“Me dolió que Maduro dijera que la pobreza en el país está en 17% y la pobreza extrema en 4%, eso es una bofetada al pueblo venezolano. Solo hay que ver en la calle lo que está pasando”. Esta afirmación la hizo el padre Francisco José Virtuoso el 14 de enero de 2021. Y no hace falta releer esas palabras para confirmar que al jesuita le dolía el país, pues entregó su vida a mejorarlo desde un puesto muy delicado y necesario, la educación.
De formación en Ciencias Políticas y con doctorado en Historia, Virtuoso era por sobre todas las cosas un pedagogo como hay pocos, volcado a dos cosas, la formación de la juventud y el cultivo y el rescate de la democracia. Perderlo como voz guía en estas circunstancias del país ha sido un gran golpe, no solo para la comunidad de la Universidad Católica Andrés Bello que orgullosa y exitosamente dirigía, sino para todo el país.
Acababa de ser juramentado para un cuarto período frente a la casa de estudios, en donde se concentró a mejorar la calidad de la educación que recibían los estudiantes, pero también a hacer de la UCAB un punto de referencia nacional e internacional, con diversos acuerdos de colaboración con institutos y universidades.
Por eso, cuando en 2021 aseguró que la afirmación de Maduro sobre los porcentajes de pobreza le causaban dolor, era porque realmente conocía la verdad. No solo porque como sacerdote jesuita tenía por costumbre recorrer calles y barrios y hablar con la gente; esta formación que recibió desde 1977 cuando entró a la orden calzaba a la perfección con el amor que sentía por su país y por eso nunca dejó de llegarle a la gente más humilde. Pero, además, porque estaba al frente de la casa de estudios que se ha ocupado de hacer una verdadera radiografía de la realidad venezolana y su pobreza.
Lo que citó Maduro en aquella oportunidad son cifras del Instituto Nacional de Estadística que ya se han mencionado en este espacio editorial; pues ahora el presidente chavista dice que se va a ocupar de la pobreza. Y en aquella oportunidad nos preguntamos si era de estos porcentajes o de los que arroja contundentemente la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida que hace la UCAB y que Virtuoso manejaba muy bien. Ojalá sea esto último lo que pretende atacar Miraflores, para que por lo menos el padre vea desde el cielo en parte cumplidos sus objetivos.
Virtuoso no se cansó nunca de llamar la atención sobre este flagelo que está acabando con el presente y el futuro del país; pero también se encargó de llamar a la reconstrucción de la democracia, que para él pasaba por la verdadera defensa y respeto de los derechos humanos y la recuperación del Estado de Derecho. Unidad, diálogo y negociación, pregonaba, pero que estas palabras tuvieran significado, no que fueran simples adornos en un discurso.
Venezuela pierde un héroe de este tiempo, pero lo que enseñó y lo que construyó es tan importante que Virtuoso será ahora motivo de inspiración.