Usaba el trébol para convencer a los paganos y evangelizar a todos los irlandeses. Los orígenes de los festejos con cerveza y la llegada de los desfiles a Nueva York. Además, cómo se celebra en Buenos Aires
Por Gerardo Di Fazio / Infobae
Cada 17 de marzo se festeja a San Patricio, el santo patrono de Irlanda. Originalmente se celebraba con servicios religiosos y festines, pero a partir de los años 1700s se fue convirtiendo en una celebración secular sobre la cultura irlandesa. Ciudades con grandes comunidades de inmigrantes irlandeses fueron las primeras en hacer desfiles y quienes convirtieron el mito en un evento de reconocimiento internacional.
La ciudad de Boston celebró su primer desfile en 1737 y Nueva York lo haría 25 años después. Actualmente es un día que se conmemora a nivel nacional en los Estados Unidos, aunque en otras partes del mundo donde hay comunidades irlandesas es común que también se hagan pequeños desfiles o celebraciones.
En las ciudades argentinas el festejo tiene unos 20 años y surgió en los primeros pubs irlandeses ubicados en el bajo porteño. Luego con el auge de las cervecerías artesanales se extendió a otros barrios de la ciudad. Al igual que otras localidades y capitales de provincia. En todos los casos predomina el color verde y el trébol como emblema del santo.
Los dos Patricios
La historia de Patricio la cuenta el académico irlandés T.F. O’Rahilly. Este historiador propuso la “teoría de los dos Patricios” en la que sugiere que muchas de las tradiciones más tarde vinculadas a San Patricio en realidad se referían a un tal Paladio que fue enviado por el papa Celestino I como primer obispo de los cristianos irlandeses en 430 y trabajo en esa región hasta el 441, fecha en la cual murió sin poder completar su trabajo de evangelización.
El otro patricio es un tal Padraig, que en latín sería traducido como Patricius. Con el paso de los siglos se fusionaron las dos biografías en una.
Padraig habría nacido alrededor del año 389 y murió en el 461. Era de origen romano-bretón. Su padre Calpurnio era diácono y oficial del ejército romano; su madre Conchessa era sobrina de san Martín de Tours. Su abuelo había sido sacerdote: en aquellos tiempos no se había impuesto aún la ley del celibato sacerdotal en todo occidente. Su vida se relatará en una Confesión (Confessio).
Padraig nació en Bannaven de Taberniae. Especialistas sugieren que podría estar en Dumbarton o en Ravenglass, en Gran Bretaña o en una región de Bretaña o Escocia. Algunos escritores relatan que fue capturado a los 16 años junto con dos mujeres, Darerca y Lupida, que eran sus hermanas, pero aparentemente, esta hermandad era porque eran cristianas, no parientes de sangre.
Fue llevado a Silva Flocuti, es decir, el ‘bosque de Flocut’, situado cerca del “mar occidental” y trabajo como pastor para Miliue de Antrim (también conocido como Miliuc), quien lo mandó a ocuparse del rebaño en el cercano Valle de Braid, por espacio de 6 años.
El escritor Thomas Cahill describe su condición: “La vida de un pastor esclavo era una vida infeliz. Arrancado de la civilización, Patricio (ya había cambiado su nombre a la traducción latina) tenía como su único protector a un hombre que no valoraba mucho su propia vida y mucho menos la de otros. El trabajo de estos pastores era amargamente solitario, pasaban meses solos en las colinas, los contactos ocasionales que pudieran tener les acarreaban más dificultades…. Como muchos otros en circunstancias intolerables, empezó a rezar. Nunca había puesto atención a las enseñanzas de su religión, él nunca había creído en Dios, y encontraba a los sacerdotes ridículos, pero ahora, no había nadie a quien recurrir excepto el Dios de sus padres”.
Allí aprendió a hablar irlandés. Decidió escapar y caminó varios días hasta un posible puerto situado entre Bantry y Wexford, donde encontró un barco cuyo capitán, luego de admitirlo y tras tres días de navegación, llegó a su destino, que sería Isla Saint-Honorat. Ahí fue bautizado y comenzó su camino al sacerdocio. Después se radicó en Auxerre durante quince años más donde conoció al obispo San Germán de Auxerre.
