vas detenido completamente». Cuando cuestionó la razón, nunca le respondieron.

El Estimulo