El petróleo pone fin al aislamiento internacional de Venezuela

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El periódico suizo Neue Zürcher Zeitung publica un artículo referido a Venezuela, que durante cuatro años había sido tratada como paria: «En la conferencia sobre el clima, celebrada en la localidad egipcia de Sharm el Sheij, el presidente venezolano se fotografió con cada presidente que se le cruzó por el camino y no escapó con suficiente rapidez. (…) La primera aparición internacional de Nicolás Maduro fuera de América Latina fue todo un éxito para el autócrata que gobierna desde hace nueve años. Demostró que los tiempos del aislamiento han terminado. Tras las elecciones fraudulentas de 2018, el presidente estadounidense, Donald Trump, había aplicado duras sanciones al país más rico en petróleo del hemisferio occidental. Desde entonces, está prohibido todo comercio en dólares con él. (…)

Emilia Rojas Sasse / DW

Pero, desde la desaparición del petróleo ruso del mercado mundial, Occidente necesita con urgencia nuevas fuentes de crudo. A poco de haber comenzado la guerra en Europa, llegó a Caracas la primera delegación de Washington, para emprender negociaciones. En principio, lo que le interesa al Gobierno estadounidense es obtener concesiones de Maduro para la celebración de elecciones limpias. A cambio, Estados Unidos ofrece la eliminación paulatina de las sanciones. Pero, aparte de la celebración de comicios justos, lo que también le interesa a Washington es preparar a Venezuela, junto con la industria petrolera estadounidense, para que vuelva a ser un suministrador fiable de petróleo, como lo fue durante 50 años».

¿Supera su crisis la economía venezolana?
Por su parte, el rotativo Neues Deutschland publica una entrevista con el economista de izquierda Manuel Sutherland sobre la situación de Venezuela. «Tras 15 meses de silencio en las conversaciones, el Gobierno y la oposición de Venezuela reanudaron hace pocos días el diálogo. Un primer resultado es un acuerdo parcial humanitario y el permiso para que el consorcio estadounidense Chevron vuelva a exportar petróleo.

¿Ayudará eso a superar la crisis económica de Venezuela?

Los primeros resultados son interesantes, pero distan mucho de significar la superación de la crisis. Por lo menos existe una posibilidad de enfrentar esa extrema conflictividad de ambos polos políticos. Pero la atenuación de las sanciones es muy pequeña.

En comparación con los pasados años, la situación ha mejorado visiblemente en cuanto al abastecimiento. ¿A qué obdece eso?

En 2019, el Gobierno permitió el uso de dólares como medio de pago. El control de precios y otros mecanismos aún subsisten, pero ya no se aplican. Se simplificó la importación y se suprimieron aranceles e impuestos. A eso se suman las privatizaciones, que se llevan a cabo sin transparencia y sin que haya competencia. Eso significa que el Gobierno vende bienes del Estado, pero nadie sabe por cuánto dinero y, a menudo, ni siquiera a quién. De esa forma, se protege la identidad de los compradores, para que no tengan problemas debido a las sanciones.

¿Cómo se compaginan esas privatizaciones con el discurso socialista del Gobierno?

En Venezuela, no se habla de privatizaciones. El discurso del Gobierno se refiere, a lo sumo, a ‘reestructuración de activos’ o ‘diversificación de la propiedad’. Todo eso ocurre sobre la base de la ley antibloqueo, que, remitiéndose a las sanciones, posibilita cualquier procedimiento».

«Obra de arte» de Argentina
Gran parte de los artículos de esta semana relativos a Latinoamérica se refieren a la participación de países de la región en el Mundial de Qatar. El matutino Frankfurter Allgemeine Zeitung, de Fráncfort del Meno, dedica uno a la selección argentina: «El 27 fue una cifra que determinó el discurso en Argentina tras el 2-0 contra Polonia y la calificación para octavos de final. Exactamente esa cantidad de toques precedió al segundo gol, marcado por Julián Álvarez. ‘Una ora de arte’, escribió la publicación deportiva Olé, encantada, y enumeró a todos los que habían intervenido. (…)

La alegría por la gestación del gol no es gratuita. Porque la forma en que se preparó es interpretada como expresión de una evolución más que necesaria, si Argentina quiere cumplir su gran deseo de obtener su tercera copa en Qatar. (…) Scaloni modificó a su equipo, pese al anterior triunfo contra México, y lo rejuveneció perceptiblemente. (…) La señal que envió Scaloni fue potente. Los más jóvenes no viajaron a Qatar como comparsas, forman parte del equipo y son tan importantes como aquellos que desde hace años son convocados regularmente a la selección. Ni Messi, ni Martínez, ni tampoco Ángel di María fueron los protagonistas de esta victoria, sino Álvarez y Alexis Mac Allister».