El Gobierno francés quiere prohibir los cigarrillos electrónicos desechables

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El Gobierno francés ha tomado la iniciativa de implementar medidas más rigurosas para combatir el aumento del consumo de tabaco, enfocándose en la prohibición de los cigarrillos electrónicos desechables, considerados un posible punto de entrada al tabaquismo entre los jóvenes.

La primera ministra, Élisabeth Borne, expresó en una reciente entrevista con la emisora RTL su preocupación respecto a que los cigarrillos electrónicos desechables «fomentan hábitos nocivos en los jóvenes. Puede que carezcan de nicotina, pero instauran un gesto que los jóvenes adoptan y que los lleva hacia el tabaquismo».

Además, Borne anunció que el gobierno presentará un plan nacional de lucha contra el tabaquismo en un futuro próximo. La primera ministra destacó la alarmante cifra de «75,000 muertes al año» relacionadas con el consumo de tabaco en el país.

Borne recordó que este año se incrementaron los impuestos sobre el tabaco y que no se prevé otro aumento en el próximo año. No obstante, enfatizó que el gobierno continuará vigilando estrechamente el consumo de tabaco.

El 30 de abril, un grupo de médicos especializados en tabacología y activistas medioambientales lanzaron una petición para prohibir los cigarrillos electrónicos desechables. Además de sus impactos en la salud, estos dispositivos plantean problemas medioambientales debido a los materiales plásticos y las baterías de litio que contienen.

Por otro lado, Borne reafirmó su respaldo a la prohibición general del uso de la abaya, una prenda que cubre completamente el cuerpo, incluida la cabeza, y que se ha utilizado como símbolo de identificación en la comunidad musulmana. La primera ministra argumentó que, si bien todos los ciudadanos tienen su lugar en Francia, el principio fundamental del laicismo prohíbe el uso de cualquier indumentaria que denote afiliación religiosa por parte de estudiantes. Según Borne, esta ley debe aplicarse de manera uniforme.

El presidente Emmanuel Macron enfatizó el viernes que él y su gobierno serán «inflexibles» en la aplicación de esta prohibición. Macron subrayó que los estudiantes asisten a la escuela para formarse como ciudadanos, independientemente de su origen, religión o creencias, y que, por lo tanto, los signos religiosos no tienen cabida, debiendo defenderse con firmeza el laicismo.