A esta hora hay luto en el Barrio de Salamanca, en los lujosos centros residenciales, bares, cafés, tascas o restaurantes de Madrid, Miami o Bogotá. A esta hora, las pavosas y pavorosas lágrimas de don Leopoldo López y don Juan Guaidó inundan las alfombras rojas de Washington, de la OEA, del cadavérico grupito de Lima. ¡Son tantos los gallos triturados por la respuesta heroica de nuestro pueblo, ayer, con la gesta del 21 DE NOVIEMBRE!
¡ÚLTIMA HORA!: Capriles y Ramos Allup acaban de declarar solemnemente al unísono: «Esta boca no es mía». Lo han hecho después de haber dicho que sí había las condiciones para ir a votar y que debía confiarse en el proceso electoral bajo la dirección del CNE presidido por Calzadilla. Capriles se está pensando qué argumentos esgrimir, aterrado ante la aplastante derrota de la oposición, y Ramos Allup sopesa el silencio, y entre los suyos proclama que echará tierrita y no jugará más. Se espera que en las próximas horas, todos estos grandes derrotados digan que no hubo condiciones para ir a votar y que en varios lugares se practicó fraude. Henry Falcón por su parte se declara en FASE PROVERBIAL, es decir: ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario.
Pensaban, que a fuerza de hambre y de presiones nos doblegarían. Creían que nuestro pueblo con la aplastante guerra de los poderosos medios, día tras día, minuto a minuto, nos obligarían a cambiar de rumbo. Aún subsiste ese sublime milagro que los aturde a ellos pero que ya para nosotros es natural: el haber podido sobrevivir enfrentando a los monstruosos imperios gringos, a Inglaterra y a la Unión Europea.
No nos doblaron el brazo, como pretendía Obama, y se ha consumado la más grande derrota a Estados Unidos y a los 56 países canallas que apoyan a Guaidó. Ha sido, pues, demostrarle una vez al mundo que en Venezuela decidimos nuestro destino, que somos soberanos y que aceptamos injerencia de nadie.
Pero ojo, los gringos, Inglaterra y la Unión Europea se aferrarán al único clavo caliente que les queda: LA SUPUESTA «ABSTENCIÓN». TOMANDO EN CUENTA, que en cualquier parte del mundo, una participación del 42 por ciento, en este tipo de elecciones en sus PROPIOS países, nunca se logra.
No valieron sus guarimbas, sus quemas de negros o chavistas, aquella su maldita guerra económica; los asedios ni los bloqueos, ni las amenazas terroristas del narco-paraco de Iván Duque, ni el secuestro de Alex Saab, ni el robo de la gasolina en alta mar cuando la adquiríamos de otras naciones; ni el robo de CITGO y Monómeros, ni la trácala para quedarse con el oro nuestro en Inglaterra, ni el negocio para tratar de apropiarse del Esequibo…
Contra el hegemonismo imperial les aplicamos HEGEMÓNICA PALIZA DEL PUEBLO. A llorar al valle los eternos aguafiestas, los eternos anunciadores de la derrota de la patria, los mamelucos del resentimiento social, los que huyeron y vinieron a recoger los miasmas de sus desastres. Los que apostaron desde 1998, que Chávez sería una desgracia para el país porque prometía un camino de liberación, de lucha permanente por la segunda independencia de nuestro territorio, de resistencia y de VICTORIA.
La oposición que se la pasa pidiendo alternabilidad, resulta, que en los tres ESTADOS en los que ganaron, Cojedes, Zulia y Nueva Esparta, se impusieron los bueyes más cansados del más aletargado adecaje. Nada de «nuevas generaciones» ni nada que se le parezca. Los carcamanes al poder su consigna, como nos recuerda en un twitter Alberto Aranguibel.
Hemos recuperado Mérida y Táchira, sectores muy utilizados por el narco-gobierno colombiano para tratar de desestabilizar el país. Queda ahora pendiente ese filón del Zulia bajo la dirección ahora del gran delincuente de Manuel Rosales.
Por: José Sant Roz
Fuente: Aporrea