Patricio rumbo a Irlanda
Patricio viajó a Roma y el Papa Celestino I, alrededor del año 423, lo envió a Irlanda para predicar la palabra de Dios. Entonces, fue ordenado como segundo Obispo de Irlanda y partió hacia esas tierras a concluir el trabajo de Paladio (el primer Patricio). C
En el momento que desembarcó (probablemente en Wicklow) la gente fue tan hostil que de inmediato se fue al norte. Patricio hablaba irlandés y conocía sus creencias debido a los años que estuvo en cautiverio. Así pudo hacer su trabajo de evangelización.
El obispo irlandés conocía bien que en esa región se creía en diosas ancestrales las cuales eran: Eriu, Fodla y Banba. Eran las tres facetas del espíritu de la tierra. También otra divinidad la diosa Brigid era representada como tres hermanas quienes personifican las fuerzas vitales: sanación, creatividad y productividad.
Patricio incorpora a la hoja de trébol a su evangelización por el conocimiento que tenía de los irlandeses. De esta manera, se le facilitaba explicarles el evangelio en términos familiares: “la Trinidad es así es como el Trébol Tres hojas que forman una”. El trébol pasó a ser el símbolo de Irlanda y el color verde su color nacional. Muchos siglos después son los dos símbolos en lo que se basa el festejo en las calles de ciudades de todo el mundo.
El milagro de Patricio
También se le atribuye un milagro. Cuenta el relato que golpeó su báculo contra la tierra y todas las serpientes que habitaban en la isla fueron hacia el mar y nunca más regresaron. Es así que sus imágenes lo representan con estos reptiles a sus pies. Sin embargo, nunca este tipo de animales en Irlanda. Lo que se cree que representa su trabajo para desterrar el paganismo de la isla.
En el 440 Patricio se embarcó en la tarea especial de la conversión de Ulster. Cuatro años después, Daire, el señor del distrito, le dio a elegir en su territorio cualquier sitio que él considerara adecuado para sus propósitos religiosos.
Patricio seleccionó la colina en la cual se levanta la vieja catedral de Armagh. De Ulster San Patricio probablemente procedió hacia Meta para consolidar la evangelización y de ahí continuó su camino a través de Leinster con dos compañeros: Auxilius y Iserninus.
Ya al final de sus días Patricio tuvo una visión. Vio la totalidad de Irlanda iluminada con los más brillantes rayos de la divina fe y un ángel le decía: “la luz que encendiste, nunca se apagará”.
La muerte de Patricio
Este obispo, evangelizador de Irlanda, murió el 17 de Marzo de 493. Algunas de las antiguas crónicas registran que por varios días la luz del cielo brillaba alrededor de su lecho mortuorio y que fue velado por varios días sin que su cuerpo se descompusiera.
Sus restos fueron sepultados en el fuerte de Saúl. La actual catedral de Downpatrick se halla junto a la tumba de San Patricio. El templo recién se concluyó en el siglo XIX. Su tumba está marcada por una simple piedra al lado de la iglesia.
¿Y cómo llega la cerveza a los festejos? Irlanda es uno de los lugares donde más cerveza se consume. Una de las antiguas restricciones cuaresmales era no beber bebidas alcohólicas durante este periodo. Por tanto la cerveza estaba prohibida durante este tiempo especial en espera de la Pascua.
Por ser San Patricio el patrono de Irlanda es fiesta y por tanto ese día se rompe la abstinencia y estaba permitido tomar. Luego de los oficios religiosos, se abrían los pubs y los irlandeses pasaban muchas horas brindando.
Luego, con el tiempo los irlandeses fueron una de las corrientes migratorias más importantes hacia Estados Unidos, especialmente Nueva York. En esa ciudad, construyeron la catedral de san Patricio y llevaron hasta allí su tradicional festejo.
En 1762 se celebró el primer “desfile” por el día de san Patricio, o Saint Patrick’s Day en la ciudad de Nueva York. Los Inmigrantes se reunían cada 17 de marzo para recordar su tierra, vistiéndose de verde y entonando canciones típicas de la isla esmeralda. La Catedral que san Patricio que conocemos hoy día no existía, y el “desfile” era solo una caminata realizada por irlandeses, entonando sones ancestrales de su región.
En 1809 se colocó la primera piedra de la antigua catedral de San Patricio, que sería inaugurada en 1815 como la iglesia más alta de la ciudad por aquel entonces. La catedral se convirtió en protagonista de la vida religiosa en la zona y escenario del desfile anual frente al templo luego de la misa.
En 1866 ese primer templo se prendió fuego y se decidió construir la nueva catedral del Midtown en la actual localización. La vieja catedral fue reconstruida y se convirtió en parroquia.