Han pasado cinco años desde que se descubrió por primera vez la presencia del Tren de Aragua en Bogotá. Desde entonces, se ha desatado una feroz batalla entre esta organización delictiva y las bandas locales por el control de las actividades criminales en la capital colombiana. Los intensos operativos de la Policía Metropolitana han contribuido a reconfigurar el panorama del crimen en la ciudad.
Alias Niño Guerrero, Osmer y Brayan conforman el triángulo criminal que dirige las operaciones del hampa en la capital. Aunque su actividad delictiva es evidente en cada caso de homicidio en el suroccidente de la ciudad, la realidad es que los tres operan desde la oscuridad de la cárcel. Niño Guerrero se encuentra en el estado de Aragua, Venezuela, Osmer (Giovany) está en La Picota, en Bogotá, y Brayan se encuentra en El Bosque, en Barranquilla, según informa El Tiempo de Colombia.
Aunque se ha afirmado en repetidas ocasiones que el Tren de Aragua original ya no está presente en Bogotá, lo cierto es que sí controlan el mercado de drogas, la prostitución, el licor adulterado, los sicariatos y las extorsiones en cinco localidades específicas: Kennedy, Bosa, Los Mártires, Santa Fe y La Candelaria.
Incluso, la alcaldesa Claudia López señaló a mediados de 2022 que existían pruebas suficientes para demostrar que el alias Niño Guerrero, líder máximo del Tren de Aragua, estaba controlando el negocio en Bogotá desde una cárcel en Tocorón, Venezuela.
A pesar de la alerta de la mandataria y el pedido de ayuda al gobierno venezolano y al entonces embajador Armando Benedetti, el llamado de urgencia no fue escuchado e incluso generó rechazo por parte del gobierno venezolano.
Un oficial de inteligencia de la Policía Metropolitana mostró a este medio de comunicación audios clave que permitieron determinar la jerarquía de esta estructura criminal, a la cual se le atribuyen al menos 70 violentos homicidios este año como parte de ajustes de cuentas, la mayoría de ellos conocidos como «embolsados». El caso de la casa de pique en Chapinero fue el punto de partida para revelar toda la estructura criminal.
Las tres fases de la operación San Martín de la Policía Metropolitana contra el Tren de Aragua revelaron un audio clave en el que se confiesa el asesinato de cuatro personas que fueron torturadas, desmembradas y empacadas en 22 bolsas negras dentro de un bar en Chapinero, para luego ser abandonadas en las calles de Suba y Engativá. Esto fue fundamental para comprender cómo opera el Tren de Aragua en Bogotá.
«Hubo cuatro. A dos los dejaron en Engativá, donde aparecieron las cabezas. ¿Y a los otros dónde los dejaron?», preguntó Brayan a uno de los asesinos, después de decirle que debía hablar con «Causa Mata Vieja», quien era el que daba las órdenes. Se referían a Niño Guerrero, quien no había autorizado ese múltiple homicidio y que, desde Venezuela, buscaba explicaciones sobre lo sucedido. Brayan, el hombre de confianza del criminal en Colombia, fue el encargado de obtener información de los supuestos asesinos.
Las intervenciones de inteligencia de la Policía permitieron aclarar el panorama y comprender que, detrás de todos los homicidios y la guerra entre bandas liderada por el Tren de Aragua en Bogotá, había dos hombres clave que extendieron los tentáculos de Niño Guerrero en la ciudad: alias Giovanny y alias Brayan la 38.
«¿Por qué los desmembraron y los metieron en bolsas si saben que nos van a culpar a nosotros? Cuando me preguntaron, dije que no teníamos nada que ver porque no tengo gente en Bosa ni en Suba, y mucho menos pensé que fueran ustedes», reclamó Brayan a un hombre llamado Eduard, según la interceptación de inteligencia.
Pero la interceptación de inteligencia no solo reveló la estructura principal que operaba desde Venezuela y el terror que infunden a sus sicarios mediante hombres como Giovanny y Brayan, sino que también reveló el nivel de crueldad de los asesinatos y la forma en que ocultan los cuerpos.
«No es un secreto para nadie que el Tren de Aragua está presente en el sur, ¿me entiendes? Que se comuniquen directamente con Causa Mata Vieja porque Giovanny va a dar el salto y nos van a echar la culpa a nosotros, a los de la 38, Bella Vista y Bosa», se escucha a Brayan decir en una llamada telefónica.
El Tren de Aragua, bajo el mando de Niño Guerrero, también cometió errores mientras trataba de marcar los límites de su territorio criminal en Bogotá. Para ello, idearon un sistema que les permitía encubrir los homicidios que llevaban a cabo: un teniente del CAI Caldas, que fue arrestado por la institución en una operación de contrainteligencia, un automóvil robado e incluso una estrategia para influir en las noticias fueron elementos clave que llevaron a la Policía a asestar un golpe contundente en noviembre de 2022.
En la conversación filtrada, se escucha cómo «Eduard» le cuenta a Brayan cómo ocultaron los cuerpos y cómo utilizaron un automóvil robado por el que pagaron cinco millones de pesos, al cual le pusieron una placa de otro vehículo estacionado en la calle para transportar las bolsas con las extremidades de las víctimas. «El carro es robado y le ponemos la placa de otro que está en la calle, así pasamos desapercibidos. Nos costó cinco millones».
Pero había una pieza clave en la operación del Tren de Aragua: un teniente que militaba en ese bando y que, según el audio, se encargaba de desviar información para culpar a terceros y presentar los homicidios como resultado de disputas entre otras bandas criminales.
«Donde me hubieras dicho, le digo al teniente que le pase un billete y le envío un video para que culpe a alguien allá, a la gente de los barrios de Suba, que son los que se están matando», se escucha decir a «Eduard».
Finalmente, la operación San Martín también permitió confirmar la responsabilidad de estos hombres en otros homicidios ocurridos en Kennedy, ya que en una llamada interceptada, los hombres confesaron que se trataba no de cuatro cuerpos, sino de nueve, haciendo referencia a otros «muertos que habían dejado en Kennedy».
«Le van a atribuir eso al Tren porque ya contaron todos los cuerpos de Kennedy y suman nueve con los de Suba. Acabo de ver las noticias y dicen que ya aparecieron todos», comentaron.
Se han necesitado tres fases operativas del proyecto San Martín de la Policía Metropolitana y más de un año y medio de investigaciones para desmantelar al Tren de Aragua en Bogotá, lo que ha llevado a la captura de 128 miembros de esta organización criminal. Sin embargo, según el investigador de inteligencia, la expansión del Tren en la ciudad también ha sido consecuencia de otras operaciones exitosas, como la captura de alias Camilo y Pescadito, quienes dominaban el sector de Patio Bonito, y los golpes contra los Maracuchos, otro reducto de la banda venezolana. «Era algo inevitable. No podíamos dejar de golpear por temor a una reorganización».
Otra línea de investigación que preocupa a las autoridades es la relación entre el Tren de Aragua de Colombia y otra organización conocida como los Lobos, que opera en Perú y Ecuador y cuya presencia se ha escuchado recientemente en Bogotá. Las primeras hipótesis apuntan a que se trata de otra célula transnacional en proceso de organización.
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