Cómo funciona la primera planta en Islandia que captura CO2 y lo transforma en roca

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En lo alto de una formación de lava volcánica solidificada hace miles de años, en las afueras de Reikiavik, la capital de Islandia, se pueden avistar varios grandes ventiladores que se asemejan a aires acondicionados, del tamaño de contenedores de carga, rodeando un edificio.

Esta peculiar escena, que añade un toque extraterrestre al paisaje, es única no solo por su apariencia, sino por su función: es el primer sistema viable en el mundo para extraer CO2 del ambiente y depositarlo debajo de la tierra.

El proyecto fue desarrollado por la compañía suiza Climeworks con la idea de abordar el desafío de las emisiones de carbono y es el primero de su tipo en funcionamiento en la actualidad.

La reportera de la BBC, Adrienne Murray, visitó las instalaciones de la planta conocida como Orca, en Hellisheiði, Islandia, que actualmente retira 4.000 toneladas de CO2 al año, equivalente a las emisiones de 900 autos de gasolina.

Los ventiladores, que podrían confundirse con aires acondicionados, en realidad son una serie de grandes ventiladores colocados en una estructura vertical que toman el aire del ambiente y capturan el CO2 a través de filtros.

Este proceso aparentemente simple podría ser una herramienta crucial en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, según Bryndis Nielsen, representante de Climeworks, la retirada de CO2 del aire no busca reemplazar las medidas de reducción de emisiones.

«Necesitamos tener un papel activo en limpiar todo el desastre que hemos venido dejando desde que empezó la revolución industrial», explica Nielsen, «pero no estamos aquí para reemplazar la reducción de emisiones».

Aunque esta tecnología es prometedora, la capacidad de una sola planta como Orca es limitada y no puede abordar completamente los riesgos del cambio climático.