El 2022 comenzó mal para Diosdado, por Sebastián Boccanegra

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2022 no comenzó bien para el capitán Cabello. Por un lado los resultados en la tierra natal del galáctico y por la otra parte el anuncio de Nicolás Maduro de que su permanencia en la presidencia es hasta el 2030, por lo menos.

Sebastián Boccanegra / TalCual

En el caso de Barinas, el capitán Cabello fue uno de los que más se empeñó en no reconocer el triunfo de Freddy Superlano, aunque públicamente haya dicho lo contrario, considerando una herejía entregar esa gobernación a un militante de la oposición y, para colmo, integrante de Voluntad Popular. No atendió razones, ni los argumentos de Jorge Rodríguez, partidario de reconocer el voto de los barineses, fueron suficientes para convencerlo.

Al decidirse la repetición de las elecciones se metió de cabeza en Barinas, liderando marchas, manifestaciones, encuentros, reuniones, todo lo que se hiciera. El resultado no pudo ser peor el pasado 9 de enero: cambió una derrota de menos de un punto porcentual de noviembre, por otra de 14 puntos de diferencia. Claro que cargar con la pésima gestión de Nicolás no ayuda. En todo caso la pela sí fue galáctica.

El segundo episodio lo vivió el sábado 15 de enero en la presentación de la memoria y cuenta de Nicolás Maduro ante su Asamblea Nacional. Los últimos 30 minutos de las cuatro horas que empleó Maduro para meterle el cuento al país no debieron de ser del agrado del capitán Cabello.

Quienes lo observaban, veían que estaba muy inquieto en su silla. Una explicación es que no eran muy cómodas, y después de tres horas y media sentado en ella, la incomodidad tenía que ser manifestada de alguna manera. Otra explicación, es que no le gustó para nada el que Maduro haya anunciado, sin hacerlo explícitamente, que será el candidato presidencial del chavismo en 2024. Eso lo incomodó mucho más. Pero capitán, como dijo alguien: llueve y escampa.