La Fiscalía de Nueva York ha dictado una orden de busca y captura sobre el exmilitar venezolano Hugo «el Pollo» Carvajal, a quien acusa de ser uno de los cabecillas del Cártel de los Soles, tras su intento de introducir más de 5 toneladas de cocaína en Estados Unidos. Después de cuatro años de periplo judicial en España, dos de ellos fugado y oculto en un piso del céntrico barrio de Salamanca, el exjefe de la Inteligencia chavista salía de la madrileña cárcel de Estremera, el pasado jueves noche, con destino al aeropuerto de Barajas para poner rumbo a Washington, donde se enfrentará a cuatro cadenas perpetuas.
Con información de El Debate
La Audiencia Nacional había ordenado horas antes a Interpol la entrega del preso preventivo «de manera inmediata», una vez que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) sentenciase que sus temores sobre una posible violación de sus derechos fundamentales en la potencia norteamericana –que le reclama por presuntos delitos de narcotráfico y tráfico de armas– eran infundados.
La defensa alegaba que, de ser entregado y juzgado por tribunales estadounidenses, podría sufrir una vulneración del artículo 3 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, según el cual «nadie podrá ser sometido a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes». Sin embargo, el TEDH lo descartó al entender que Estados Unidos cuenta con «un sistema judicial respetuoso con el Estado de Derecho y los principios de un proceso justo».
El otrora jefe de Contrainteligencia Militar con Hugo Chávez y Nicolás Maduro está perseguido en Washington por hechos que se produjeron entre 1999 y 2019, cuando habría pertenecido al llamado Cártel de los Soles, una organización criminal supuestamente gestionada por cargos chavistas que, con la presunta colaboración de las FARC y otros grupos armados, habría introducido grandes cantidades de droga en Estados Unidos.
El Pollo Carvajal está en poder de las autoridades españolas desde el 9 de septiembre de 2021, cuando fue detenido por la Policía Nacional, durante un operativo conjunto con la DEA estadounidense, en un piso de Madrid donde vivía «totalmente enclaustrado», según informó entonces el cuerpo de seguridad.
Su captura reavivó entonces el proceso de extradición a Estados Unidos, que quedó aprobada en 2020 pero no había podido materializarse porque Carvajal se fugó en noviembre de 2019, aunque su defensa recalcaba que nunca llegó a salir de España.
Antes de su huida, Carvajal pidió un primer asilo alegando que era víctima de una persecución política porque las autoridades norteamericanas le situaban dentro del círculo de confianza de Maduro. Esta solicitud inicial le fue denegada el mismo 2019, pero no tuvo conocimiento formal de ello hasta septiembre de 2021. Así, tras ser detenido reaccionó intentando que Interior revirtiera su decisión, sin conseguirlo.
Carvajal lanzó una segunda petición de asilo infructuosa poniendo en valor el «proceso de colaboración» con la Justicia española que inició tras ser capturado y que derivó en la reapertura de una causa sobre la presunta financiación ilegal de Podemos que fue archivada en 2016 y volvió a serlo en 2022.
La defensa de Carvajal ha intentado varias veces en todos estos años que su cliente fuese puesto en libertad, si bien la Audiencia Nacional lo ha rechazado al considerar que su riesgo de fuga era más que evidente, con el precedente que le avalaba en su intento por eludir la acción de la Justicia.
La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, que había paralizado hasta en cuatro ocasiones la extradición de Carvajal, acusó al Pollo de usar estas demandas de protección internacional para dilatar su entrega a las autoridades estadounidenses. Una realidad que ha terminado por imponerse irremediablemente.