Venezuela ha perdido oficialmente todos sus glaciares. El último glaciar del país, ubicado en la Sierra Nevada de Mérida en los Andes, se ha derretido tanto que los científicos lo han reclasificado como un campo de hielo. Conocido como el glaciar Humboldt o La Corona, en su apogeo abarcaba 4,5 kilómetros cuadrados, pero ahora apenas cubre menos de 0,02 kilómetros cuadrados. Este hecho es un claro ejemplo de los devastadores efectos del calentamiento global.
La noticia ha sido ampliamente difundida por medios de comunicación internacionales, quienes han señalado que Venezuela es el primer país en la historia moderna en perder todos sus glaciares. En 1910, el país llegó a tener seis glaciares que cubrían mil kilómetros cuadrados. Sin embargo, debido al calentamiento global y a fenómenos naturales extremos asociados al cambio climático, todos han desaparecido.
El científico Maximiliano Herrera ha advertido que otros países podrían seguir el mismo camino. Indonesia, México y Eslovenia son los próximos en la lista, ya que también están experimentando un rápido derretimiento de sus glaciares debido al cambio climático.
A pesar de los esfuerzos realizados para salvar el glaciar Humboldt, como cubrirlo con una manta especial para protegerlo del derretimiento, estas medidas no han funcionado. Además, han recibido críticas por los posibles daños al medioambiente que podrían causar.
Liliana Buitrago, ecofeminista e investigadora del Observatorio de Ecología Política, ha detallado que el cambio climático y la acción humana han acelerado el deshielo de los glaciares tropicales en Venezuela. En el caso del glaciar Humboldt, para mediados de marzo ya había perdido el 99% de su capa de hielo, lo que lo excluye de la categoría de glaciar. Este acontecimiento es un duro golpe para la biodiversidad del país, ya que Venezuela se queda sin glaciares en los Andes.
La desaparición de los glaciares venezolanos es un recordatorio desgarrador de los efectos del cambio climático y la urgencia de tomar medidas para frenar el calentamiento global. Es responsabilidad de todos trabajar juntos para proteger nuestro planeta y preservar su diversidad natural para las generaciones futuras.